[Opinión] Inversiones inteligentes en el sector ambiental

miércoles 27 de junio, 2018

Foto: Serfor

Escribe Samín Vargas / Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA

 

La deforestación, degradación, cambio de uso de suelos de cobertura boscosa, tala ilegal y la contaminación ambiental (cursos de agua, suelos, aire, entre otros), disminuyen la capacidad natural de regeneración y producción de bienes y servicios de los bosques. En los últimos años, regiones como Huánuco, Ucayali y Junín están perdiendo bosques a un ritmo creciente. Esta situación, a nivel nacional, es evidente y requiere la ejecución de acciones urgentes, concertadas entre los tres niveles de gobierno y con la participación de las poblaciones afectadas o involucradas.

Con el establecimiento e implementación del Decreto Legislativo 1252, que creó el Sistema Nacional de Programación Multianual y Gestión de Inversiones (Invierte Pe), se abrió una oportunidad para asignar recursos en el sector ambiental, no solo a través de proyectos de inversión pública sino también con intervenciones directas, sin necesidad de elaborar estudios de preinversión que justifiquen la asignación de recursos.

Cuando las necesidades son evidentes, como es el caso de la degradación de ecosistemas, deforestación de bosques en áreas naturales protegidas y otros espacios que concentran diversidad biológica, no se necesita de estudios específicos para justificar la problemática existente, ni evaluar la rentabilidad social, en virtud a la múltiple documentación existente respecto a esta problemática y respecto a los beneficios económicos, sociales y ambientales que brindan los recursos naturales.

[Ver además-> Aprueban declarar de interés nacional la reforestación de la Amazonía]

Economistas como Ernesto Fontaine, experto chileno en evaluación de proyectos sociales, señalaba que cuando las necesidades de la población y de los gobiernos son sentidas o evidentes, no es necesario pasar por todo el ciclo de proyectos, sino asignar recursos para la ejecución de actividades y resolver el problema.

En ese sentido, partiendo de la necesidad de recuperar servicios ecosistémicos, espacios degradados, entre otros activos naturales, ¿por qué tendrían necesariamente que pasar estas intervenciones por el proceso de formulación de un proyecto bajo la normativa de Invierte?

Lo que se requiere son intervenciones urgentes para reforestar laderas, proteger cauces de ríos con barreras naturales, recuperar espacios y cerros sin cobertura vegetal, a fin de evitar desastres naturales que cada año ocasionan pérdidas humanas y cuantiosos daños materiales en infraestructura y servicios públicos que cuestan tanto después implementar a los diferentes niveles de gobierno.

Por ejemplo, aprovechando las transferencias de recursos históricas a los gobiernos regionales (S/. 6200 millones), se hubiese destinado recursos para recuperar la cuenca del Rímac por sus enormes implicancias para la población de Lima Metropolitana que concentra la tercera parte de la población del Perú; o para reforestar áreas deforestadas en Huánuco, Ucayali, San Martín, Madre de Dios, Junín, entre otras regiones.

 

Ver además:

[Opinión] Reforestación versus regeneración natural en tierras degradadas / Escribe Marc Dourojeanni

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