[Opinión] ¿Se está protegiendo a la anchoveta de la depredación?
lunes 5 de febrero, 2018
* Una mirada a lo que fue la segunda Temporada de Pesca 2017 del recurso anchoveta y el debate en torno a la alta incidencia de juveniles reportados
Escriben Milagros Mitma y Bruno Monteferri / Iniciativa de Gobernanza Marina de la SPDA
El 20 de noviembre de 2017, mediante la Resolución Ministerial 560-2017, el Ministerio de la Producción (Produce), autorizó el inicio de la segunda temporada de pesca del recurso anchoveta para consumo humano indirecto, a partir del 27 de noviembre de ese mismo año. Dicha temporada culminaría una vez alcanzada la cuota de captura total establecida en 1.49 millones de toneladas o, en su defecto, cuando el Instituto del Mar del Perú (Imarpe) lo recomiende por circunstancias ambientales o biológicas.
Previo a iniciar la temporada, el Art. 5° de esa misma Resolución autorizó la ejecución de una pesca exploratoria del 23 al 26 de noviembre de 2017, a fin de contar con información actualizada sobre la distribución de la anchoveta, su estructura por tallas y la incidencia de otras especies. Dos días después, dicha pesca fue suspendida mediante la Resolución Ministerial 573-2017-Produce, por un período de 10 días desde las 5 hasta las 30 millas de todo el litoral norte a partir del Callao, debido a que el Imarpe reportó la incidencia de ejemplares juveniles en un porcentaje de 97% (según el Reporte 02-2017 sobre incidencia de juveniles de anchoveta en la Región Norte-Centro remitido a Produce mediante el Oficio 921-2017-IMARPE/DEC).
Sobre el particular, con la medida adoptada por Produce, la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP) decidió paralizar sus actividades pesqueras hasta que mejoren las condiciones del mar. Asimismo, con el fin de no afectar a los juveniles reportados por el Imarpe, decidieron salir a buscar anchoveta adulta a partir de la milla 30 y al ver que las condiciones oceanográficas del mar hicieron que la anchoveta se dispersara en tallas adecuadas, complicando su pesca, retornaron a puerto y se anclaron en ella hasta que mejorara la situación del mar y sea posible ubicar la anchoveta adulta. (Gestión, 2017).
Siguiendo, el plazo de suspensión de la pesca exploratoria fue ampliado por Produce (mediante la Resolución Ministerial 592-2017-Produce) hasta que el Imarpe recomendara el reinicio de la segunda temporada en base a los resultados de la Operación EUREKA LXXI. Armadores y tripulantes tuvieron que esperar hasta el 12 de enero de 2018, fecha en que se reinició la temporada luego de que el informe de la mencionada operación concluyera que era viable levantar la suspensión y autorizar la pesca de anchoveta a partir de la milla 15 pero ya no desde la milla 5, como en un primer momento se había autorizado.
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Esta segunda temporada de pesca ha generado disputas y tensiones, dado que desde un inicio pareciera que existieron dos versiones de lo que pasaba en el mar. Por una parte, los pescadores artesanales de diversas zonas costeras del país alzaron su voz de protesta y reclamaron a Produce la autorización del inicio de esta temporada, difundiendo videos de diversas embarcaciones pescando ¨pura peladilla¨, en referencia a juveniles que no alcanzaban la talla mínima legal de 12 cm. Incluso se ha alertado que se estuvo pescando caballa, que estaría siendo dirigida a la harina de pescado. Esto último fue rechazado por Elena Conterno, presidenta de la SNP, quién en una entrevista mencionó que “serían idiotas los empresarios para hacer harina a partir de especies como la merluza, la caballla y el jurel, porque cuando tú vas a ofrecerla puedes obtener 800 dólares por tonelada métrica, si vendo eso convertido en harina el rendimiento es 23 por cierto, lo que obtendría aproximadamente es 350 dólares.” (RPP Noticias, 2017).La versión oficial del Gobierno, de otro lado, daba a conocer que la segunda temporada de pesca de la anchoveta estaba ocurriendo de acuerdo a lo proyectado. Es más, el 19 de enero de 2018, la ministra Lieneke Schol, informó que “sobre la base del (…) muestreo biométrico, realizado por las empresas ejecutoras del Programa de Vigilancia y Control (PVC), se ha determinado que el porcentaje acumulado de ejemplares de anchoveta en tallas menores en peso es de 13,44%, cifra por debajo del 21% proyectado por Imarpe, y la moda del recurso es de 13 centímetros”. Una semana después, mediante la Resolución Ministerial 028-2018-Produce del 23 de enero del presente, se dispuso el cierre de la segunda temporada de pesca en base a lo recomendado por Imarpe, dada la proximidad del período de desove de verano de la anchoveta.
Cabe señalar que hasta el cierre de la citada temporada, se dispusieron más de 25 suspensiones preventivas de actividades extractivas en zonas de pesca frente a La Libertad, Áncash y Lima. Frente a esto, posteriormente, el 31 de enero del presente año, la ministra Schol informó que solo se había pescado un porcentaje de juveniles de anchoveta de 14.7% en la que fue la segunda temporada de pesca y que las más de 30 zonas de pesca cerradas preventivamente en diferentes momentos, hizo posible la protección de una biomasa estimada en 96,000 toneladas de anchoveta juvenil.
Ahora, bien, como se ha mencionado anteriormente, los pescadores artesanales hicieron llegar sus reclamos, siendo que motivaron que se atendiera con urgencia el asunto. En ese sentido,la denuncia que realizaron no solo llevó a que se generaran reuniones de alto nivel con Imarpe y Produce, sino que también tuvo eco en medios de comunicación y en los congresistas Roberto Vieira, Marco Arana, Víctor Albrecht, Justiniano Apaza y Francisco Villavicencio, quienes el 13 de diciembre del año pasado presentaron el Proyecto de Ley 2255/2017-CR con la finalidad de dejar sin efecto el “Decreto Supremo 024-2016-Produce, que establece medidas para fortalecer el control y vigilancia de la actividad extractiva para la conservación y aprovechamiento sostenible del recurso anchoveta”, argumentando que dicho Decreto “dejó de sancionar la pesca de juveniles (y que ahora) se puede pescar el 100% de juveniles y no constituye infracción si es que se comunica al Ministerio de la Producción para que proceda a cerrar la zona de manera preventiva”.
Es importante resaltar que la idea detrás de no multar a las embarcaciones que comunicasen que estaban pescando juveniles por encima del máximo permitido, surgió para evitar los incentivos perversos que fueron la regla en el pasado. Recordemos que por años, diversas embarcaciones no reportaban la presencia de juveniles y descartaban la pesca en alta mar cuando había mayor incidencia de juveniles de las que permitía la ley para no recibir una sanción una vez que llegasen a puerto. Esta situación comenzó a cambiar con el Decreto Supremo 008-2012-Produce del 4 de diciembre de 2012. Esta norma dispuso la obligación de los titulares de los permisos, sus patrones y/o tripulación de informar con la celeridad del caso a las autoridades competentes, la zona en la que se hubieran extraído ejemplares en tallas menores; para facilitar la declaración de suspensión de las actividades extractivas en la zona o veda, de manera oportuna. Así también, dicha norma establece la prohibición de realizar el descarte de recursos hidrobiológicos en el mar, bajo apercibimiento de iniciarse un procedimiento administrativo sancionador y consiguiente aplicación de una multa o suspensión del permiso de pesca.
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Casi un año después se aprobó el Decreto Supremo 009-2013-Produce que a efectos de disminuir la captura de ejemplares en tallas o pesos menores a los autorizados incorporó la figura de la “suspensión preventiva de la actividad extractiva¨, por un plazo no mayor a 48 horas, en caso se hubiera detectado la captura de recursos hidrobiológicos en tallas o pesos menores a los permitidos en una determinada zona de pesca. Asimismo, su Art. 3° establece la “obligación de comunicar presencia de juveniles y pesca incidental” de manera más expresa y benévola para aquellos pescadores infractores.
Estas normas cambiaron las reglas. Antes las embarcaciones pesqueras infractoras eran sancionadas por extraer juveniles en porcentajes superiores al permitido. Con esta nueva regulación no solo no se les sancionaba si comunicaban la presencia de juveniles en determinadas zonas de pesca, sino que además, al hacerlo antes de que Produce disponga la correspondiente suspensión preventiva, se les permitía capturar un 10% adicional de juveniles. Es decir, en el caso de la anchoveta, se pasó de un límite de 10% para la extracción de juveniles que si no se cumplía se sancionaba, a un 20% de porcentaje de tolerancia juvenil si se le suma el adicional permitido sin sanción.
Posteriormente, en noviembre de 2016 se emitió el Decreto Supremo 024-2016-Produce con el objeto de proteger la biomasa anchovetera mediante la eliminación de la práctica del descarte en el mar. Asimismo, se buscaba obtener información oportuna proporcionada por los titulares de permisos de pesca y la introducción progresiva de medios automatizados de control y vigilancia de la actividad extractiva. Sin embargo, lo que ocurrió con este Decreto fue que ya no se establecían límites de captura de juveniles a los pescadores, siempre y cuando lo reportaran a través de la bitácora electrónica –un dispositivo electrónico que registra y transmite la información de la pesca y que se incorporó por primera vez en esta segunda temporada de pesca de anchoveta–, a fin de poder disponer inmediatamente la suspensión preventiva de la actividad extractiva, esta vez, por un plazo máximo de 5 días en la zona donde se haya registrado la incidencia de juveniles.
A raíz de todo lo mencionado anteriormente, la pregunta que ha estado surgiendo es si el “mecanismo de protección de la biomasa de anchoveta” está cumpliendo sus fines y de qué manera puede ser mejorado. Por un lado, hay quienes abogan que al no existir límites de captura de juveniles de anchoveta y al no aplicarse sanciones a los pescadores infractores, lo que se ha generado es que exista un aprovechamiento de juveniles de manera “intencionada”. Por otro lado, el Gobierno ha planteado que en esta segunda temporada las suspensiones preventivas han sido efectivas, ayudando a proteger una biomasa estimada de 59.882 toneladas de anchoveta juvenil.
A la fecha, el Proyecto de Ley 2255/2017-CR que busca dejar sin efecto el Decreto Supremo 024-2016-Produce, se encuentra en la Comisión de Producción Micro y Pequeña Empresa y Cooperativas desde el 19 de diciembre de 2017, esperando su revisión y dictamen, a fin de ser debatida en el pleno del congreso para su aprobación. Mientras ello ocurre, el Gobierno, el sector privado y la sociedad civil, deberían aprovechar este proceso de debate que se ha abierto a raíz de la segunda temporada de pesca de anchoveta, para seguir ayudando a construir un sistema que siga mejorando con cada temporada de pesca y garantice la sostenibilidad de la pesca de anchoveta, no solo porque es una de las pesquerías más importantes a nivel mundial sino porque cumple un rol clave en el Mar Peruano.
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