• Según estudio elaborado por especialistas del Grupo de Trabajo de Sequías (GTS) del Senamhi, la sequía más severa se presentó en 1992 y afectó a 16 departamentos.
En años recientes, nuestro país ha sufrido graves inundaciones debió a las fuertes lluvias en diversas regiones. Sin embargo, nuestro territorio también ha experimentado sequías que han provocado grandes pérdidas, especialmente en la agricultura, y han creado situaciones de crisis entre las poblaciones por la falta de agua.
Según un estudio elaborado por especialistas del Grupo de Trabajo de Sequías (GTS) del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi), en los últimos 37 años nuestro país ha registrado 10 episodios de sequías severas.
La investigación denominada “Caracterización espacio temporal de la sequía en los departamentos andinos del Perú (1981-2018)” concluye que en el periodo 1981-2018 estas sequías se presentaron en los años 1982, 1983, 1985, 1987, 1988, 1990, 1992, 2004, 2005 y 2016, con intensidades de moderada a extremadamente seco.
Asimismo, el patrón océano–atmosférico en el Pacífico, que dominó durante los episodios de 1983, 1987, 1992 y 2016, refleja la fase cálida de El Niño Oscilación Sur (ENOS) y durante los años 1982, 1990 y 2004 se dieron durante la fase neutra del ENOS.
La sequía de 1992 fue la más severa y afectó a 16 departamentos (Amazonas, Cajamarca, La Libertad, Áncash, Junín, Huánuco, Huancavelica, Pasco, Lima, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Arequipa, Tacna, Moquegua y Puno). Coincidentemente se presentó en un año donde hubo un evento El Niño.
Esta sequía afectó entre 50% a 100% de su superficie, a los departamentos de Áncash, Apurímac, Arequipa, Ayacucho, Huancavelica, Junín, Lima, Moquegua, Pasco y Puno. La severidad más alta (37.6) se dio durante el primer trimestre.
Los reportes evidencian que los impactos de esta sequía presentaron disminución de la producción y productividad agropecuaria debido a la pérdida de la superficie cultivada, así como por falta de semillas para la próxima campaña agrícola con pérdidas en el orden de 15% – 58% principalmente en la región de Puno.
Según el Senamhi, este documento técnico constituye un importante instrumento para la planificación y gestión del riesgo de sequía y por consiguiente al establecimiento de sistemas de monitoreo y pronóstico de las sequías para acciones de prevención.
De acuerdo con la Organización Meteorológica Mundial (OMM), la sequía es considerada como un período de condiciones meteorológicas anormales secas, suficientemente prolongado como para que la falta de precipitación cause un grave desequilibrio hidrológico (OMM, 2006).
El Senamhi 2018, en el marco del GTS y Climandes 2, la define como un “evento climático extremo de origen natural, que resulta de la deficiencia de lluvias considerablemente inferiores a los normales registrados, generando impactos negativos asociados a la vulnerabilidad de los sistemas expuestos”.
Cuando este evento se prolonga en el tiempo (meses y años), la disponibilidad de agua llega a ser insuficiente para satisfacer la demanda habitual de la sociedad y del ambiente. Por ello, las sequías pueden clasificarse en meteorológica, agrícola, hidrológica, socioeconómica y ecológica.
La sequía es un fenómeno que ocurre en todas las zonas climáticas, tanto en regiones húmedas como secas y en cualquier época del año. Si bien no posee una definición universal, en términos generales puede decirse que es un período prolongado, usualmente de longitud estacional o mayor, durante el cual la precipitación se encuentra por debajo de sus valores normales.
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