• Las caletas piuranas de Los Órganos, San Pedro de Talara, Cabo Blanco, El Ñuro, Mancora; y las de Tumbes: Cancas y Acapulco, tienen prohibido pescar uno de los más rentables recursos marinos de su zona: la merluza. Tras la culminación de la pesca exploratoria, el 30 de junio, los pescadores artesanales, dedicados tradicionalmente a extraer este recurso como principal actividad económica han dejado de laborar pues temen que Produce decomise la pesca de cada día.

Por Anthony Quispe Oré

La situación de los pescadores artesanales en cinco caletas en Talara (Piura): Los Órganos, San Pedro de Talara, Cabo Blanco, El Ñuro, Mancora; y dos en Cancas y Acapulco (Tumbes) es crítica. Varios de ellos han dejado de pescar desde el 1 de julio, pues la “pesca exploratoria”, modalidad bajo la que podían seguir extrayendo la merluza y que les permitía abastecer los mercados locales y nacionales, culminó el último 30 de junio.

En total, más de 1000 personas, entre pescadores, comercializadores, procesadores, transportistas, y sus familias, se han visto afectados al paralizar toda la actividad extractiva sobre la merluza. Por lo que algunos dirigentes se han visto obligados a trasladarse a Lima para reunirse con el viceministro de Pesca y encontrar una solución a sus demandas.

“Desde ese día hasta el día de hoy no estamos pescando, a pesar que es parte de nuestro sustento diario. Es totalmente preocupante lo que está pasando aquí”, afirma Roberto Namuche, presidente de los pescadores artesanales de la caleta Los Órganos.

La extracción de merluza para los pescadores de las siete zonas afectadas es parte de la sostenibilidad económica de sus familias. Sin esta actividad las ganancias se reducirían en un 70 %.

“Ahora, solo ganamos para sobrevivir, (…) si antes con la merluza ganábamos 80 soles diarios [en una faena regular], ahora solo son 30 soles. A veces, volvemos sin nada”, revela preocupado Namuche.

“Somos pescadores artesanales que utilizamos el aparejo pasivo, por decir, anzuelo, carnada y cordel, que son artes amigables, que nos permite hacer una pesca responsable y sostenible, sin arrastre”, resalta Marcelino Gonzales, presidente del Gremio de Pescadores El Ñuro.

La pesca de merluza en esta zona del país no es reciente. El Censo Nacional de Pescadores Artesanales (CENPAR), realizado en el 2012, reportó que la merluza es la especie con mayor predilección entre los pescadores en Talara.

Para Namuche, las caletas y las artes de pesca de la merluza datan de mucho antes, “es del año 1970 a 1975” rememora Namuche, cuando aún se pescaba sin restricciones. “Hasta el 2003, cuando fuimos excluidos de la pesca de la merluza, desde allí estamos luchando para ser incluidos”, recuerda.

¿Un permiso de pesca momentáneo?

“Lo que los pescadores artesanales dedicados tradicionalmente a extraer merluza necesitan que Produce les otorgue el título habilitante para extraer este recurso, lo cual es viable legalmente, pues Imarpe informó que la flota artesanal no tiene un impacto significativo sobre el recurso”, sostiene Karina Zarbe, especialista legal de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA). Además, agrega que sin este derecho administrativo la condición del pescador es la de “ilegal”, con lo que cientos de personas son obligadas a estar en una situación vulnerable.

Los permisos de pesca consideran algunas restricciones de extracción de especies declaradas “plenamente explotadas” o “en recuperación”, como la merluza. “Los pescadores tienen este permiso de pesca, otorgado por el Estado, en recientes procesos de formalización; sin embargo, al formalizarlos no tuvo en cuenta la problemática de la flota artesanal del norte del país, la cual se encuentra fuera del ordenamiento pesquero de merluza por una omisión de Produce, aun así, los pescadores artesanales que se dedican a extraer merluza, no pueden dejar de hacerlo pues es su principal fuente de ingresos económicos”, asevera Zarbe.

Para solucionar esta problemática, Produce habilitó una pesca exploratoria en el 2019, con participación de embarcaciones artesanales, lo cual les permitió temporalmente realizar su actividad de forma legal. “La pesca exploratoria es una actividad científica en la cual se recaba información de la situación de un recurso hidrobiológico. En el caso de la merluza, permitió a los pescadores artesanales a extraer este recurso con fines de investigación, autorizándolos a comercializar”, señala la especialista.

Pero, esta pesca exploratoria se ha ido ampliando desde el año 2019, mediante decretos supremos. El último de estos data del 29 de marzo de este año y culminó el jueves 30 de junio. La única esperanza de los pescadores artesanales es que Produce apruebe el listado de embarcaciones artesanales que podrán participar del Régimen Especial Provisional para las actividades extractivas de la merluza por embarcaciones artesanales. El plazo para la publicación de este listado vence, oficialmente, 5 días después del fin de la pesca exploratoria, es decir, este 7 de julio.

“Lo que nos preocupa es que ya llegó el 30 y hasta ahorita no nos dicen nada, nosotros ya hemos alcanzando el listado de las embarcaciones y estamos a la espera de este 7 de julio que se vence el plazo [para una respuesta de Produce], ojalá haya una solución al tema, porque si no es así todo esto desencadenaría en un conflicto social”, advierte, Marcelino Gonzales, presidente de los pescadores artesanales de la caleta El Ñuro (Talara), haciendo referencia al listado que el Ministro Jorge Prado Palomino se comprometió a aceptar en reunión sostenida con los dirigentes el 12 de mayo, según agrega el dirigente.

“¡No nos han capacitado nada!”

“El 28 de diciembre del año 2021, tuvimos una reunión con el ministro [Jorge Luis Prado Palomino], donde él nos promete, que era muy probable la modificación del Reglamento de Ordenamiento Pesquero; era un poco difícil, pero nos podrían incluir”, recuerda el dirigente de El Ñuro.

Con la intención de formalizar a los pescadores artesanales de merluza, se estaría preparando una lista de embarcaciones que participaron de la pesca exploratoria. Sin embargo, se revelaron problemas con el registro de bitácoras, requisito que exige Produce, como medio probatorio para ser parte de este listado oficial.

“El problema con el llenado de bitácoras es que Produce no socializó adecuadamente a los pescadores sobre los fines de este documento, así como tampoco diseñó una estrategia adecuada para garantizar que todos los pescadores que participaron de la pesca exploratoria llenen este formulario. Los pescadores, recién en la última semana de junio tomaron conocimiento efectivo de cómo era el proceso, para qué servían las bitácoras y su importancia, de tal forma que recién en la última semana han empezado a registrar sus capturas”, explica Karina Zarbe.

“En la primera pesca exploratoria nos caracterizaron, en la segunda nos dijeron que teníamos que hacer bitácoras, pero ¿cuál es el problema?, es que hay bastante deficiencia de Produce. No nos han capacitado, nada”, explica el presidente de pescadores artesanales de Los Órganos, Roberto Muniche.

De acuerdo a Almendra Mendoza, consultora especialista en pesquería de la organización Environmental Defense Fund (EDF), “no se encontraba claridad en el proceso de llenado de bitácoras, porque los pescadores desconocían cuál era la institución encargada de brindarles una correcta inducción para el llenado de las bitácoras; o Produce o Imarpe”, expresa.

Además, Mendoza, considera que existen cinco factores por los cuales el pescador artesanal de merluza le sería difícil llenar la bitácora: “Uno, desinformación sobre el correcto llenado de bitácoras; dos, Incongruencia entre los tiempos de los desembarques y las horas laborables de los fiscalizadores de Produce; tres, poca disponibilidad del recurso en temporada de invierno para la recopilación de la información en las bitácoras; y por último, la necesidad de un extensionista en campo que facilite la comunicación entre fiscalizadores y pescadores para cubrir el desfase de horarios y las brechas logísticas para la recopilación de bitácoras.”

El desconocimiento de estos factores desencadenaba en una serie de errores al momento de completar la bitácora, por ejemplo “se llenaba en una bitácora el volumen de desembarque de cuatro embarcaciones para una sola embarcación, y las otras tres quedaban sin formato, otro caso es indica que el comerciante se llevaba la copia, que se perdía con el transportista en Lima o Chiclayo, y al final el pescador se quedaba sin respaldo legal del llenado de dicho documento” agrega Mendoza.

“Queremos ver si el 100 % de nuestras embarcaciones, están en ese listado o no, pero no sabemos que listado irá a salir, no sabemos nada, no se pronuncian para nada. No queremos, por ejemplo, que de las 100 salgan solo 50, porque habrá un caos”, argumenta el pescador de Los Órganos.

Pesca, riesgo y decomiso

Frente al riesgo de pescar merluza y ser intervenidos con el decomiso del recurso o la imposición de multas. Los pescadores llevan ya 6 días sin dedicarse a la actividad que les da sustento.

“Del 30 de junio hasta ahora no estamos pescando merluza porque no tenemos autorización, no estamos trabajando”, sostiene el pescador. Finalmente, los pescadores artesanales de merluza de siete caletas históricas del norte solo quieren trabajar y no quieren que esto empeore.

“Si (al final) no nos dan una solución tomaremos medidas de fuerza, pero es lo que no queremos, no queremos llegar a ese punto,” finaliza Marcelino Gonzáles.

Dato:

Dentro de la flota artesanal existente embarcaciones que pescan merluza pero no pudieron participar de la pesca exploratoria dado que no contaban con motor y Dicapi no puede expedir sus certificados de matrícula y en consecuencia no cuentan permiso de pesca, condición necesaria para participar de la pesca exploratoria. Por ello, su problemática es mucho más aguda, dado que el régimen especial provisional establecido por Produce no las considera como parte de la flota, a pesar de que ésta es ancestral y declarada patrimonio de la nación, Por lo tanto resulta ser un potencial foco conflictivo en tanto no han abordado la problemática de este grupo de pescadores.

 

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