- El anfibio acuático más grande del planeta está en peligro crítico y podría desaparecer. Conversamos con un especialista en fauna silvestre sobre los retos de conservación de esta especie.
Por Ximena Mejía / xmejia@spda.org.pe
La rana gigante del Titicaca (Telmatobius culeus) es un anfibio endémico que habita en Perú y parte de Bolivia, y se encuentra en «peligro crítico» por la Lista Nacional de Clasificación y Categorización de Especies Amenazadas, según el Decreto Supremo N° 004-2014-MINAGRI.
Es uno de los anfibios más grandes ya que puede llegar a pesar unos 180 gramos y medir entre 30 y 50 centímetros. Una de sus características diferenciales es su piel, la cual es holgada y con pliegues.
Se estima que en los últimos 15 años, el 80 % de su población ha desaparecido por diferentes motivos. Entre ellos: el tráfico ilegal, la contaminación de su hábitat y el cambio climático.
Aunque no existen censos precisos que nos permitan conocer el número de su población, la disminución de las ranas del Titicaca es un hecho real. Entre el 2012 y el 2019, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) reportó el decomiso de 15 mil ranas del Titicaca en Puno. Asimismo, solo en 2018, se decomisaron 3 mil ranas en Lima.
¿Cuáles son los retos para su conservación y los planes para asegurar su supervivencia? Hoy, en el Día Mundial de las Ranas Acuáticas, conversamos con Roberto Elías, profesor e investigador de la Universidad Cayetano Heredia de Lima y director del programa de conservación en Perú del Zoo de Denver (Estados Unidos) sobre el tema.
Un consumo que no es tan “ancestral”
Con el paso del tiempo, se ha convertido en una «costumbre» la venta de extractos de este anfibio, junto con maca o miel de abejas. En algunos casos, suelen ser licuadas vivas y sin eviscerar.
A pesar de no existir base científica que demuestre que los anfibios tienen propiedades medicinales, la rana gigante del Titicaca es comercializada en los mercados de Lima, Cusco, Puno, Apurímac o Arequipa.
“En algunas zonas del país se consume animales silvestres porque son parte de la dieta, como en las comunidades indígenas, ya que existe una base legal. Pero consumir animales que están en peligro de extinción me parece un error. Además, en el caso de los preparados, no existen las medidas sanitarias necesarias. Muchas veces las mantienen en estanques de agua sucia y no pasan por ningún proceso de inspección. Es entonces cuando se desarrollan bacterias y otros microorganismos que pueden infectar al ser humano”, nos comenta Roberto.
En 2021, un investigación de WCS evidenció la presencia de al menos 18 bacterias y parásitos todas ellas con potencial zoonótico, es decir, capaces de producir enfermedades en los humanos que afectan principalmente el sistema gastrointestinal.
Impacto del cambio climático
En Puno, enero de 2023, fue el mes más seco en los últimos 59 años. El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología del Perú (Senamhi) informó que el Altiplano peruano viene registrando déficits de lluvia entre -30 % a -100 %. Estas condiciones secas también han repercutido en la disponibilidad hídrica de los ríos en la vertiente del Titicaca. Lo que ha significado la disminución de los niveles de agua en el lago, un comportamiento que no se registraba en los últimos 20 años.
El Titicaca se extiende por más de 8 mil kilómetros cuadrados de la frontera de Bolivia y Perú, a 3800 metros sobre el nivel del mar. Sin embargo, el lago navegable más alto del planeta y el único hábitat natural que tiene la rana gigante está expuesto a los fenómenos meteorológicos extremos y la contaminación.
Por ejemplo, en 2009, 2011 y 2015 se registraron casos de mortalidad masiva de ranas, asociadas con la contaminación del Titicaca. En la zona se registró presencia de metales pesados, desechos sólidos, insecticidas y pesticidas, entre otros agentes contaminantes.
Aunque todavía no se ha estudiado el impacto del cambio climático en esta especie en particular, se sabe que todo cambio en el clima influye en las especies de anfibios, porque son ectotermos. Es decir, su temperatura corporal depende de la del medio exterior.
«Con los años, se han adaptado a un rango de temperatura, es decir, la temperatura óptima para la especie, que esta se eleve o descienda va a generar que los sistemas del organismo del animal dejen de funcionar adecuadamente como el sistema inmunológico o el digestivo», agregó el especialista.
Plan para recuperar la rana del Titicaca
En 2018, los gobiernos de Bolivia y Perú firmaron el Plan de Acción Binacional de Conservación para la preservación y recuperación de la biodiversidad del lago Titicaca. Entre los objetivos se contemplan seis ejes estratégicos: la reducción de las presiones, fortalecimiento de la resiliencia ecosistémica, mejora de la salud pública, adaptación al cambio climático, información, investigación y monitoreo y la sensibilización, educación y participación de la ciudadanía.
Entre los avances de este proyecto, Roberto Elías nos comenta que hay dos grandes investigaciones que pronto serán publicadas. Una referida a estimar la población de la especie (seleccionando 10 puntos por país) y el otro informe responde a la caracterización genética, para determinar si solo hay una especie o más de rana gigante.
“Considero un tema importante recuperar el lago Titicaca, que es un orgullo para la región Altiplánica. Hay algunas zonas del lago que están muertas. Sin el hábitat, los esfuerzos por conservar la especie serán en vano y no sobrevivirá. Además, creo que es necesaria la educación ambiental, hay personas que consumen la rana gigante pero no saben que está en peligro, no sé si dejarán de consumirla, pero al menos disminuirá su consumo”, enfatizó.
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