En su reciente informe denominado “Once comentarios sobre el Informe de los Peritos de Conga”, Robert Morán (también autor del conocido “Peritaje paralelo”), señaló que el estudio de los especialistas contratados por el Gobierno “evitan enfatizar las debilidades del Estudio de Impacto Ambiental”, porque el objetivo es “promover el proyecto sin permitir las demoras que serían necesarias para mejorar los datos inadecuados”.
El documento de Morán (Ver), presentado hoy por el sacerdote Marco Arana, indica además que el peritaje habría utilizado “documentación proveniente de la empresa minera y documentos aún no revelados al público, como por ejemplo el estudio hidrogeológico publicado en marzo de 2012”.
El hidrólogo también asegura que existen inconsistencias entre el resumen ejecutivo y el informe principal del peritaje. “El resumen parece discrepar fuertemente con mi informe (Ver documento), sin embargo una lectura a detalle muestra que reconocen muchas de las mismas conclusiones”, señala Morán.
Según Morán, el informe de los peritos “no brinda pruebas ni datos que demuestren que el sistema hidrogeológico (agua de superficie, agua subterránea de poca profundidad, agua subterránea) no está interconectado en su totalidad”. Sin embargo, continúa el especialista, “en minas similares a Conga, las aguas de superficie y subterráneas demuestran estar interconectadas cuando son sometidas a presión a largo plazo, durante años o décadas”.
Por otro lado, el también geoquímico agrega que el informe de los peritos afirma que “el EIA de Conga no contiene información detallada sobre la tendencia a la contaminación de la calidad del agua”, pero esto sería incorrecto porque “sí tiene evidencia significativa (aunque inadecuada en muchos aspectos) que permite predecir una contaminación importante del agua en el futuro. Si no fuera así, ¿entonces por qué Conga construiría una planta de tratamiento de aguas?”.
También menciona que el proyecto requerirá un tratamiento de aguas a perpetuidad, pero el dictamen pericial “no brinda detalles sobre la necesidad de garantías financieras para pagar por dichos costos indefinidos en el futuro. Por lo tanto, los costos serán pagados por las generaciones futuras”.
Finalmente, Robert Morán señala que el peritaje “a pesar de tener 263 páginas, no revela nada nuevo sobre la zona del proyecto Conga, ni casi nada nuevo sobre la calidad del EIA original”, por lo que el especialista asegura reafirmarse en todo lo que indicó mediante su informe publicado entre febrero y marzo de este año.
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