Ysabel Calderón, la “Guardiana de las abejas nativas”, es reconocida a nivel internacional
- Investigadora peruana destaca por su trabajo que protege a los polinizadores, y por fomentar el desarrollo socioeconómico en las comunidades locales, especialmente de mujeres y jóvenes indígenas.
miércoles 16 de octubre, 2024
Por Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe
En la actualidad, es de conocimiento casi general la importancia de las abejas no solo para la reproducción de las plantas, sino para casi todos los seres vivos del planeta. Al igual que las mariposas, los murciélagos y los colibríes, las abejas cumplen el rol de polinizar miles de especies que servirán para la alimentación tanto de fauna silvestre como de seres humanos. Según Naciones Unidas, casi el 90 % de las plantas con flores dependen de la polinización para reproducirse; asimismo, el 75 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen en cierta medida de estos polinizadores.
Pese a la importancia de estos insectos, cada vez están más amenazados debido a la actividad humana. Las prácticas agrícolas intensivas, los cambios en el uso de la tierra, plaguicidas, especies exóticas invasoras, enfermedades, plagas y el cambio climático están poniendo en riesgo a las 20 mil especies de abejas que existen en el planeta.
Consciente de este riesgo, Ysabel Calderón, bachiller de Ingeniería Química de la Universidad Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque, decidió dirigir todas sus energías para proteger a estos polinizadores, especialmente a las abejas nativas sin aguijón. A través de la iniciativa Sumak Kawsay (que en quechua quiere decir el buen vivir o estar en armonía con la naturaleza), trabaja incansablemente en favor de estos heminópteros voladores.
Desde 2017, Sumak Kawsay promueve la conservación de los polinizadores en general, a través de la restauración de ecosistemas y la investigación aplicada. Asimismo, empodera a las mujeres a través de la producción de miel y el agroturismo. En estos siete años, la iniciativa ha logrado reforestar más de 1500 árboles nativos en la comunidad campesina San Francisco de Asís, distrito de Salas, y con ello ha asegurado la conservación de diversos polinizadores, especialmente de tres especies de abejas en peligro.
Estos logros no han sido desapercibidos. El año pasado, Ysabel Calderón fue reconocida como Guardiana de Restauración de Montañas 2023, por el Global Landscapes Forum (GLF). Además, solo este mes, dos nuevos reconocimientos tocaron su puerta: el Premio para la Conservación Carlos Ponce del Prado, en la categoría Joven Conservacionista Destacado; y el premio internacional Midori por la Biodiversidad 2024, el cual será entregado nada menos que durante la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16), que iniciará la próxima semana en Cali (Colombia).
¿Por qué eligió a las abejas?
En conversación con Actualidad Ambiental, la joven conservacionista señala que decidió trabajar con este insecto en particular porque “estaba preocupada por la problemática global sobre los polinizadores, específicamente de las abejas que estaban en declive, y me propuse revalorar y rescatar sobre todo a las abejas nativas”.
Según el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), en el Perú se han registrado hasta el momento 175 especies de abejas nativas sin aguijón, y se asume que puede haber el doble. En los últimos años, este tipo de abeja sin aguijón está siendo promovido en la apicultura que se realiza en zonas rurales, especialmente en poblaciones indígenas.
“Cuando preguntamos qué se te viene a la mente cuando escuchas la palabra ‘abeja’, muchos piensan en miel producida por abejas europeas o africanas, aquellas que tienen rayas negras como una cebra, pero esas han sido introducidas”, aclara la investigadora.
[Ver además►Ysabel Calderón: “Sin las abejas, la seguridad alimentaria está en peligro”]
La “Guardiana de las abejas”
Tras recibir los últimos premios, a Ysabel Calderón la han llamado “Guardiana de las abejas”. Sin embargo, ella prefiere que la llamen “Guardiana de las abejas nativas”. Con estos reconocimientos, ella siente que ahora tiene una gran responsabilidad y mucho que hacer en favor de estos importantes polinizadores.
“Nos encantaría por ahora tener más presupuesto para lo que queremos hacer, quisiéramos involucrar también a más comunidades. Aun así, mantenemos la pasión por lo que hacemos”, aclara.
Respecto a los premios, Ysabel se siente agradecida y agrega que estos galardones “reflejan la pasión, el esfuerzo y el amor por la naturaleza que hemos tenido, que tenemos y seguiremos teniendo. Ese es el vehículo que nos permite seguir haciendo lo que hacemos”.
“Yo hago todo esto porque me gusta, porque el bosque y las montañas son mi hábitat, no me imagino un lugar sin árboles, sin naturaleza. Entonces, siento que mi misión en esta vida es poder contribuir a la conservación de la biodiversidad, en este caso a través de la conservación de los polinizadores, especialmente de las abejas nativas sin aguijón. Trabajamos para recuperar su hábitat, en la restauración de los ecosistemas, y promovemos además el desarrollo comunitario”, agrega.
La ruta de la miel
Con el fin de compartir sus conocimientos y experiencia en la conservación de polinizadores, Sumak Kawsay también promueve “La ruta de la miel de abeja”, el cual consiste en un paquete turístico donde el visitante puede viajar a la zona para conocer el proyecto, realizar degustación de mieles, y conocer las especies que se protegen. Esta experiencia, además, contribuye con la economía local porque involucra a las mujeres de la comunidad.
Ysabel Calderón considera importante la transmisión de conocimientos, especialmente a las nuevas generaciones. Por ello no deja de promover la investigación y la educación ambiental. Asimismo, indica que es importante la participación activa dela ciudadanía, sobre todo de los más jóvenes.
“Estamos en un momento crucial para repensar sobre las acciones que debemos tomar frente a la crisis climática que estamos viviendo. Es un momento crucial para enfrentarla. Tenemos que pensar cómo podemos contribuir a combatir estos efectos, a través de prácticas de adaptación y mitigación. Yo creo que cada uno puede contribuir desde mil maneras, desde el campo o la ciudad. Existen diversas iniciativas que promueven la conservación de la biodiversidad, a través de emprendimientos e iniciativas que desarrollan diversas organizaciones, o incluso compartiendo el trabajo que hacemos. Si no trabajamos ahora, vamos a seguir sufriendo la crisis climática”, concluye la “Guardiana de abejas nativas”.
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