- En una reciente investigación, Ojo Público evidencia los problemas que viven lo pueblos originarios del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro debido al COVID-19 y el terror del tráfico de droga.
Además de su constante lucha contra el narcotráfico, las comunidades del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem) viven una dura batalla contra la pandemia del COVID-19, esto debido al poco apoyo recibido de parte del Gobierno, evidencia una reciente nota de Ojo Público.
Según esta investigación, “las direcciones regionales de salud de Cusco, Junín y Ayacucho no reportan en sus estadísticas casos con la variable étnica”, pese a que están obligadas a hacerlo desde finales de mayo.
La sala situacional del Ministerio de Salud (Minsa) indica que existen 297 casos en la región Junín (mayoría asháninkas), tanto en las provincias de Satipo y Chanchamayo; de los cuales 184 se encuentran en el distrito del Río Tambo.
Las versiones de los apus y líderes de las diversas comunidades ubicadas en las regiones que comprende el Vraem, indican que las cifras no coinciden con la realidad. Fabián Antúnez, presidente de la Central Asháninka del Río Tambo (CART), precisa que en solo en su comunidad hay 247 indígenas con COVID-19.
La situación en Cusco, según el Minsa, es que hay 201 indígenas contagiados, casi todos de las etnias yine, asháninka y machiguenga del distrito de Megantoni, en la provincia de La Convención.
Mientras que en Ayacucho, la sala situacional de pueblos indígenas no registra casos, aunque se mantiene en alerta debido a la tendencia creciente y que originó que las provincias de Huamanga y Huanta sean declaradas en cuarentena focalizada hace poco.
Sin embargo, la Defensoría del Pueblo de esta región afirma que la dirección regional de salud ha reportado 97 casos positivos en las comunidades asháninkas y nomatsiguengas, como es el caso de Canayre, Llochegua, Santa Rosa, Anco, Chungui y Samugari, precisa la nota.
Tal como ocurriera en pueblos ubicados en Loreto, Ucayali y San Martín, la mayoría de casos se han atendido con medicinas naturales, esto debido a la falta de atención médica (muchos contagiados son trasladados a hospitales lejanos), medicinas, oxígeno, al poco personal médico (también contagiado), entre otros inconvenientes.
Según el Minsa, no existe registro de decesos de indígenas en el Vraem, aunque la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) maneja un estimado de 384 fallecidos en la Amazonía, aunque sin tomar en cuenta la división regional.
Lucha contra el narcotráfico
Desde hace muchos años, las comunidades deben lidiar con un enemigo constante: el narcotráfico, que amenaza con invadir sus tierras a fin de tener nuevos terrenos donde se pueda sembrar la coca que luego será procesada para su posterior comercialización.
“Nos amenazan de muerte, nos hostigan, y captan a autoridades corruptas, que les entregan rápidamente títulos de posesión”, indica el apu asháninka Fabián Antúnez, a cargo de los Comités de Autodefensa (CAD).
Reciente enfrentamiento
Hace poco, cuatro integrantes de una columna remanente de Sendero Luminoso fueron abatidos en un enfrentamiento contra las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional. Dos miembros de las fuerzas del orden (un soldado y un policía) también perdieron la vida.
El hecho ocurrió en el distrito de Anchihuay (zona de selva de Ayacucho), provincia de La Mar, en el Vraem, donde los terroristas del clan Quispe Palomino, identificados como camaradas Cirilo, Roger, Wilmer y Alejandro, brindaban seguridad para el traslado de droga.
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