Escribe: Lenin Valencia Arroyo / Programa de Ciudadanía y Asuntos Socioambientales

El día de ayer el general en retiro Daniel Urresti, Alto Comisionado en Asuntos de Formalización de la Minería, señaló que el gobierno había recuperado “La Pampa”, nombre con el que se le conoce a una zona ubicada entre la Reserva Nacional de Tambopata y la Carretera Interoceánica, entre los kilómetros 97 y 115. De haberse logrado esto, estaríamos frente al rescate de un área que desde el 2009 se había convertido en una especie de zona liberada para el ejercicio de la minería ilegal.

Esta es, sin embargo, una recuperación parcial que requiere de pasos adicionales para consolidarse. Recordemos que ya entre el 2011 y 2012 las fuerzas del orden desalojaron a mineros que operaban en “La Pampa” y que estos regresaron luego del retiro de las fuerzas del orden. ¿Qué podemos hacer para que esto no vuelva a ocurrir?

El general Urresti ha señalado que en julio de este año se instalará un puesto permanente de control policial. Esta medida es, sin duda, necesaria y debería ser complementada con acciones que permitan la participación civil en el control de este territorio, además de las medidas de control interno correspondientes para prevenir situaciones de corrupción de funcionarios.

En enero de este año decíamos que el control del territorio en zonas como “La Pampa” no depende sólo del uso de la fuerza pública, ni mucho menos de la sola intervención de las autoridades locales y sectoriales que tienen jurisdicción sobre este territorio (GOREMAD y SERNANP). Esta es una oportunidad única para que el Alto Comisionado lidere un plan de control del territorio de “La Pampa” que permita la actuación coordinada de instancias del gobierno nacional y local, y que involucre a actores de la sociedad civil relevantes como el comité de gestión de la Reserva Nacional de Tambopata. Además este plan de control debería dialogar con propuestas específicas de desarrollo que se deriven del Proyecto Especial de Madre de Dios y que permitan que actores locales, viviendo dentro de la zona de amortiguamiento de la RNT, tengan alternativas de desarrollo viables.

En los siguientes días, el GOREMAD, a través de sus Gerencias de Desarrollo Económico y Recursos Naturales, y el SERNANP también deberían señalar qué acciones piensan desarrollar para consolidar y complementar las acciones de control lideradas por el general Urresti. La vigilancia sobre los recursos de un territorio no es un asunto de exclusiva competencia del Alto Comisionado o de las fuerzas del orden, esta requiere de la participación activa de autoridades locales y de aquellos actores que apuestan por un desarrollo compatible con la vocación ecológica de este territorio.