Por Isabel Calle Valladares / Directora ejecutiva de la SPDA
Ayer, tuve la enorme satisfacción de participar en un encuentro mundial que se sintió como un verdadero espacio de intercambio de esperanza y experiencias. Se trató de los Premios de Acción por los ODS, celebrados en Roma, Italia, donde la SPDA fue finalista. Pero más allá de los reconocimientos, tuve la oportunidad de conocer a decenas de personas comprometidas con la transformación de nuestras comunidades y la creación de un futuro diferente.
Este galardón forma parte de un programa especial de la Campaña de Acción de los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) de la ONU. Es un reconocimiento a las iniciativas y personas del planeta que, gracias a su creatividad, innovación e impacto social, dan un paso más hacia la construcción de un mundo más sostenible, equitativo y pacífico.
La ceremonia de premiación, del pasado martes 29 de octubre, estuvo cargada de emociones y su significado trascendió cualquier reconocimiento personal. En nuestro caso, estuvimos nominados en la categoría “Impacto”, en reconocimiento a los esfuerzos de la SPDA para afrontar la crisis tras el derrame de petróleo en Ventanilla, que ocurrió hace más de dos años.
Nuestra organización desarrolló una respuesta integral que abarcó desde soluciones legales hasta una campaña de incidencia pública para evidenciar las responsabilidades.
Los proyectos Gjenge Makers y Plant-for-the-Planet nos acompañaron en la misma categoría. El primero es una empresa social que busca enfrentar la grave crisis de gestión de residuos en Nairobi. Este emprendimiento ha reciclado más de 200 toneladas de residuos plásticos y ha creado más de 600 puestos de trabajo para mujeres y jóvenes. Por su parte, Plant-for-the-Planet es una plataforma que ha logrado promover la restauración de más de 90 millones de árboles en todo el mundo. Más que compartir la categoría, encontré en estos proyectos la voz de compañeros en una batalla continua por encontrar soluciones, luchar por el cambio y buscar justicia social.
Regreso a casa con una sensación renovada de gratitud y esperanza por todo lo vivido y aprendido en estos días. Este encuentro me mostró lo importante que es el esfuerzo colectivo y me recordó que cada pequeño avance cuenta en el camino hacia un futuro más justo. Y creo que entre nosotros ha nacido una misión común que crece cada día más..
Finalmente, este viaje me recordó que cada paso, cada idea y cada propuesta de solución desarrollada por el equipo diverso de la SPDA ha sido parte de la incansable travesía que supone la búsqueda de justicia en el Perú. Tras el derrame de petróleo que tiñó nuestras costas, frente al justo reclamo de cientos de pescadores y comerciantes, y pese a la inacción del Estado, la SPDA mantiene un incansablemente trabajo, comprometida en encontrar respuestas a desafíos que exigen tanto rigor como tenacidad.
Hoy siento una profunda gratitud hacia este equipo diverso. Mi visión de lo que la SPDA puede alcanzar se ha expandido: estamos plantando una semilla en el gran mar de problemas que tiene el mundo hoy en día.
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