Del 6 al 18 de noviembre de 2022, los ojos del mundo estarán en la próxima Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP27), que tendrá a lugar en Sharm el-Sheikh, Egipto. El aumento de la frecuencia e intensidad de los impactos del cambio climático como, por ejemplo, las inundaciones, olas de calor e incendios forestales, viene ya cobrando víctimas e irreparables pérdidas tanto en el sur como en el norte global, lo cual ha generado una demanda desde diversos sectores, en especial sociedad civil, a incrementar la ambición y acción climática a nivel local e internacional. Sin embargo, según diversos analistas políticos, las consecuencias del COVID-19 en la economía mundial, así como los efectos de la invasión de Rusia en Ucrania en la matriz energética de grandes economías, crean un contexto de mayor incertidumbre alrededor de la COP27.
Los puntos claves a discutirse en COP27 tendrán como punto de partida aquello «acordado» o «pendiente» de la pasada COP26 que tuvo a lugar en Glasgow, Reino Unido. A fines del 2021, en el marco de la COP26, se logró adoptar el llamado Pacto Climático de Glasgow, el cual tuvo tanto comentarios positivos como negativos. Entre los resultados, cabe destacar la finalización del libro de reglas del Acuerdo de París (para su implementación). Asimismo, se acordó mantener la meta del 1.5 °C. Este última se refiere al punto central del Acuerdo de París, de mantener el aumento de la temperatura media global por debajo de 1.5 grados centígrados con respecto a los niveles preindustriales. Sin embargo, algunos temas candentes se diluyeron, como la eliminación de las inversiones en carbón. Mientras que la financiación de las pérdidas y los daños causados por el cambio climático se postergó para este año en Egipto. A continuación, un resumen de las negociaciones climáticas, con la vista dirigida a los acuerdos adoptados en COP26 que serán clave para entender COP27 y que podemos esperar de esta última.
[Ver además ► Egipto: la COP27 se centrará en el pleno cumplimiento del Acuerdo de París]
Puntos clave del Pacto de Glasgow con una mirada rumbo a COP27:
La cuenta regresiva final: 1.5 °C para seguir vivos
El pacto de Glasgow expresó la alarma y la máxima preocupación por el hecho de que las actividades humanas hasta el momento han causado 1.1 °C de calentamiento global y los impactos asociados ya se están sintiendo en todas las regiones. Además, y en consonancia con la ciencia más reciente, también se reconoció que la acción climática debe perseguir la limitación del aumento de la temperatura a 1.5 °C, en un esfuerzo global por evitar consecuencias más graves del cambio climático.
Cero neto para el 2050
También se reconoció que para limitar el calentamiento global a 1.5 °C, se requiere una reducción rápida, profunda de gases de efecto invernadero, incluyendo la reducción de las emisiones globales de dióxido de carbono en un 45 % para 2030 en relación con el nivel de 2010, y hasta llegar a un nivel neto cero a mediados de siglo, así como reducciones importantes de otros gases de efecto invernadero, como el metano.
Por primera vez, se abordó un poco más concretamente la forma de reducir las emisiones globales. Se hizo un llamado a la reducción progresiva de la energía proveniente del carbón (para aquellos casos donde no es posible la captura y almacenamiento de las emisiones de carbono) y a la eliminación paultina de las subvenciones ineficientes de combustible fósiles. Teniendo en cuenta que muchos países, tanto del Norte como del Sur, siguen dependiendo en gran medida de los combustibles fósiles, se debatió sobre la reducción progresiva en lugar de la eliminación total del carbón.
Se pide a los países que refuercen sus compromisos climáticos
Según los acuerdos anteriores, los países debían presentar sus contribuciones nacionales determinadas antes de 2025, mejorando su acción climática cada 5 años. Al parecer, esto tendrá que cambiar. Según el nuevo pacto de Glasgow, se pide a los países que «revisen y refuercen» sus planes climáticos para 2030 antes de finales de 2022 para alinearlos con los objetivos de temperatura de París, «teniendo en cuenta las diferentes circunstancias nacionales». Sin embargo, el tiempo apremia y son muy pocos los países, que a la fecha, han cumplido con lo acordado. Además, según el reciente informe de Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, publicado en octubre de 2022, si los actuales compromisos climáticos nacionales son implementados, nos encontraríamos frente a un aumento de la temperatura media global de entre 2.4 y 2.6 °C .
La acción climática necesita a todos a bordo
Se reconoció el importante papel de los pueblos indígenas, las comunidades locales y la sociedad civil, incluidos los jóvenes y los niños, a la hora de abordar y responder al cambio climático, y destacando la urgente necesidad de una acción multinivel y cooperativa entre los países. Está pendiente ver si en la actual COP27 se materializa este acuerdo con mecanismos de participación e inclusión de sociedad civil tanto durante como después de la conferencia.
La urgencia de adaptación frente el cambio climático
En Glasgow se destacó la urgencia de ampliar la acción y el apoyo, incluyendo la financiación, la creación de capacidades y la transferencia de tecnología, para mejorar la capacidad de adaptación, reforzar la resiliencia y reducir la vulnerabilidad al cambio climático de acuerdo con los mejores datos científicos disponibles, teniendo en cuenta las prioridades y necesidades de los países en desarrollo.
En el pacto de Glagow se insta a los países desarrollados a que aumenten de forma urgente y significativa su aportación de financiación para el clima, la transferencia de tecnología y la creación de capacidad para la adaptación, a fin de responder a las necesidades de los países en desarrollo como parte de un esfuerzo global, incluso para la formulación y aplicación de planes nacionales de adaptación.
Finanzas climáticas
Destaca la necesidad de movilizar la financiación climática de todas las fuentes para alcanzar el nivel necesario para lograr los objetivos del Acuerdo de París, incluido el aumento significativo del apoyo financiero a los países en desarrollo, que va más allá de los 100 mil millones de dólares al año. Además, observa con profundo pesar que el objetivo de las Partes que son países desarrollados de movilizar conjuntamente 100 mil millones de dólares al año para 2020, en el contexto de acciones de mitigación significativas y transparencia en la aplicación, aún no se ha cumplido. Rumbo a COP27 se espera que se defina una nueva meta de financiamiento sobre el piso de los 100 mil millones. A la fecha, un reciente estudio de OXFAM indica, sin embargo, que los países desarrollados han contribuido a solamente un cuarto de la meta, es decir alrededor de 25 mil millones de dólares.
El pacto de Glasgow «insta» además a los países desarrollados a cumplir plenamente la meta de financiamiento «urgentemente y hasta 2025», haciendo hincapié en la importancia de la transparencia a la hora de establecer cómo se cumplirá el compromiso. El pacto «insta» a los países desarrollados a proporcionar una mayor claridad en sus compromisos financieros y a «duplicar al menos su provisión colectiva de financiación para la adaptación a los países en desarrollo desde los niveles de 2019 para 2025, en el contexto de lograr un equilibrio entre mitigación y adaptación». La gran interrogante para la COP27 es cómo llevar a acciones concretas este llamado a un incremento del financiamiento para adaptación.
Reconocimiento de «Pérdidas y daños por el cambio climático»
En el 2021 se reconoció que el cambio climático ya ha causado y causará cada vez más pérdidas y daños a medida que aumenten las temperaturas. Los impactos de los fenómenos climáticos y meteorológicos extremos, así como los fenómenos de aparición lenta, supondrán una amenaza social, económica y medioambiental cada vez mayor.
Asimismo, se acogió la puesta en operación de la llamada «Red de Santiago» que busca evitar, minimizar y gestionar las pérdidas y los daños asociados a los efectos adversos del cambio climático. Esto incluye la definición de sus funciones y el proceso para su institucionalidad. Se concedió además el establecimiento de un «Diálogo de Glasgow» con miras a la COP27, para debatir la financiación de las actividades para «evitar, minimizar y gestionar las pérdidas y los daños asociados al cambio climático».
La COP Africana: COP27
Si bien la agenda de la COP27 es variada y amplia, será el componente financiamiento y adaptación al cambio climático uno de los temas centrales, en contraste con previas COP en las que el centro de las negociaciones giraba en torno a mitigación. Asimismo, la asignación de recursos financieros y definición de mecanismos de financiamiento para el componente de pérdidas y daños causados por la crisis climática, se perfila también a ser uno de los punto más importantes a tratarse en el marco de la llamada COP Africana. Por otro lado, temas como la implementación de un nuevo mercado de carbono en relación al artículo 6 del acuerdo de París será otro de los temas álgidos dentro de las negociaciones. Como todos los años, el mundo dirige su mirada a la Conferencia Mundial del Clima de las Naciones Unidas; sin embargo las consecuencias económicas de la pandemia y de la crisis energética mundial se perfilan también como variables que generan incertidumbre en las negociaciones y por ende a los resultados que se obtengan de la COP27 a mediados de noviembre de este año.
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