¿Qué tan complicado es reinsertar a su hábitat a un animal rescatado del tráfico de fauna?

miércoles 8 de diciembre, 2021

Foto: Municipalidad de Lima

  • A raíz del caso del zorrito andino “Run Run”, existen muchas incógnitas sobre el complejo proceso que representa la reinserción de especies a su espacio natural. 

Por Luis Chacón / lchacon@spda.org.pe

 

Hace poco más de un mes, una noticia generó la atención de un gran número de peruanos. Se trató del caso de “Run Run”, un zorro andino cachorro que fue vendido a una familia de Comas como si se tratara de un perro siberiano y que luego fue captado en reiteradas ocasiones en un asentamiento humano, hasta su posterior captura a cargo del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor).

Tras pasar diversos exámenes, el zorrito “Run Run” fue trasladado al Parque de las Leyendas, lo que generó disconformidad en muchas personas, quienes pedían en las redes sociales del Serfor a liberación del espécimen a su hábitat natural, lo que llevó a que esta institución explicara la situación en que se encontraba el animal: bajo de peso, y con enfermedades producto de su convivencia con perros no vacunados, por lo que sería trasladado a otro centro de cría temporal.

A través de un comunicado, el Serfor también explicó que el zorro “Run Run” no podía ser devuelto a la vida silvestre, debido a que “es un individuo con un alto riesgo de transmitir enfermedades a las poblaciones de animales silvestres con las que podría interactuar”, además de “haber sido criado con animales domésticos y bajo la influencia de seres humanos”, por lo que “no ha aprendido comportamientos asociados a su especie necesarios para su supervivencia”.

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A fin de conocer más detalles sobre el tema de reinserción de animales víctimas del tráfico ilegal de fauna silvestre, Actualidad Ambiental conversó con Jessica Gálvez-Durand Besnard, directora de la Dirección de Gestión Sostenible del Patrimonio de Fauna Silvestre del Serfor, quien además de lo mencionado, precisó que otro de los motivos por los que no se puede regresar a un animal a la vida silvestre es que no se conocer el lugar de procedencia exacto.

“En el caso específico del zorro andino ‘Run Run’, es un ejemplar que ha sido mantenido en cautividad y se ha acostumbrado a la presencia del ser humano y contacto con animales domésticos (perros y gatos), por lo que no ha ocasionado mayor estrés. Se pudo constatar, luego de realizar las evaluaciones y exámenes, que es un animal que se encuentra enfermo y que por su comportamiento se ha acostumbrado a la presencia del ser humano y animales domésticos, lo cual no es un candidato para su liberación”, precisó Gálvez-Durand

¿CÓMO DETERMINAR EXACTAMENTE LA NO REINSERCIÓN DE UN ANIMAL?

Existen muchos puntos a analizar al momento de elegir a un animal rescatado como candidato a liberación: conocer su lugar de procedencia, que esté libre de enfermedades, evaluación de comportamiento para determinar que el animal pueda sobrevivir por si solo y no esté acostumbrado a la presencia del ser humano, tener la certeza de la especie y en algunos casos hasta subespecie, tener la edad adecuada, y contar con un hábitat adecuado para su liberación, además de otros puntos.

“Liberar a un animal que ha tenido contacto con animales domésticos sin controles veterinarios o con humanos tiene un alto potencial de ser portador de virus y/o bacterias. El ejemplar que se pretende liberar en un ecosistema donde va a coexistir con otras especies puede suscitar enfermedades con impactos catastróficos no solo a su población o en las especies que coexistan, sino también a los humanos. Hay que recordar que la actual pandemia es de origen zoonótico (origen animal), es decir que hubo contagio entre animales silvestre y personas que finalmente se ha expresado en una enfermedad altamente contagiosa para el humano, COVID-19, que a la fecha sigue afectando a la humanidad”, comenta la representante del Serfor.

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Ante esta situación, una posibilidad son los centros de crías, pero no son la solución, pues el propósito es que disminuya dicha frecuencia (animales traficados). Sin embargo, también hay casos en los que se logra la reinserción de una especie, tras superar estas evaluaciones, como se han hecho con reptiles (tortugas terrestres o acuáticas), cóndores andinos, además de las experiencias de rehabilitación y liberación de monos, esto último como parte de un proyecto que inició en 2012.

Sobre la posibilidad de que exista una correlación entre la reinserción de una especie a su hábitat natural y una posible extinción a futuro, la experta del Serfor admite que existe un riego a nivel de población de la especie, por lo que es importante buscar un beneficio medible.

“Por ejemplo, los individuos provenientes del tráfico ilegal muchas veces están condenados al cautiverio debido a que se desconoce su procedencia o lugar de origen. La liberación de estos animales podría ocasionar contaminación genética y afectación a la población silvestre de su especie si se introduce una especie que no se distribuye naturalmente en dicha zona o ejemplares de una misma especie, pero de diferentes poblaciones y con diferencias genéticas. Lo que en un futuro puede llevar a la extinción de dicha población, dado que no se trata de un proceso de intercambio genético natural”, comenta Jessica Gálvez-Durand.

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OTRO CAMINO

Según explica Luis Zari, del Programa de Bosques y Servicios Ecosistémicos de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), La Ley Forestal y de Fauna Silvestre (Ley 29763) y su reglamento, indican otras alternativas al rescate de animales, además del traslado a centros de cría y la eutanasia. ¿De qué se trata? Pues de la entrega a personas naturales.

“A veces, en situaciones excepcionales como por ejemplo que exista un exceso de carga de los centros de cría y no puedan acoger a ningún animal, es posible entregarlos a personas naturales siempre y cuando se cumplan condiciones de bienestar animal y no representen ningún riesgo de salud. La eutanasia siempre es la última opción y aplica a especies no categorizadas como amenazadas”, comenta Zari.

Datos:

  • Más del 61% de los animales que se encuentran bajo custodia en los centros de cautividad, como zoológicos, provienen del tráfico ilegal. Solo en Lima, la mayor demanda son aves, seguidos de reptiles y en el tercer lugar mamíferos y son especies que no se distribuyen naturalmente en Lima.
  • El Serfor manifestó que vine trabajando una propuesta para proponer y establecer centros de rescate conducidos por las autoridades competentes para lo cual se ha priorizado algunas regiones donde se decomisan gran número de especímenes provenientes del tráfico ilegal.
  • Entre el 2015 y 2021, las especies más traficadas en el Perú fueron la Rana del Titicaca (10973), el Perico Ala Amarilla (6907) y la Tortuga Taricaya (3218).

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