- El Tratado de Alta Mar busca poner límites a la pesca, las rutas de navegación y las actividades de exploración en alrededor del 30 % de los océanos.
- El último acuerdo internacional sobre protección de océanos se firmó hace 40 años, en 1982: la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar.
Nuevas reglas para la protección de los ecosistemas marinos. Los países miembros de las Naciones Unidas (ONU) llegaron a un consenso para conservar las áreas de los océanos que se encuentran fuera de las jurisdicciones nacionales. Luego de 38 horas de conversaciones, en la sede de la ONU en Nueva York, se acordó revertir la pérdida de la biodiversidad y asegurar el desarrollo sostenible de los océanos a través del Tratado de Alta Mar.
Se calcula que dos tercios de los océanos del mundo son considerados aguas internacionales y está conformado por ecosistemas únicos. Sin embargo, solo el 1 % de estas aguas, conocidas como alta mar, se encuentran protegidas. Esto significa que en estas zonas del planeta no existe una regulación para la sobrepesca o el tráfico marítimo.
Por esta razón, el Tratado de Alta Mar busca poner límites a la pesca, las rutas de navegación y las actividades de exploración en alrededor del 30 % de los océanos, una meta que se busca alcanzar al 2030.
“Es una victoria para el multilateralismo y para los esfuerzos globales por contrarrestar las tendencias destructivas que enfrentan la salud de los océanos, ahora y para las generaciones venideras”, señaló el secretario general de la ONU, António Guterres.
El tratado incluye otras medidas como arreglos para compartir recursos genéticos marinos, que es el material biológico de plantas y animales en el océano, utilizados para la creación de productos farmacéuticos, procesos industriales e incluso, alimentos. Actualmente estos recursos no son compartidos de forma equitativa, pues las nacionales más ricas son las que tienen el financiamiento suficiente para explorar las profundidades del mar.
Además, se busca desarrollar los requisitos para las actividades en aguas profundas como la minería, esta actividad logra extraer minerales de un lecho marino a 200 metros o más de profundidad.
“Es un tratado histórico. La creación de áreas marinas protegidas en espacios internacionales, donde no hay jurisdicción, permitirá alcanzar la nueva meta de conservación que es el 30 % del océano para el 2030. El tratado también busca establecer medidas de mitigación y adaptación frente a la crisis climática, además de una regulación sobre los recursos genéticos”, explica Alfredo Gálvez, especialista en áreas amrinas protegidas del Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA.
“En nuestro país, una fuerte parte de la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada, se sitúa en el límite de las 200 millas y el tratado contribuye a darle una importancia a esta zona para frenar estas actividades protegiendo la biodiversidad”, agregó.
Los siguientes pasos
El Tratado de Alta Mar todavía es un acuerdo en papel y el camino para proteger los océanos será largo. Los técnicos deberán garantizar la uniformidad de los términos y que sea traducido a los seis idiomas oficiales de la ONU, luego las naciones deberán ratificar el tratado, lo que a menudo requiere aprobación legislativa.
“El texto está aprobado y consensuado. Lo que falta es acelerar el proceso de ratificación e implementación y determinar algunas cuestiones claves, como la operatividad para establecer áreas marinas, la distribución de recursos genéticos en estas zonas, entre otros”, dijo el especialista.
Especies marinas en estado crítico
Según la última evaluación de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), casi el 20 % de las especies marinas están en peligro de extinción. La pesca ilegal e insostenible, la contaminación y el cambio climático son algunas de las amenazas principales para estos animales, pero este último factor parece ser el más grave al tener un impacto negativo en al menos el 41 % de las especies marinas amenazadas.
Por otro lado, se estima que las poblaciones de tiburones y rayas han disminuido en un 70 % en los últimos 50 años, debido principalmente a la sobrepesca.
Para Andrea Collantes, bióloga marina de la SPDA, el Tratado de Alta Mar no solo tiene importancia por la conservación de los ecosistemas marinos, sino también por las futuras investigaciones en estas zonas del planeta que no han sido exploradas en su totalidad por los humanos
“Si bien la investigación en ecosistemas de alta mar aún es insuficiente, por lo inaccesible y costoso, sabemos que muchas especies de importancia biológica y pesquera realizan migraciones anuales en estas zonas. El establecimiento del tratado permitirá unificar el esfuerzo de protección integral, incentivar a la creación de áreas marinas protegidas, generar conocimiento científico y, algo muy importante, permitiría la inclusión de proyectos de exploración de los fondos marinos cuyos ecosistemas son aún desconocidos pero que cobran importancia debido a su fragilidad ante la propuesta de minería submarina”, puntualizó Collantes.
Comments are closed here.