Escribe Gustavo Zambrano Chávez (*)
La emergencia nacional frente al avance del coronavirus nos pone ante un enorme reto en materia de salud pública. La inmediata respuesta del aparato estatal es clave para detener el avance del contagio, y que la atención a los casos confirmados sea la mejor. Pero en tiempo de crisis se evalúa también nuestra capacidad de acción frente a diversos escenarios. En el Perú la salud pública debe no solo responder a la situación, sino saber hacerlo con enfoques diferenciados frente a los grupos humanos en mayor situación de vulnerabilidad.
Uno de estos grupos son los pueblos indígenas. Hay varias maneras de atender a las personas de estos pueblos. Pero no se debe actuar solo sobre la base de sugerencias bien intencionadas sino desde hechos y datos. Lo pertinente es revisar de qué manera se planifica el trabajo de la salud pública como derecho desde un enfoque diferenciado para, por ejemplo, lograr los objetivos de detener el contagio y atender a las personas enfermas.
Partamos de un caso, a manera de ejemplo, para sugerir algunas ideas. El distrito de Colquemarca situado en la provincia de Chumbivilcas, en el departamento de Cusco, tiene una población total de 6897 personas de acuerdo con el último censo nacional del 2017. Este lugar es relevante en este momento dado que el 91.59% de la población de todo el distrito tiene como lengua materna una lengua indígena (probablemente sea el quechua), y a la vez el 93.41% se autoidentifica como perteneciente a un pueblo indígena (probablemente, el pueblo Quechua). Es uno de los distritos con los más altos resultados en ambas preguntas del censo nacional. Si bien en este distrito hay nueve comunidades campesinas pertenecientes al pueblo indígena Quechua, los números que mostramos son de todo el distrito, y no solo de estas nueve localidades. Es decir, no todas las personas indígenas van a vivir en una comunidad, en este caso, campesina. Entonces, ¿de qué manera la información sobre el coronavirus y la atención de emergencias en los servicios de salud se está brindando en un distrito donde casi el 100% son indígenas (y hablan una lengua indígena)?
El ejemplo anterior replantea la manera como nos estamos viendo como país y además, para efectos del presente artículo, llama a preguntarse cómo se han pensado e implementado los servicios públicos, como el caso de la salud, y cómo atiende el aparato estatal a las personas de pueblos indígenas ante emergencias como la que estamos viviendo.
Pasemos del caso particular al ámbito nacional. Luego de los resultados del mencionado censo, podemos afirmar que un cuarto de la población nacional, el 25.8% de las personas que viven en el Perú (6 millones), se ha autoidentificado como perteneciente a uno de los 55 pueblos indígenas que hay en el país. Además, el 16% del total de hablantes de 3 años a más de edad a nivel nacional aprendieron a hablar en alguna de nuestras 48 lenguas indígenas. De ese total, el quechua es la lengua más hablada con casi 4 millones de personas que la tiene como lengua materna (13.9% de la población nacional). Veamos el detalle de las cifras: los departamentos con mayor porcentaje de personas que se han autoidentificado como indígenas y que tienen como lengua materna una lengua indígena son como sigue:
Autoidentificación | Lengua materna distinta al castellano |
Puno: 90.8% | Apurímac: 69.9% |
Apurímac: 87% | Puno (68.9%), |
Ayacucho: 81.5% | Huancavelica (64.5%), |
Huancavelica: 80.9% | Ayacucho (62.7%) |
Cusco: 76.1% | Cusco (55.2%). |
[Leer además ► Emergencia por dengue en la Amazonía: ¿cuáles son los síntomas y cómo prevenirlo?]
Del total nacional, Lima es el departamento con mayor concentración de personas indígenas de todo el país con el 22.5% de individuos que se han autoidentificado como parte de alguno de estos pueblos (1 millón 346 mil 399 personas), seguido de Puno (14.3%). Además, Lima es el departamento con mayor número de hablantes de lenguas indígenas u originarias: más de 700 mil personas hablan quechua en Lima, estando la mayor concentración de sus hablantes en San Juan de Lurigancho (26% de la población de este distrito). Ante estos datos no es descabellado preguntarnos de qué manera ya se ha incorporado el enfoque intercultural en la atención sanitaria a nivel nacional, además de revisar cómo se están comunicando las acciones en materia de salud hacia esta gran parte de la población nacional. Por ello, nos preguntamos nuevamente cómo se está tomando, o se ha tomado en cuenta esta realidad. Ciertamente hay prioridades, pero no podemos dejar de lado la realidad en momentos como este.
La emergencia exige como primer frente -efectivamente- informar a las personas indígenas sobre lo que tienen que hacer para que no se genere algún tipo de extensión del contagio.
Todo lo anterior se mueve en el plano de la prevención, escenario que nos permite prepararnos para afrontar la emergencia. Veamos un par de casos solo para revisar si se trabajó en su momento para así estar preparados para lo que viene pasando hoy. A manera de avance se cuenta con la Directiva Administrativa 261-MINSA/2019/DGIESP para la Adecuación de los servicios de salud con pertinencia cultural en el primer nivel de atención (es decir, en las Instituciones Prestadoras de Servicios de Salud IPRESS que atienden al público en el ámbito nacional) aprobado mediante Resolución Ministerial 228-2019-MINSA el 07 de marzo del 2019. A un año de su emisión ¿qué tanto se ha implementado esta directiva? ¿se cuentan con indicadores que permitan conocer el grado o nivel de efectividad de dicha directiva? Por otro lado, el rol de los gobiernos regionales es clave para saber cómo atender la emergencia en zonas indígenas. Y es que los temas de atención de la salud de los pueblos indígenas no solo dependen del gobierno central (establecen las políticas y direcciones a seguir), sino también de gobiernos regionales que tienen entre sus funciones de acuerdo a la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, la supervisión y ejecución de acciones frente a situaciones de crisis de salud (como las heladas, la lucha contra la anemia, y claro el coronavirus), e incluso tienen la facultad para la ejecución de proyectos de infraestructura como es la construcción de hospitales. Podemos difundir qué hacer frente al coronavirus, pero sin una atención con pertinencia cultural eso queda en buenas intenciones.
Otros análisis que podemos hacer con información de la Base de datos de pueblos indígenas del Ministerio de Cultura permiten entender más la situación nacional: El 11% de las personas que no saben leer o escribir (sea en su lengua originaria, pero sobre todo en castellano) y el 9% de personas que no cuenta con algún nivel educativo, son indígenas. Además, el 26% de las personas indígenas no cuentan con acceso a agua dentro de su vivienda y el 40% no cuenta con acceso a desagüe. Finalmente, el 20% de las personas que se han autoidentificado como indígenas en la amazonía y el 28,4% en la zona andina no cuentan con seguro de salud. La emergencia exige como primer frente -efectivamente- informar a las personas indígenas sobre lo que tienen que hacer para que no se genere algún tipo de extensión del contagio. Pero las vulnerabilidades son varias y se entrelazan. Hay aun muchas personas indígenas que no han accedido un nivel educativo adecuado, lo cual las pone en desventaja frente al resto de la población nacional. Esta brecha es mayor en el caso de las mujeres indígenas. Además, son personas que no cuentan con agua potable ni cuentan con seguros de salud universal. ¿Cómo van a procesar la información para responder a la emergencia? Los programas sociales las pueden ayudar, pero no resuelven el problema, que es en última instancia estructural.
Para terminar me gustaría decir que el problema está en qué tan preparados están los servicios de salud pública para atender los casos que se vayan a presentar cuando se trate de personas indígenas. Informemos, sí, en sus idiomas y rápidamente; pero recordemos que las brechas socioeconómicas son profundas. Además, sin servicios de salud que garanticen una adecuada atención diferenciada, los riesgos seguirán presentes, tanto para los casos de coronavirus, como para otros como el dengue.
[Leer además ► Coronavirus y dengue: la Amazonía vive en medio de dos emergencias]
______________________________________________________
(*) Gustavo Zambrano Chávez
Profesor Departamento de Derecho PUCP
Ex Director General de la Dirección General de Derechos de los Pueblos Indígenas del Ministerio de Cultura.
El artículo original fue publicado en la página web del Instituto de Democracia y Derechos Humano de la PUCP, con el título: «Sobre la atención a personas indígenas en los servicios de salud frente a la emergencia nacional del coronavirus».
Comments are closed here.