- Abrazar y/o alimentar especies de fauna silvestre no solo representa una práctica de maltrato, sino también puede ser el inicio de nuevas enfermedades zoonóticas.
Por Ximena Mejía / xmejia@spda.org.pe
Conocer la biodiversidad que alberga nuestro planeta es una actividad turística que puede poner en peligro el bienestar de los animales silvestres. Un ejemplo en concreto fue lo sucedido en Costa Rica en 2019 cuando el Instituto Costarricense de Turismo desarrolló la campaña #StopAnimalSelfies, al notar que un número creciente de turistas llegaban dicho país para tomarse selfies con animales silvestres.
Las autoridades identificaron que las especies más afectadas con esta interacción directa fueron los perezosos y los ocelotes. Entre las prohibiciones estaban consideradas sujetar o abrazar a los animales, ofrecerles comida, seguirlos para estar más cerca o tener contacto directo con ellos.
Según la organización World Animal Protection (WAP), sostener o alimentar a un animal silvestre es considerada una práctica es responsable del sufrimiento de miles de animales alrededor del mundo. Las especies de fauna silvestre suelen ser extraídas de la naturaleza para obtener ganancias utilizándolos como accesorios fotográficos o de entretenimiento.
Sin embargo, el contacto directo con animales de fauna silvestre también está relacionado con un problema de salud pública. La interacción entre humanos y animales puede ser el inicio de nuevas infecciones, llamadas zoonosis.
Las zoonosis son enfermedades infecciosas que se transmiten de forma natural de los animales al ser humano. El crecimiento de la población, el cambio climático, la deforestación y el tráfico ilegal de fauna silvestre han propiciado una mayor diseminación e incidencia de estas enfermedades.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), el 61 % de las enfermedades en humanos son zoonóticas o de origen zoonótico. Asimismo, la OPS resalta que los patógenos zoonóticos pueden ser bacterias, virus, parásitos o agentes no convencionales y propagarse a los humanos por contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente.
Javier Velásquez, biólogo y director del Centro de Rescate Amazónico (CREA) en Iquitos, señala que -en el caso de Perú- algunos espacios de “rescate” de fauna silvestre mantienen a los animales en cautiverio y permiten que las personas tengan contacto directo con las especies silvestres.
“Los animales que se encuentran en un centro de rescate son víctimas del tráfico ilegal y necesitan pasar por un proceso de cuidado y rehabilitación para poder ser devueltos a su hábitat natural. En algunos centros de rescate no se cumplen estrictamente estos protocolos y estos animalitos, más que pasar por un proceso de rehabilitación, son usados con fines turísticos. Es decir, vienen los visitantes y los cargan, pasan de mano en mano durante el día, sufren de estrés y terminan muriendo”, explicó Velásquez y añadió que, si queremos ayudar a los animales a regresar a la naturaleza, debemos ser turistas responsables.
“No tengamos selfies con animales silvestres que están en un centro de rescate, ellos deben reacostumbrarse a volver a la naturaleza y a dejar de depender de los seres humanos”, agregó.
@actualidadambiental 🦥 Javier Velásquez, director del @Centro de Rescate Amazónico, explica por qué abrazar y/o alimentar especies de fauna silvestre representa una práctica de maltrato. . . . #faunasilvestre #conservación #selfies #maltratoanimal #wildlife ♬ sonido original – Actualidad Ambiental
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