Sin rumbo ni timonel: La renuncia de De Boer y el estado del Acuerdo de Copenhague
miércoles 24 de febrero, 2010
Escribe Gerardo Honty / Investigador Centro Latinoamericano de Ecología Social – CLAES / Integrante Plataforma Climática Latinoamericana
El Secretario Ejecutivo de la Convención de Cambio Climático acaba de anunciar su próximo abandono del cargo. Una rápida lectura de los sucesos posteriores a Copenhague puede dar una idea de los motivos.
El pasado jueves 18 de febrero el Secretario Ejecutivo de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático anunció que abandonará su cargo a partir del 1 de julio de este año. Si bien mencionó que su retiro se debe a que pasará a la órbita privada (será asesor de la consultora KPMG) es muy difícil no asociar esta renuncia con los malos resultados de la COP 15 recientemente concluida en Copenhague. No solo por los magros acuerdos alcanzados sino también por la poco ortodoxa forma en que finalizó la COP, con un Acuerdo sin aprobar y una larga lista de países molestos haciendo duras críticas al proceso conducido por él y el presidente de la COP 15 el danés Anders Fogh Rasmussen.
Ante tan confuso y problemático final, Yvo de Boer salió en los días subsiguientes a dar la cara para explicar los alcances del Acuerdo de Copenhague y aclarar cómo iba a llevarse adelante el proceso de asociación al mismo.
Pero el problema principal al que seguramente se haya enfrentado el Secretario Ejecutivo de la CMNUCC es que dos de los principales redactores del Acuerdo de Copenhague (India y China) aún no se han asociado ellos mismos al Acuerdo. India envió la lista de sus acciones de mitigación sin declarar su adhesión. China ha enviado una nota muy ambigua diciendo que «recomienda» y «apoya» el Acuerdo pero sin una declaración de asociación explícita como solicitaba De Boer.
EL PRINCIPIO DEL FIN
Según las versiones que pudimos recoger quienes estábamos en la COP 15 (observadores y periodistas), el Acuerdo de Copenhague surgió de una reunión en la que participaban los Jefes de Estado de India, China, Brasil y Sudáfrica, el llamado Grupo Basic. En esta reunión se introdujo luego -sin haber sido invitado- el presidente de Estados Unidos y entre los cinco redactaron el acuerdo. El texto fue más tarde presentado al Plenario -horas después de que Barack Obama lo anunciara en conferencia de prensa televisada a todo el mudo- recibiendo el frontal rechazo de muchas de las delegaciones presentes.
La Convención entonces decidió «tomar nota» del Acuerdo de Copenhague, un texto que al momento de finalizar la COP 15 no tenía oficialmente ni redactores, ni firmantes ni adherentes. El Secretario Ejecutivo de la CMNUCC en nota del 18 de enero trató de poner un poco de orden al proceso invitando a las Partes a «asociarse» al Acuerdo de Copenhague antes del 31 de enero. Sin embargo aún subsistían dudas. El mismo Yvo De Boer declararía en conferencia de prensa dos días después, que la fecha del 31 de enero no significaba un plazo perentorio sino que los países que quisieran podrían seguir asociándose al acuerdo aún después de vencido el plazo. El día 25 de ese mismo mes el Secretario debió redactar una nota aclaratoria de su nota anterior explicando, entre otras cosas, que el Acuerdo no tenía ningún estatus legal dentro de la Convención.
Entretanto, el 24 de enero el Grupo Basic (los cuatro países artífices del Acuerdo de Copenhague) reunido en la India, concluyó con una declaración ambigua: destaca el papel del Acuerdo, pero establece que la negociación deberá seguir en las «dos vías», es decir, un documento que comprometa a todos los países en el largo plazo y otro que de continuidad al Protocolo de Kioto incluyendo solamente a los países industrializados.
Sin embargo, esto es exactamente lo opuesto al espíritu del Acuerdo de Copenhague que reúne en un mismo texto los compromisos de todos los países «asociados», sean o no Partes del Anexo 1. De alguna manera, los principales actores en la construcción del Acuerdo estaban mandando señales opuestas, o por lo menos ambiguas, acerca de su propio compromiso con él.
Es bastante evidente que el Secretario Ejecutivo de la CMNUCC apostó a una pronta y mayoritaria asociación de todos los países al Acuerdo y puso en ello toda su capacidad y experiencia política. La ausencia de este masivo apoyo, sumado a la ambigüedad de las declaraciones de China e India y el rechazo expreso de varios países seguramente han convencido a De Boer de que el horizonte hacia la COP 16 no aparece muy despejado y que todo su capital político ha quedado por el camino.
ESTADO DE LAS ADHESIONES AL ACUERDO DE COPENHAGUE
Unos ochenta países le han dado su respaldo al Acuerdo de Copenhague (ver Anexo), la gran mayoría de ellos «asociándose» y algunos pocos «apoyándolo». En algunos casos la diferencia puede no ser importante, pero en otros (como Rusia o China) la sutileza del lenguaje puede ser significativa. No debe perderse de vista que en la nota del 18 de enero, todo el tiempo De Boer se refiere con el término «asociación» a la forma de expresar la adhesión al Acuerdo por parte de los países y el lenguaje jurídico que suele utilizarse en la Convención es muy preciso.
Todos los países del Anexo 1 se han asociado explícitamente al Acuerdo de Copenhague, salvo la Federación Rusa y Mónaco que han expresado su «apoyo» al mismo. Veintiséis países en desarrollo se asociaron al Acuerdo y además enviaron sus proyectadas acciones de mitigación, mientras otros treinta y dos se asociaron pero sin explicitar compromisos de mitigación (Palau «apoya» y Papua Nueva Guinea da un apoyo «condicionado»). Dos países (Ecuador y Kwait) expresamente dejan constancia de su no asociación al acuerdo. China como se dijo antes «recomienda» y «apoya» el acuerdo pero no se asocia explícitamente mientras que India solo ha enviado su compromiso de reducir la intensidad de sus emisiones pero sin apoyar ni asociarse al acuerdo.
El balance no es muy positivo si se han puesto en el Acuerdo de Copenhague las esperanzas de una salida para las trabadas negociaciones de la Convención. Seguramente De Boer prevé que la COP 16 de México no va a llegar a buen puerto y él no quiere estar al mando de ese barco.
ANEXO
Países Anexo 1 que se asocian al Acuerdo de Copenhague y además informan de sus Acciones o Metas de Mitigación:
Australia, Belorrusia, Canada, Croacia, Estados Unidos de América, Federacion Rusa (apoya), Islandia, Japón, Kazakhstan, Liechtenstein, Monaco (apoya), Nueva Zelanda, Noruega, Unión Europea (Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Alemania, Estonia, Irlanda, Grecia, España, Francia, Italia, Chipre, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Hungría, Malta, Países Bajos, Austria, Polonia, Portugal, Rumania, Eslovenia, Eslovaquia, Finlandia , Suecia, Reino Unido)
Países No Anexo 1 que se asocian al Acuerdo de Copenhague y además informan de sus Acciones o Metas de Mitigación: Armenia, Benin, Botswana, Brasil, China (apoya), Costa de Marfil, Costa Rica, Etiopía, Georgia, Ghana, Indonesia, Islas Marshall, Israel, Jordania, Macedonia, Madagascar, Maldivas, Marruecos, México, Moldova, Mongolia, Papua Nueva Guinea (condicionado), Rep de Corea, Rep del Congo, Sierra Leona, Singapur, Sudáfrica
Países No Anexo 1 que se asocian al Acuerdo de Copenhague sin incluir Acciones o Metas de Mitigación: Albania, Bahamas, Bangladesh, Bhutan, Bosnia & Herzegovina, Camboya, Chile, Colombia, Djibouti, Emiratos Arabes Unidos, Fiji, Guatemala, Guyana, Laos, Leshoto, Malawi, Mali, Montenegro, Namibia, Nauru, Nepal, Palau (apoya), Panamá, Perú, Rep Centroafricana, Ruanda, Samoa, Serbia, Tanzânia, Trinidad & Tobago, Túnez, Uruguay,
Países que expresamente declaran que no se asocian al Acuerdo de Copenhague: Ecuador, Kuwait,
País sin definición: India
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Publicado en www.energiasur.com
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Fotografía cortesía de: The Edge Malasia
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