UNESCO reconoce a Avireri-Vraem como la séptima Reserva de Biosfera del Perú
viernes 17 de septiembre, 2021
- El área ubicada en las provincias de Satipo y La Convención, en las regiones de Junín y Cusco, abarca 4 millones de hectáreas.
Avireri-Vraem fue reconocida como la séptima Reserva de Biosfera del Perú por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). El anuncio se realizó durante el XXXIII Consejo Internacional de Coordinación (CIC) del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB por sus siglas en inglés) de este organismo.
Además de la conservación de sus recursos naturales, esta condecoración busca promover la mejora en la calidad de vida de los más de 450 mil habitantes de este territorio biodiverso de 4 millones de hectáreas.
Al ser reconocida como sétima Reserva de Biosfera del Perú, también se busca salvaguardar los servicios ecosistémicos de forma integral con las provincias que abarcan esta área: Satipo y La Convención (Junín y Cusco).
De esta forma también se unen 16 municipios con los objetivos de impulsar el desarrollo sostenible y conservación del ambiente. Hay que añadir que este nombramiento permite al Perú registrar un cinturón de reservas de biósfera (desde Pasco hasta el Manu).
¿QUÉ ES UNA RESERVA DE BIÓSFERA?
Además de representar territorio y paisajes de la tierra de diversos ambientes, “las reservas de biósfera permiten la conservación de la naturaleza con el desarrollo económico y social”, indica Alfredo Gálvez, del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA).
“Son modelos de gestión del territorio y su reconocimiento está a cargo de la Unesco, son lugares de aprendizaje para el desarrollo sostenible donde se dan diversos usos bajo enfoques interdisciplinarios para comprender y gestionar los cambios y las interacciones entre los sistemas sociales y ecológicos, incluyendo la prevención de conflictos y la gestión de la biodiversidad”, precisa Gálvez.
Respecto al punto focal del Programa sobre el Hombre y la Biosfera (MAB), se trata del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), organismo adscrito al Ministerio del Ambiente (Minam).
UNA GRAN OPORTUNIDAD
Sin duda, este reciente reconocimiento para Avireri-Vraem es una gran oportunidad respecto al manejo de estos espacios biodiversos y otros aspectos de gestión como es el turismo sostenible, indica Alfredo Gálvez de la SPDA.
“Este reconocimiento de esta nueva reserva de biosfera para el Perú representa una gran oportunidad en sentido de que contribuye a escalar las áreas protegidas hacia una articulación integral del territorio, incluyendo sus usos, los actores clave, contribuye a una gestión adecuada de los hábitats y ecosistemas, la generación de oportunidades de diversificar cadenas de valor, el turismo sostenible, y la mejora de la calidad ambiental”, indica el experto.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que al no tratarse de un área protegida, el reconocimiento de Unesco marca más “un compromiso voluntario entre diversos agentes sociales ya sean públicos y privados dentro de un territorio para conseguir el desarrollo sostenible mediante estrategias y políticas libremente elegidas”, aclara el experto.
SOBRE AVIRERI – VRAEM
La reserva de Avireri-Vraem abarca el el Parque Nacional Otishi, el Santuario Nacional Megantoni y las Reservas Comunales Machiguenga y Ashaninka, además de zonas donde se pueden realizar actividades de conservación de la biodiversidad y un espacio de transición en el que se ejecutan actividades productivas y urbanas.
Este nuevo territorio también conserva 115 especies de fauna, muchas en alguna categoría de amenaza, mientras que 257 especies únicas en la zona y 307 especies de flora. En el área también se han identificado 305 comunidades indígenas de las etnias ashaninka, matsiguenga, nomatsiguenga, kakinte, yine y quichuas, además de otras comunidades dedicadas al cultivo de café, cacao, plátano, entre otros productos.
Además de Avireri-Vraem, en el Perú existen Huascarán (1977), Manu (1977-2017), Noroeste Amotape-Manglares (1977-2016), Oxapampa-Asháninka-Yanesha (2010), Gran Pajatén (2016) y Bosques de Neblina – Selva Central (2020). Todas nuestras reservas de biósfera abarcan un territorio de 13 millones de hectáreas.
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