Peligros del comercio de aleta de tiburón: una amenaza a la salud de los océanos y las especies

sábado 13 de julio, 2024

Aletas de tiburón incautadas en operativo en Piura. Foto: Sunat

  • Impulsado principalmente por la demanda en mercados asiáticos, el comercio de aleta de tiburón, aceite de hígado y su carne ha mermado las poblaciones de esta especie a nivel global.

 

Perú es uno de los principales exportadores de aletas de tiburón al mercado asiático y se posiciona dentro de las diez pesquerías más grandes de tiburón a nivel mundial. Sin embargo, la presión pesquera que se ejerce sobre los tiburones está diezmando sus poblaciones de manera acelerada. Según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), de las 66 especies de tiburón en Perú, 11 se encuentran en peligro crítico. 

La alta demanda por los productos a base de tiburón, solicitados por las industrias alimentaria, farmacéutica y cosmética, ha presionado a las poblaciones de tiburones al punto que la mayoría de las especies está reduciendo su número, de acuerdo a la UICN. Los productos demandados incluyen carne, aceite de hígado y aletas. 

Según un estudio realizado por MarViva, donde se comparan datos de exportación de tiburones desde Latinoamérica a Asia, llega mucho más tiburón a Asia del que se registra en los desembarques. La razón principal serían los vacíos en los registros de desembarque en puertos latinoamericanos y la pesca ilegal. 

El negocio del cartílago de tiburón y el “aleteo” 

En Perú es frecuente encontrar productos que se ofertan como “cartílago de tiburón” en centros naturistas y de medicina alternativa. Bajo los supuestos efectos de curar o prevenir ciertas enfermedades o, incluso, potenciar la actividad sexual, esta demanda afecta directamente a esta especie.  

La fabricación de estos productos a menudo pasa por un proceso conocido como “aleteo”, en el que se cortan las aletas de los tiburones y se descarta el resto del cuerpo. Una vez separado, se deja secar el cartílago y se muele hasta convertirlo en un polvo que se comercializa para fabricar cápsulas, tabletas u otros. 

A pesar de que las instituciones académicas dedicadas a la investigación del cáncer no respaldan las propiedades medicinales del cartílago de tiburón, debido a la falta de evidencia concluyente sobre sus beneficios, su venta sigue siendo un negocio.  

En mayo de este año, la Policía Nacional del Perú, Sunat y el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) incautaron más de 3 mil aletas de tiburón camufladas como equipaje en un bus con ruta Piura-Lima. Más de 165 kilos de aletas que representan un valor de casi 200 mil dólares, pues tan solo 150 gramos de aleta de tiburón seca pueden venderse por 180 dólares. 

Aletas de tiburpon incautadas durante operativo. Foto: Ministerio Público

No se trata del primer caso en el que se incauta un cargamento de ese tamaño. En octubre del año pasado, también en Piura, se decomisó un cargamento de 1600 aletas (146 kilos) que no contaban con la documentación para transportar y comercializar este insumo. En esta ocasión, el cargamento ilegal iba camuflado como “encomienda” y fue detenido en la carretera Piura-Chiclayo con destino a Lima. 

Asimismo, un informe de Ojo Público, publicado en enero de este año, señala que la Contraloría General de la República detectó irregularidades en la emisión de 35 permisos para la exportación de más de 24 toneladas de aletas de tiburón. Los permisos fueron otorgados por 7 funcionarios del Ministerio de la Producción (Produce). 

Informe sobre el otorgamiento de permiso de exportación de aletas de tiburón realizado por la Contraloría General de la República del Perú. Foto: Infobae.

El mercado asiático es el principal comprador de las aletas de tiburón que salen de Perú y Latinoamérica, en general. Es el ingrediente principal para la sopa de aleta de tiburón, que se consume en banquetes y matrimonios. Según el medio inglés, The Guardian, un tazón de sopa de aleta de tiburón puede costar alrededor de 200 dólares.  

La industria de aletas de tiburón no solo representa una amenaza directa para la supervivencia de esta especie. Los tiburones están a la cabeza de la cadena alimenticia de sus ecosistemas. Como depredadores finales, cumplen un rol importante al controlar poblaciones de distintas especies marinas, manteniendo el equilibrio. Si se retira a los depredadores principales de la cadena, no hay otra especie que ocupe su lugar, lo que compromete la salud del medio marino. 

 

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