Rana ingles de fuego: una nueva rana arbórea de Ucayali

 

Crédito: Germán Chávez

  • Conversamos con uno de los descubridores de esta nueva especie que estaría luchando para sobrevivir ante la destrucción de su hábitat.

 

En la cuenca media del río Ucayali, investigadores han encontrado lo que sería una nueve especie de rana arbórea. El nombre científico del anfibio es Scinax piroinguinis sp. nov., del griego “pyro” que significa fuego y el latín “inguis” que significa ingles, y es que una característica única de esta rana es que posee una mancha de color naranja brillante que cubre desde su ingle hasta la superficie anterior de los muslos. 

“Estas manchas en las ingles parecen unas flamas de fuego caricaturesca y para nosotros fue una gran coincidencia pues donde vive ocurren constantes incendios forestales. Por eso la nombramos, la rana inglés de fuego”, nos dice Germán Chávez, investigador asociado de Corbidi. 

La nueva especie también se diferencia por tener una cabeza redondeada y grandes tubérculos cónicos en los párpados superiores y en los talones.  Además, es relativamente mediana respecto del grupo Scinax rostratus.

Las ranas arbóreas dependen de los cuerpos de agua para sus renacuajos, estos suelen viajar y llegar a otras zonas, por lo que el especialista sugiere que pueda haber poblaciones de la rana ingles de fuego del otro lado del río Ucayali. Sin embargo, todavía se necesita más investigación. 

«Encontramos dos machos pero todavía ninguna hembra, creemos que es una especie naturalmente no muy común, esto sucede porque hay especies que no suelen ser vistas frecuentemente por diferentes tipos de amenazas. Necesitamos ubicar una población mayor que nos permita tener una idea de cuántas ranas hay por km2, tener más datos sobre su vida reproductiva y, posteriormente, cuál debería ser su conservación. Estoy seguro de que debe haber una población más grande de estas ranas en algún lado del bosque», agrega Chávez.

El también investigador especializado en herpetofauna del Perú reflexiona sobre la necesidad de tener una visión distinta de ciencia dentro de las instituciones nacionales. 

«Este es el principio de todo y todavía faltan bastantes cosas por conocer de esta especie y otras. No somos un país con biodiversidad baja, sin embargo, no hay un inventario riguroso ni un valor del mismo», concluye. 



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