Por: Yuri Hooker / Biólogo marino de Gobernanza Marina de la SPDA
En la parte central del océano Pacífico, a 1000 kilómetros de la costa del continente americano y atravesado por la línea ecuatorial, se encuentran las islas Galápagos, un archipiélago surgido del fondo del mar por erupciones volcánicas hace unos 5 millones de años.
En estas islas, el naturalista Charles Darwin observó las peculiares características de los animales que pueblan este remoto lugar, desarrollando parte de la teoría que explica cómo se dan los procesos evolutivos de las especies, según se van adaptando en el tiempo a los cambios en el ambiente donde viven. Estos procesos en las islas Galápagos son muy notorios en tierra, por el aislamiento en que viven sus especies, pero también ocurren bajo el agua, aunque de una manera diferente y más dinámica.
Galápagos y La Niña
Hace poco estuve por primera vez en las islas Galápagos con la ilusión de zambullirme en este paraíso insular, considerado uno de los mejores lugares del mundo para bucear con tiburones, lobos marinos y especies endémicas de peces e invertebrados. Pero también existía otra motivación: saber qué tan evidente era la influencia de la corriente del Perú (Humboldt) en las islas, considerando que actualmente está ocurriendo un evento oceanográfico intenso, La Niña, que mantiene el océano Pacifico central más frío de lo usual. Y sí que fue evidente…
Mi primer contacto con el mar de Galápagos fue en la pequeña ensenada Darwin, de la isla San Cristóbal, donde me sorprendió que el agua estuviese a 16 °C -realmente fría para este lugar- casi como bucear en las costas frías del mar peruano. En buceos posteriores y a mayor profundidad, lo que ocurría era evidente: las aguas, usualmente transparentes y cálidas de las islas Galápagos, se presentaban frías y muy turbias, dominadas por la corriente de Humboldt, aguas muy productivas y cargadas de plancton y nutrientes que vienen desde Perú.
En condiciones oceanográficas normales, es frecuente la llegada de aguas de la corriente del Perú o Humboldt a las islas Galápagos, pero lo común es que lo hagan desde la profundidad, viajando por debajo de la Corriente Ecuatorial del Sur y surgiendo recién a la superficie al chocar con la parte profunda de las islas, y subir como afloramientos. Sin embargo, durante un evento de La Niña, intenso como el actual, la corriente de Humboldt se mantiene en superficie, empujada por los fuertes vientos alisios hasta llegar a las islas, llevando gran abundancia de plancton y, por ende, agua turbia. La visibilidad era de apenas unos 5 metros de distancia bajo el agua.
Debido al frío, ¿qué ocurre con los animales bajo el agua?
Durante los buceos estuvieron ausentes los animales que más esperaba ver: los tiburones, pues estos prefieren las aguas cálidas y migran hacia las islas norteñas del archipiélago, menos influenciadas por la corriente fría.
Algo parecido también ocurría con los cardúmenes de varias especies de peces de origen tropical. Si bien era fácil ver las paredes rocosas llenas de corales abanico, esponjas, erizos, estrellas de mar y algunos pequeños peces de arrecife, los cardúmenes de grandes peces estaban prácticamente ausentes, salvo las abundantes cabinzas rojas (Paranthias colonus), una especie que soporta bien las aguas frías y que también es común en el norte peruano. Fue raro bucear entre especies tropicales y endémicas de Galápagos, pero con temperaturas del mar más frías de las que encontramos en Piura o Tumbes.
Entre Perú y Galápagos
Las condiciones oceanográficas actuales nos dan la pista sobre algo poco conocido pero que es un hecho en estas islas: la existencia en Galápagos de poblaciones de algunos peces e invertebrados propios de la costa peruana y el norte de Chile, es decir, especies (casi) endémicas de la corriente de Humboldt.
La mayoría de las especies de peces de las Galápagos pertenecen al gran ecosistema del mar tropical del Pacífico oriental y son comunes en la mayor parte de la costa de América, entre el Golfo de California hasta el norte de Perú, incluyendo el corredor de las islas del Pacífico frente a esta región. Además, Galápagos también tiene algunas especies que provienen del Indo-Pacífico, las que llegan traídas por las contracorrientes desde el otro lado del océano.
Finalmente, en las islas más al sur del archipiélago, la corriente de Humboldt lleva constantemente huevos y larvas de algunos peces e invertebrados desde Perú, asentándose ahí. Algunas de estas especies son, por ejemplo, la chita (Anisotremus scapularis), peces loro negro (Oplegnathus insignis), pejeperro (Semicossyphus darwini) y la viejita arlequín (Bodianus eclancheri).
Pero también ocurre lo contrario. Cuando en el Pacífico ocurre el fenómeno oceanográfico inverso y se calienta más de lo habitual, la Contracorriente Ecuatorial lleva aguas tibias hacia la costa de Sudamérica, incluyendo huevos y larvas de especies tropicales y de algunas especies que en su momento fueron consideradas endémicas de las islas Galápagos, como, por ejemplo, el erizo lápiz de Galápagos (Eucidaris galapagensis) y el pez jaqueta cola blanca (Stegastes beebei).
Pero la conexión que existe entre las islas Galápagos y Perú no acaba ahí. Se han seguido rutas migratorias de tiburones ballena, mantarrayas y tortugas marinas que van y vienen desde las islas hasta el norte peruano, algo que también podría estar ocurriendo con los tiburones martillo, atunes y merlines, aunque aún falta mucho por investigar las migraciones de estas especies.
Algo aun más sorprendente es que algunos mamíferos marinos considerados como endémicos de las Galápagos, también han sido registrados en la costa norte peruana, como el león marino de Galápagos (Zalophus wollebaeki) y el lobo fino de Galápagos (Arctophoca galapagoensis). Esta última especie es frecuente de observar en las costas de Piura y Tumbes y, al parecer, tiene una pequeña colonia reproductiva en isla Foca, Piura, la única fuera de las islas Galápagos.
Protegiendo el corredor biológico Norte Peruano – islas Galápagos
Muchos aprendizajes en este viaje a través del océano y una reflexión: ¿cuál es la mayor diferencia entre las islas Galápagos y el norte peruano? Galápagos es un parque nacional protegido por el Gobierno de Ecuador, ejemplo mundial de conservación de la biodiversidad y visitado por miles de turistas para apreciar la maravilla de la naturaleza y la evolución. Por otro lado, el norte tropical del Perú con su enorme biodiversidad y condiciones ambientales únicas en el mundo, es aún un lugar echado a su suerte, con mucha pesca ilegal y sin ningún área marina protegida que conserve su espectacular fauna acuática.
¿Qué debemos hacer? Pues, hacer realidad un proyecto con más de diez años de postergación para crear la Reserva Nacional del Mar Tropical de Grau. Esta propuesta incluye cuatro sectores del mar de Piura y Tumbes, cada uno con características ecológicas diferentes: El Ñuro-Cabo Blanco, que representa el límite sur del mar tropical del Pacífico oriental; Arrecifes de Punta Sal, un ambiente netamente tropical del Pacífico; Isla Foca (y áreas aledañas), que representa al ecosistema de transición entre la corriente de Humboldt y el mar tropical; un sector del Banco de Máncora, una meseta submarina tropical de aguas profundas. Además, con esta protección, tambien se estaría conservado el origen y el fin de las rutas migratorias entre Galápagos y el norte peruano.
El retorno y los futuros proyectos para la conservación
Nuestro retorno desde Galápagos hasta Perú lo hicimos navegando con un grupo de colegas peruanos, por invitación del navegante peruano Alec Hughes, atravesando el Pacífico desde las islas hasta Los Órganos, en el norte de Perú. Durante el viaje surcamos las aguas que fluyen sobre las montañas del Banco de Máncora, un lugar profundo y aún casi inexplorado que, por las evidencias que se tienen, alberga una excepcional diversidad de especies únicas. El Banco de Máncora es un lugar que estamos empecinados en investigar y mostrar al mundo, lo cual esperamos hacer en el corto plazo y se está planificando, pero esa es ya otra historia…
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