Según el I Censo Nacional de la Pesca Artesanal Ámbito Marítimo (2012), en Perú existen 44,161 pescadores artesanales y de pequeña escala. El 42% de la pesca artesanal se desarrolla en Piura y Tumbes. Ello se debe a que el mar del norte, también conocido como Mar Pacífico Tropical, cuenta con una gran biodiversidad que convierte a esta zona en una pieza clave para la alimentación de las familias peruanas. Además, esta zona es hábitat de especies protegidas como la ballena, la tortuga marina o el caballito de mar.
Con el siguiente especial, podrás conocer un poco más sobre la actividad que realizan los pescadores del norte peruano y sus esfuerzos por aprovechar los recursos marinos de manera sostenible, respetando las especies protegidas.
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Son las 5:30 de la mañana y varios pescadores ya están listos para iniciar la faena, mientras otros esperan a sus compañeros que salieron horas antes. La jornada de un pescador a veces dura más de 10 horas.
Las embarcaciones con pescado fresco desembarcan en el puerto de Órganos. La mayoría de la carga será destinada al consumo humano de las localidades cercanas.
La doncella es uno de los peces que más se consigue en los mercados del norte. Apenas llegan al muelle, algunas jabas son enviadas a las bodegas de congelamiento para su reparto.
Otras especies de gran valor comercial son la caballa, cabrilla y cabrillón. Estas también se pueden encontrar en el Mar Pacífico Tropical.
Uno de los problemas en la zona es la depredación causada por aparejos de pesca no permitidos, como la pesca de arrastre. Pese a su prohibición, se les encuentra constantemente pescando en esta zona.
Existen balsillas hechas de palillo proveniente de la selva. Sobre ella se realiza la pesca con cordel, el cual ayuda a la conservación de las especies, ya que dan la opción de seleccionar los tamaños permitidos.
La caleta de pescadores “La Islilla” es una zona privilegiada por su ubicación frente a la isla Foca. El lugar es un ejemplo de lucha para lograr el equilibrio de los distintos tipos de pesca y el turismo sostenible.
Los niños de la zona se aventuran al mar con balsillas hechas por ellos mismos. A muchos, esto les sirve de entrenamiento, ya que al crecer se dedicarán a la pesca artesanal.
Antes los pescadores regresaban con baldes llenos de peces y otras especies, ahora esto ha cambiado debido a la gran depredación generada por embarcaciones de mayor tamaño.
El Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas se encuentra trabajando una propuesta para conservar 116,139.95 hectáreas marinas que se concentran en cuatro zonas: El Ñuro, Isla Foca, Arrecifes de Punta Sal y el Banco de Máncora.
Convertir al Mar Pacífico Tropical en un área natural protegida, ayudará a conservar las especies destinadas al consumo humano y asegurará la actividad económica de los pescadores.
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Fotos y textos: Otto Alegre / SPDA
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