Escribe Juan Luis Dammert / Sociedad Peruana de Derecho Ambiental
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En el vértice de encuentro entre los departamentos de Cusco, Puno y Madre de Dios, se planea construir la central Hidroeléctrica en el río Inambari, que sería, en pleno bosque amazónico, la más grande del Perú. El proyecto representará una inversión de alrededor de 4 mil millones –la más grande en el país.
Este sería el primero de varios proyectos hidroeléctricos contemplados en el recientemente firmado Acuerdo de suministro de energía de Perú al Brasil. El acuerdo –que todavía requiere la aprobación de ambos Congresos de la República, apunta a la exportación de alrededor de 6 mil megavatios de energía a Brasil a través de proyectos financiados por bancos brasileños, con inversión, tecnología e implementación brasileña. Un equipo de la SPDA decidió recorrer la zona de Inambari para conocer cuáles serían los impactos potenciales de este primer proyecto.
Salimos al amanecer de Puerto Maldonado, hacia los Andes. A la altura del kilómetro 102 constatamos la expansión de un triste espectáculo: la minería ilegal. Entramos a la quebrada Guacamayo, y no podemos esconder nuestra alarma al ver cómo el bosque de Madre de Dios se convierte en desierto, y cómo la fiebre del oro crea asentamientos sin servicios básicos, desordenados, donde abundan los bares y la prostitución, incluso infantil. Conversamos con el encargado de la radio local, se acercan algunos curiosos que nos miran con desconfianza, y finalmente, seguimos camino. La catástrofe ambiental y social de la minería en Madre de Dios es una discusión aparte.
Llegamos a Mazuko, y el hotel Candamo se convierte en nuestro centro de operaciones. El dueño, Albino Mosquipa, es dirigente local, y afirma que en Mazuko la población está a favor del proyecto Inambari, “siempre y cuando nos den un seguro de vida, por si el dique se rompe y nos inundamos”. Mazuko está aguas abajo de donde sería la represa, por lo que no quedaría bajo el espejo de agua del embalse. Pero si ocurre un accidente, como una ruptura del dique, la pérdida sería total.
Seguimos la ruta, cada vez más montañosa. Llegamos al puente Inambari, quince minutos después de salir de Mazuko. Por la izquierda se va a Puno, por la derecha a Cusco, y atrás está Madre de Dios. En realidad, hay dos puentes: uno nuevo y otro viejo. En el viejo, cerrado al tránsito vehicular, se dejan a secar las hojas de coca. “¿Hay mucha coca por acá, señora?”. “Ya no hay ya. Nos han erradicado”. Luego de las campañas de erradicación de 2005, casi no hay cocales en la zona. O al menos no son visibles.
A pocos kilómetros del puente nos acercamos al punto donde se construiría la central hidroeléctrica, en la confluencia de los ríos Inambari y Araza. Es una región montañosa, y la carretera va por los márgenes de los ríos. Subimos a una pequeña colina, para ver mejor el punto exacto. En la confluencia de los ríos hay paredes altas de roca, que servirán de base para el dique.
Desde aquí hacia arriba, todo este bosque se va a inundar. Se calcula que serán 36 mil hectáreas o 360 kilómetros cuadrados bajo el agua. Pero, ¿qué es lo que se va inundar?
[pullquote]La subida a Puno por el tramo IV de la Interoceánica Sur nos muestra un paisaje precioso. Los bosques de selva alta están sumamente conservados. El terreno es accidentado, y las zonas agrícolas son reducidas.[/pullquote]
La subida a Puno por el tramo IV de la Interoceánica Sur nos muestra un paisaje precioso. Los bosques de selva alta están sumamente conservados. El terreno es accidentado, y las zonas agrícolas son reducidas. La minería en el río Inambari es muy pequeña en esta zona: pequeños grupos de personas con bateas en las orillas del río. Pero para los habitantes del lugar, es importante. “Acá no nos falta nada. Si no sale alimento de la chacra, nos vamos a pescar o cazar. Si no, sacamos orito y lo vendemos”, nos dice un dirigente local en Loromayo. Las referencias al “orito” son repetidas en varias entrevistas.
En la subida de la selva puneña la negativa de la población al proyecto Inambari es rotunda. Los ciudadanos de la zona no quieren saber nada con EGASUR –la empresa responsable de realizar el estudio de factibilidad y Estudio de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto- y no les agrada la idea de que serían reubicados y sus tierras quedarían bajo el agua. “Tendríamos que empezar de nuevo en un monte vacío”, nos explica otro agricultor.
En San Gabán conversamos con varios dirigentes, entre ellos el Presidente de la Ronda Campesina, que nos ratifica la oposición social al proyecto. No están dispuestos siquiera a negociar con la empresa o el Estado. Hay una razón adicional: la carretera. “Hace décadas que reclamamos la construcción de la carretera, y ahora que está casi lista, la quieren inundar”. Efectivamente, la construcción de la represa supondría inundar alrededor de 100 kilómetros de la flamante Interoceánica.
[pullquote]En la subida de la selva puneña la negativa de la población al proyecto Inambari es rotunda. Los ciudadanos de la zona no quieren saber nada con EGASUR[/pullquote]
Regresamos a Mazuko y al día siguiente subimos hacia Cusco, por el tramo II de la Interoceánica Sur. El paisaje también es hermoso, pero acá si encontramos una presencia más fuerte de la minería en el río Araza, y a los dirigentes opositores menos organizados. La población desconfía del proyecto, aunque no lo descarta de plano como en Puno, y pide más información. En Quincemil, los representantes del gobierno local se quejan de carecer de poder de decisión sobre el proyecto, ni capacidad para hacerle frente al avance de la minería.
De regreso en Mazuko, conversamos con representantes de EGASUR, quienes amablemente responden a nuestras preguntas. Nos aseguran que el proyecto no empezará si no cuenta con la licencia social y un EIA favorable, que no se inundará nada hasta que los habitantes de la zona estén reubicados y la nueva carretera terminada, y que el proyecto traerá trabajo y desarrollo a la zona. Nos explican que las 36 mil hectáreas serán deforestadas antes de inundarlas, y escuchamos con preocupación que los representantes de EGASUR no saben qué harán con la toda la biomasa extraída: ¿Echarla al río? ¿Quemarla?
Los días de viaje por la zona nos dejan una visión más directa del valor de la zona y, sobre todo, de la actual percepción social sobre el proyecto. Lo que encontramos fue, principalmente, agricultores pobres, que han hecho su vida y echado raíces en una parte reducida de un bosque bastante conservado, que brinda servicios ambientales y supone grandes oportunidades de ecoturismo. ¿Es realmente necesario deforestar e inundar 36 mil hectáreas, inundar la flamante Carretera Interoceánica y generar conflictos sociales para exportarle energía a Brasil? El lector podrá sacar sus propias conclusiones.
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Fotos: Thomas Müller / SPDA
4 comentarios · Dejar un comentario
escribo en aras de la conservacion de los recursos, y porque se esta presentando una situacion muy grave en el Museo de Historia Natural de la Universidad de S Marcos, Lima, Perú…les envio el sitio para que uds lean y apoyen dando una comunicacion al rectorado rectorado@unmsm.edu.pe o a la direccion del museo mismo o al decanato de la facultad de Cioencias Biologicas:decanato@unmsm.edu.pe.
otro enlace acerca del Museo mucho mas explicito,
http://spaciolibre.net/?p=5748
atentamente,
Ma Amelia F
Es lamentable lo que el gobierno del señor Garcia esta impulsando de manera irresponsable. Me pregunto, el señor Garcia ¿es peruano?, ¿ama al Peru (su gente, historia, cultura, territorio)? ¿es un tonto de capirote, lleno de buenas intenciones que no sabe lo que hace? o es simplemente un mercader, que ha encontrado en la poltica la manera de hacer dinero facil y que se jodan los incautos que lo eligieron y los peruanos que lo seguimos soportando, pues es inimputable.
Me parece, por la montaña de evidencias de corrupcion, que la última opcion es la que calza con su «gestion gubernamental»
Como siempree en nombre del supuesto desarrollo,queman,innundan y destruyennnn,la tierra de todosss no solo peruanoss,al menoss comuniquemonos para formar mayor CONCIENCIA e nuestra Riquieza verdadera!!!!!Ríoss y vida a su alrededor en todas sus formass,dejemos de ser esclavos de 4 feudalistass!!!
CUENTAN UDS. CON EL APOYO DE LOS PUNEÑOS QUE QUEREMOS VIVIR UN POCO MAS, QUE QUEREMOS DEJARLES A NUESTROS HIJOS Y NIETOS UN PLANETA CON BOSQUES QUE PERMITAN RESPIRAR POR LO MENOS UN POCO DE AIRE PURO, EN PUNO QUIEN SUSCRIBE HA EMPEZADO UNA CAMPAÑA PARA LA NO CONSTRUCCIÓN DE LA HIDROELÉCTRICA DEL INAMBARI; EN PUNO Y EL PERÚ NO HAY NECESIDAD DE ENERGÍA ELÉCTRICA ENTONCES PARA QUE GENERAR MAS?…SOLO PARA ENRIQUECER A LOS CAPITALES BRASILEROS? BASTA YA DE DEPREDAR LOS BOSQUES Y LOS DERECHOS DE LOS PUEBLOS DEL INTERIOR DEL PAÍS SOLAMENTE POR GENERAR MAS RIQUEZA, PUNO NO ESTA DE ACUERDO CON ESTA CENTRAL HIDROELÉCTRICA
NO A LA CONSTRUCCIÓN DE LA HIDROELÉCTRICA DEL INAMBARI; DEFENDER LA BIODIVERSIDAD DE LA SELVA PUNEÑA, ES NUESTRA OBLIGACIÓN.