[Opinión] El lugar ideal para la sede Lima del Jardín Botánico Nacional
lunes 17 de febrero, 2020
Escribe Marc Dourojeanni[1]
El Perú no tiene jardín botánico. Esta es una verdad que debería ser muy incómoda para los que gobiernan el Perú y también para los que son responsables por Lima y Callao. Es, en efecto, vergonzoso que el Perú, país con extraordinaria diversidad florística y que su capital, con más de 11 millones de habitantes, no posea esa herramienta esencial para la conservación, la ciencia, la educación, el esparcimiento y la calidad de la vida ciudadana. Hace décadas que la sociedad civil, los científicos y la prensa reclaman de los gobiernos -nacional, regional y municipal- la solución de esa situación[i]. Pero… no pasa nada. Una disputa sobre el destino de parte de la vegetación arbórea del campus de la Universidad Nacional Agraria La Molina (UNALM) puede brindar una oportunidad para finalmente resolver esa lamentable carencia.
El caso de Universidad de La Molina
La discusión en torno al intento de destinar parte del “Vivero Forestal” de la UNALM para otros fines continúa[ii]. En términos simples, se trata de la erradicación de árboles de un tercio de las 23 hectáreas del extenso campus (160 hectáreas) de esa institución que, hace caso tres décadas fueron defendidos contra invasores y habilitados por una de sus facultades, la de Ciencias Forestales donde instalaron lo que llamaron “Vivero Forestal”. Con el tiempo, esas tierras que eran prácticamente eriazas y por eso no usadas por otras facultades, fueron aprovechados para crear no solamente un vivero sino un arboreto, es decir, un valioso muestrario de árboles nativos y exóticos. Recientemente, las actuales autoridades de la universidad decidieron incluir esas tierras en un nuevo “plan maestro” y destinar un tercio de esa área a otros fines. Las protestas de los profesores de la Facultad de Ciencias Forestales no fueron aceptadas y, de hecho, según denuncia de profesores, el rector ya dispuso la retirada de unos 150 árboles y el inicio de algunas obras.
El argumento esgrimido por el rectorado es de tipo formal, puramente legal. Alega el hecho de que no existiría -o que no fue encontrado- ningún documento con valor jurídico que ampare la cesión de ese terreno a la Facultad de Ciencias Forestales. Ocurre que en esa universidad siempre primó la buena fe y que, internamente, no se han aplicado pretextos de ese tipo. De hecho, es probable que ningún local usado por facultades y departamentos o laboratorios esté amparado por documentos legales especiales. Eso siempre era decidido en base a planes y consensos. La Facultad de Ciencias Forestales ocupa ese lugar, que era inhóspito y sujeto a invasiones, desde hace 27 años y en todo ese tiempo nadie disputó su derecho a plantar árboles allí. En términos de justicia agraria ya adquirió pleno derecho sobre el sitio.
Los motivos expuestos del rectorado en relación con el nuevo “plan maestro”, que justifica sus acciones pueden ser válidos, pero nada explica por qué deben ser ejecutadas precisamente en ese lugar ya ocupado, cuando el campus dispone de tanto espacio relativamente poco usado o con cultivos anuales. Quizá, existan razones no expuestas. Pero, lamentablemente esa decisión implica la destrucción de un bosquete que, como explicado en un artículo anterior, tiene gran importancia para la ciencia -experimentos en curso, presencia de una lagartija endémica- y para la calidad ambiental de ese barrio de La Molina. Pero hay más.
[Leer además ► [Opinión] Vivero Forestal en riesgo: 1500 árboles podrían ser talados en La Molina]
La Molina y el Jardín Botánico Nacional
El campus de la UNALM ha sido mencionado en varias oportunidades y por las más diversas personalidades como el lugar ideal para establecer la tan ansiada sede de Lima del Jardín Botánico Nacional. En efecto, a medida que el tiempo pasa los lugares disponibles para instalarlo se hacen cada vez más escasos, alejados y menos adecuados. La misma Facultad de Ciencias Forestales ha planteado, desde algunos años atrás, transformar el mal llamado “Vivero Forestal” en un “Parque Temático Forestal”, cuyo objetivo principal es destacar los paisajes, bosques, cultivos y crianzas de las tres regiones naturales del país, implementando los campos del Vivero como un espacio temático a disposición de la comunidad. Ese proyecto ha sido oportunamente conversado con las autoridades universitarias y era bien conocido de todos. Actualmente se está implementando su fase inicial, interrumpida por la decisión rectoral.
No es grande la diferencia entre esa iniciativa universitaria y la idea del Jardín Botánico Nacional, sede Lima, reiteradamente propuesto desde hace décadas por la antropóloga María Angélica Matarazzo de Benavides que también es fundadora de la Sociedad Pro-Jardín Botánico Nacional de Lima. La iniciativa, hasta donde el autor sabe, también a sido conversada en alguna ocasión con algunos de los rectores de la universidad.
El sitio, a pesar de los suelos pobres, tiene el tamaño mínimo adecuado y es un lugar estratégico para implantar un jardín botánico, pues se encuentra dentro de los límites de la gran Lima, en un lugar fácilmente accesible para toda la población de Lima y Callao. Ya dispone de vegetación y de espacio adecuado para muchas más. De otra parte, por estar dentro del campus de una universidad nacional de primera clase, ofrece ventajas para un jardín botánico: amplias facilidades para manejo del material vegetativo, grandes colecciones botánicas ya formadas, laboratorios de todo tipo, opciones ilimitadas de coleta de material gracias a los viajes e investigaciones de sus alumnos, uso intenso del jardín por estudiantes y científicos, etc.
La Asociación Pro-Jardín Botánico Nacional de Lima reúne personalidades influyentes de la intelectualidad limeña y tiene contactos a nivel internacional y, sin duda, puede ser decisiva para ayudar a obtener apoyo financiero de los gobiernos nacional, regional y municipal y/o del exterior, para impulsar esa iniciativa que asociaría la Universidad Nacional Agraria de La Molina, especial pero no únicamente a través de sus facultades de Ciencias y de Ciencias Forestales, en su calidad de propietaria del terreno. Disponer del terreno es la condición sine qua non para obtener los recursos necesarios para desarrollar el proyecto del Jardín Botánico Nacional, sede Lima.
Muchas de las grandes universidades del mundo poseen jardines botánicos, lo que siempre consideraron parte fundamental de sus herramientas de investigación y enseñanza. La propia UNALM, cuando aún era la Escuela Nacional de Agricultura, estableció el embrión de un jardín botánico a poco de trasladarse a su campus actual en La Molina. Es muy hermoso y se encuentra prácticamente delante del edifico del rectorado. Pero su expansión prevista fue ahogada por el propio crecimiento de las instalaciones académicas. Otro jardín botánico fue asimismo iniciado por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, en su campus de San Fernando. Pero también fue asfixiado.
La UNALM, que ya tanto ha contribuido al desarrollo nacional, tiene ahora otra oportunidad de hacerlo, de otra forma y que, sin duda, merecería el máximo respaldo y aplauso de la colectividad molinera, limeña y nacional.
___________________________________________________
*La sección “Debate Abierto” es un espacio de Actualidad Ambiental donde diversos especialistas publican artículos o columnas de opinión. Las opiniones son enteramente responsabilidad de los y las columnistas.
___________________________________________________
[1] Ingeniero Agrónomo, Ingeniero Forestal, Doctor en Ciencias. Profesor Emérito de la Universidad Nacional Agraria, La Molina.
[i] http://www.actualidadambiental.pe/wp-content/uploads/2014/10/elcomercio_2014-10-28_p14A.pdf ; https://elcomercio.pe/luces/arte/impreso-jardin-botanico-nacional-empieza-gestarse-lima-noticia-527081-noticia/
[ii] https://www.actualidadambiental.pe/opinion-vivero-forestal-en-riesgo-1500-arboles-podrian-ser-talados-en-la-molina/
Debe estar conectado para enviar un comentario.