Escribe: Carmen Heck Franco/@Oceana_Peru
Directora de Políticas en Perú
Oceana
El 25 de setiembre, durante la Cumbre sobre el Desarrollo Sostenible, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó los Objetivos de Desarrollo Sostenible, un conjunto de 17 objetivos globales (con sus 169 metas) que buscan erradicar la pobreza, combatir el cambio climático y asegurar la prosperidad para todos como parte de una nueva agenda de desarrollo sostenible al 2030.
Una excelente noticia para nuestros océanos es la inclusión del objetivo 14: “Conservar y utilizar en forma sostenible los océanos, los mares y los recursos marinos para el desarrollo sostenible”. La relevancia de este compromiso radica en la importancia de los océanos y los recursos marinos tanto para la salud del planeta -ocupan tres cuartas partes del mismo y contienen el 97% del agua- como para la economía y seguridad alimentaria de millones de personas alrededor del mundo, al ser la mayor fuente de proteínas del mundo.
Al igual que los demás objetivos aprobados, este tiene 10 metas específicas que deben alcanzarse en los próximos 15 años. En esta oportunidad quisiera mencionar 4 que merecen especial atención por los retos que implican para el Perú, país privilegiado con uno de los ecosistemas marinos más productivos y que alberga la pesquería más grande del mundo, la de anchoveta. Estas son:
1) Para el 2025, prevenir y reducir significativamente todos los tipos de contaminación marina, en particular, de las actividades realizadas en tierra firme, incluidos los desechos marinos y la contaminación por nutrientes.
Al respecto, el Perú ha hecho algunos avances importantes para reducir la contaminación al medio marino proveniente de las actividades pesqueras, así mediante Decreto Supremo 010-2008-PRODUCE se aprobaron los Límites Máximos Permisibles (LMP) para los efluentes de la industria pesquera dedicada a la elaboración de harina y aceite de pescado. Sin embargo, su aplicación se ha visto limitada debido a que hasta la fecha no se ha definido la Zona de Protección Ambiental Litoral (ZPAL), que debía ser definida para cada bahía en los primero 18 meses de aprobada la norma. Peor aún, no se han dado LMPs para los efluentes de las plantas de procesamiento de productos de consumo humano directo (enlatado, curado, congelado) ni para las embarcaciones pesqueras.
2) Para el 2020, manejar de forma sostenible y proteger los ecosistemas marinos y costeros para evitar impactos adversos significativos, incluyendo el fortalecimiento de su resiliencia -capacidad de resistencia y recuperación- y tomar medidas para su restauración con el fin de lograr océanos sanos y productivos.
Para estar a la altura de esta meta, Perú requiere avanzar en el ordenamiento espacial de las áreas marino costeras, identificando aquellas zonas prioritarias para la conservación y protección de los recursos marinos; así como fortalecer la coordinación intersectorial para un manejo integral de las zonas marino costeras que permita el desarrollo de las distintas actividades económicas que se realizan en nuestro litoral sin poner en riesgo el aprovechamiento sostenible de los recursos marinos.
3) Para el 2020, regular efectivamente la extracción y poner fin a la sobrepesca, pesca ilegal, no declarada y no reglamentada y a las prácticas de pesca destructivas, e implementar planes de manejo basados en la ciencia, con el fin de restaurar las poblaciones de peces en el menor tiempo posible, por lo menos a niveles que puedan producir el Rendimiento Máximo Sostenible[1], según lo determinado por sus características biológicas.
Si bien en los últimos años se han hecho una serie de mejoras al manejo pesquero, aún hay mucho por hacer para eliminar la sobrepesca y la pesca ilegal. Entre estas mejoras destacan:
i) La necesidad de regular y elaborar planes de manejo pesquero al menos para las principales pesquerías comerciales (la figura de los planes de manejo pesquero no está regulada en nuestro marco normativo).
ii) Fortalecer los sistemas de control, vigilancia y fiscalización tanto de la pesca industrial, como de menor escala y artesanal. De estas últimas a la fecha no se conoce siquiera la composición ni los volúmenes descargados por embarcación.
iii) Mejorar los sistemas de transparencia para facilitar el acceso público de la información que sustenta las decisiones de manejo, de la información de desembarques y producción, y de las infracciones cometidas por las empresas pesqueras.
4) Para el 2020, conservar al menos el 10 por ciento de las zonas costeras y marinas, en consonancia con la legislación nacional e internacional y con base en la mejor información científica disponible.
En la actualidad el sistema de áreas protegidas del Perú (SINANPE) tiene una cobertura limitada de los ecosistemas costeros y marinos, solo 3 de las 83 ANPs representan áreas marinas, correspondiendo las 3 a la zona de influencia de la corriente fría de Humboldt. La biodiversidad marina del Pacífico Tropical en el norte del país no se encuentra representada en el sistema. Para subsanar este vacío, estudios que datan del 2004 han identificado 4 áreas como posibles candidatas para el establecimiento de nuevas áreas marinas protegidas: el banco de Máncora, los arrecifes de Punta Sal, El Ñuro y la Isla Foca. Sin embargo, el expediente técnico para la creación de una zona reservada, paso previo a la categorización de estas cómo áreas protegidas, aún se encuentra en evaluación en el SERNANP (desde el 2012). Si queremos aportar a esta meta, el Perú debe incluir en el sistema de áreas naturales protegidas al ecosistema marino del Pacífico Tropical, que alberga la mayor parte de la biodiversidad marina del país.
Al adoptar los objetivos de desarrollo sostenible el Perú se ha puesto una valla alta, decisión que merece ser felicitada. Por el bienestar de las futuras generaciones de peruanos, solo nos queda esperar que este y el próximo Gobierno hagan los esfuerzos necesarios para estar a la altura de este reto, y asuman con responsabilidad la tarea de proteger los recursos marinos, impulsando las reformas necesarias para garantizar ecosistemas marinos saludables, pesquerías sostenibles y seguridad alimentaria para todos.
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[1] Rendimiento Máximo Sostenible es el rendimiento máximo promedio que es posible extraer de la población de una especie durante un periodo definido y bajo condiciones ambientales constantes.
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