En un comunicado, la Conferencia Episcopal Peruana señaló la necesidad de proteger y promover la agricultura en el valle del Tambo, así como las aguas superficiales y subterráneas que irrigan los cultivos. Asimismo, subrayó la importancia de las inversiones y la creación de puestos de trabajo que significa el proyecto minero Tía María, pero también expresó la preocupación de la organización eclesiástica por priorizar el bien común y el desarrollo sostenible y solidario.
«Nos preocupa las poblaciones que durante años viven de la agricultura, dinamizada en los últimos tiempos, que es necesario promover y proteger, puesto que favorece la alimentación y una muy importante generación de puestos de trabajo que mejora la economía de las familias, la región y del país en su conjunto», expresó la asamblea de los obispos peruanos.
Los religiosos también lamentaron los hechos de violencia que se vienen suscitando en la provincia arequipeña de Islay e hicieron un llamado a retomar el diálogo. Asimismo deploraron la muerte de los agricultores Victoriano Huayna y Henry Checya, quienes fallecieron producto de los enfrentamientos con la policía. «¡No debe haber más víctimas! Lamentamos también los numerosos heridos tanto de la policía como de civiles que ya son muchos. ¡No más violencia¡«, exclama el comunicado firmado por los arzobispos de Ayacucho, Salvador Piñeiro; Trujillo, Miguel Cabrejos; y Huancayo, Pedro Barreto.
Por último, reafirmaron su disposición de respaldar iniciativas que promuevan el diálogo en la zona para la defensa de la vida, la construcción de la paz y la justicia. «Ratificamos nuestra voluntad de respaldar y apoyar las iniciativas para restablecer el diálogo y la construcción de Paz», aseguran.
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