Ucayali: 56 comunidades nativas registran contagios de COVID-19 y piden más pruebas de descarte

Pueblos indígenas reportan más de 790 casos sospechosos de COVID-19.

  • “La gran mayoría de las comunidades ya están contagiadas, solo que no tenemos las pruebas rápidas para registrarlos y estamos tratándonos con plantas medicinales”, señala el líder indígena Ronald Suárez.

Por Angela Rodriguez / arodriguez@spda.org.pe

 

El COVID-19 continúa extendiéndose en los territorios indígenas de Ucayali y las organizaciones denuncian que sus pueblos no están siendo atendidos con la prioridad necesaria. El último fin de semana, un equipo de respuesta rápida de la Dirección Regional de Salud (Diresa) de Ucayali llegó al distrito de Iparía, para realizar pruebas rápidas de descarte de COVID-19 en 10 comunidades nativas. De las 136 pruebas realizadas 94 dieron positivo. “Comunidad tras comunidad, hemos visto que la mayoría están contagiadas de este virus”, resalta Carlos Gonzales Ramirez, médico del grupo.

Unos días antes, se reportó además que el 80% de la población de la comunidad shipiba de San Francisco dio positivo al coronavirus. “Es casi nula la atención, porque la Diresa no está desplazándose a otras comunidades donde también existen casos sospechosos”, denuncia Ronald Suárez, presidente del Consejo Shipibo Konibo y Xetebo (Coshikox).

El líder indígena también indicó que, pese a que las cifras oficiales no lo advierten, el virus ya estaría en muchas de las comunidades indígenas en Ucayali. “La gran mayoría de las comunidades ya están contagiadas, solo que no tenemos las pruebas rápidas para registrarlos y estamos tratándonos con plantas medicinales”, alerta.

Ucayali es, después de Loreto, el segundo departamento más extenso y con más pueblos indígenas de la Amazonía. Pero también, se ha convertido en uno de los más golpeados por el COVID-19. Según un mapa elaborado por la asociación Propurús, en que se recoge información de las organizaciones y líderes comunales, el COVID-19 estaría en al menos 56 comunidades, de las 429 reconocidas en Ucayali.

El mapa también evidencia que el dengue continúa presente en las poblaciones amazónicas.

Al respecto, Ivan Brehaut, de Propurús, presume que el virus habría llegado a las comunidades moviéndose primero desde la ciudad de Pucallpa hacia su periferia y de ahí vía fluvial hacia Bethel, y probablemente hacia el bajo y alto Ucayali.

El especialista explica que esto sería el resultado de la falta de estrategia para hacer frente al COVID-19. “En principio se han atacado los centros de dispersión del virus, es decir, básicamente la capital de las regiones. La periferia no se ha tratado de la misma forma. Lo mismo ocurrió en Iquitos, la ayuda se quedó principalmente en la ciudad y los barrios empezaron a sufrir las consecuencias. En Ucayali esto se repite, toda la atención está en los grandes hospitales y los centros médicos están prácticamente abandonados”, manifiesta.

Un plan de acción que sigue en papel  

“Ese plan es un plan en teoría, no hay una respuesta concreta hasta ahora, no tiene presupuesto. Ha sido aprobado por el Gobierno Regional de Ucayali, pero no está implementado, no hay nada”, señala Ronald Suárez en referencia al Plan de Abordaje a la Pandemia del Covid 19 en Pueblos Indígenas de Ucayali, un documento que pretendía suplir la carencia del Plan de Reforzamiento de los Servicios de Salud y Contención del Covid-19, elaborado inicialmente por la Diresa Ucayali sin tomar en cuenta un enfoque intercultural.

Con dicho plan, Ucayali se convirtió en la primera región con un plan de abordaje de la pandemia elaborado con la participación de los pueblos indígenas. “Sin embargo no hay, o no ha habido hasta el momento, voluntad política para poner en práctica ese documento que plantea una estrategia y tiene lineamientos bien concretos de acciones muy específicas para poder acatar el tema indígena en marco al COVID-19 en Ucayali”, enfatiza Brehaut.

Los líderes indígenas manifiestan no ver la presencia del Estado en sus territorios. Foto: Andina

Por ello, los pueblos indígenas de Ucayali continúan demandando la atención del Estado con urgencia. “Estamos pidiendo medicamentos y pruebas rápidas urgente. También el equipamiento a todas las postas médicas”, indica el líder shipibo Ronald Suárez y agrega que, tan importante como la atención en salud es el apoyo con alimentos para resistir la cuarentena.

“La alimentación que es muy esencial ahora porque ya es mucho tiempo y ahora la gente sale porque hay mucha necesidad porque no todos hemos salido con los bonos. Nosotros hemos hecho un esfuerzo para inscribirnos, hemos esperado el bono rural, luego el universal y no hay nada. Entonces, la gente necesita en estos momentos, si no va a salir a buscar que comer y no vamos a poder detener que salgan a las ciudades”, advierte.

Pueblos indígenas en aislamiento

En Ucayali existen tres reservas indígenas (RI) –Murunahua, Mashco Piro e Isconahua–, una reserva territorial –Kugapakori Nahua Nanti– y una reserva indígena en proceso. Estos son espacios establecidos para la protección de los Pueblos Indígenas en Situación de Aislamiento y Contacto Inicial (PIACI).

Los PIACI son grupos que no se han relacionado con el resto de la sociedad o que están aún en un proceso de interrelación con otros grupos. Por ello, son especialmente vulnerables a cualquier enfermedad.

“Como ya sabemos, las poblaciones en aislamiento no tienen el mismo sistema inmunológico que el nuestro, y no me refiero a que sean diferentes como personas sino a que su sistema inmunológico no está preparado para el mismo tipo de enfermedades que nosotros padecemos. Eso significa que probablemente sean inmunes a muchas cosas que probablemente estén en el bosque, pero son extremadamente vulnerables a enfermedades que para nosotros no representan mayor importancia como una gripe simple, sarampión, viruela, etc.”, explica Ivan Brehaut al respecto.

El especialista destaca que si bien hasta el momento no hay casos registrados en las zonas contiguas a las reservas indígenas donde están estos pueblos en aislamiento, “el riesgo es altísimo, tanto en Yurúa como en Purús”. Pues estas son zonas que están en la frontera con Brasil en donde sí hay casos, por lo que “no es muy difícil prever que si las fronteras no permanecen totalmente cerradas o que si la población que comparte espacios –porque la población indígena comparte espacios entre Brasil y Perú– tarde o temprano van a cruzar la frontera y traer consigo el virus”.

De ocurrir esto, advierte, “el riesgo para la población en aislamiento es altísimo y en el peor de los escenarios se daría una alta mortandad en los PIACI, aunque probablemente nunca podamos tener mayor evidencia de ello, justamente por la condición de aislamiento en la que están. El Estado en este momento no está preparado para poder enfrentar una emergencia sanitaria de esa magnitud y gravedad en los territorios de los PIACI, lamentablemente”, concluye Brehaut.

DATO: 

  • El 1 de junio se inauguró en Pucallpa el Centro Comunitario Matico, un espacio implementado por la Diresa Ucayali como apoyo para el comando de jóvenes shipibos que, de manera voluntaria, vienen dando atención a indígenas que no la han recibido de parte del sistema de salud.
  • El Coshokox envió una carta al relator especial sobre los derechos de los pueblos indígenas de las Naciones Unidas, en la que resumen la situación en la que se encuentran sus pueblos y piden les ayuden a ser atendidos con prioridad.


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