[Opinión] ¿Cómo va el Perú respecto a la conservación de su biodiversidad marina?
martes 21 de junio, 2022
- Pese a la creación de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca en el 2021, nuestro país aún no ha cumplido con las metas Aichi respecto a la protección del mar y su biodiversidad.
Por Gabriela García / Programa de Biodiversidad y Pueblos Indígenas de la SPDA
Los océanos generan por lo menos el 50 % de oxígeno en el planeta; además, albergan la mayor parte de la biodiversidad en todo el mundo y son la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas. Sin embargo, estos importantes ecosistemas se encuentran constantemente amenazados.
Actividades como la sobrepesca, la pesca ilegal y los efectos del cambio climático afectan la diversidad biológica marina y producen cambios irreversibles, según el último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés)[1].
Frente a ello, las áreas marinas protegidas (AMP) surgen como una estrategia de conservación orientada a gestionar de forma sostenible estos importantes espacios para la biodiversidad. ¿Cuál es exactamente el rol que cumplen?
Si bien el establecimiento de áreas marinas protegidas es reciente en comparación a las áreas naturales protegidas a nivel terrestre, actualmente el número de AMP en el mundo va en aumento[2].
Estudios científicos demuestran que el establecimiento de AMP proporciona diversos servicios ecosistémicos[3], aumenta la biomasa, la abundancia y el tamaño promedio de las especies marinas explotadas (en promedio 5.1 % y 4.6 % en comparación con las áreas no protegidas[4]); además, promueve la investigación que ofrece una solución basada en la naturaleza para ayudar a los ecosistemas y a las especies marinas a adaptarse a los efectos del cambio climático en los océanos y las zonas costeras[5].
Además, las AMP promueven el desarrollo sostenible al proporcionar innegables beneficios ecológicos, sociales y económicos. Cabe recordar que las AMP, como áreas naturales protegidas, forman parte del patrimonio de la Nación y, por tanto, es la única herramienta de conservación de biodiversidad en ámbito marino contemplado por la legislación.
¿Cómo vamos en áreas marinas protegidas?
Según las metas Aichi del Convenio sobre la Diversidad Biológica y los Objetivos de Desarrollo Sostenible, todos los océanos deben ser sostenibles y, por tanto, protegidos de la sobreexplotación. Además, el 10 % de las zonas marinas y costeras deben ser conservadas a través de áreas naturales protegidas.
Sin embargo, hasta el 2020, el Perú solo conservaba el 0.48 % de su mar, que incluye las reservas nacionales de Paracas; San Fernando; Islas, Islotes y Puntas Guaneras; y el Santuario Nacional de los Manglares de Tumbes. Recién el 2021 se logró sumar en total el 8 % de conservación marina y costera en el país con la creación de la Reserva Nacional Dorsal de Nasca[6].
No obstante, Perú aún no ha logrado cumplir la meta 11 de Aichi, en comparación con los demás países de la región que no solo la han cumplido sino superado, como en el caso de Chile (que conserva el 42.4 % de sus zonas marinas), Brasil (24.5 %), México (22 %), Colombia (17 %), Costa Rica (15 %) y Ecuador (13.55 %).
Asimismo, en septiembre del 2020, se adoptó un nuevo acuerdo mundial que establece el compromiso de proteger al menos el 30 % de zonas marinas y terrestres al 2030, en el marco de la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad, cuyo porcentaje no solo debe cubrir la extensión, sino también la representatividad y consistencia para asegurar la auténtica conservación de la biodiversidad, en conformidad con el Plan Director de las Áreas Naturales Protegidas.
Frente a este contexto, destacamos algunos retos pendientes del Estado peruano como:
1. El establecimiento de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, cuya creación sigue en la lista de espera por más de una década.
Ubicada en Piura y Tumbes, contempla cuatro zonas: Banco de Máncora, Arrecifes de Punta Sal, Isla Foca y El Ñuro. Entre las razones por las cuales aún no se ha creado esta reserva se encuentran las discusiones de los derechos preexistentes en torno a la pesquería y a la extracción de hidrocarburos.
Según la Ley de Áreas Naturales Protegidas, no existe impedimento legal para que dentro de las áreas naturales protegidas hagan uso de recursos, siempre y cuando su ejercicio no ponga en riesgo o contravenga los objetivos y fines para los que estas fueron creadas.
Al establecer esta reserva, el país no solo estaría asegurando los servicios ecosistémicos de esta área marina protegida, sino estaría protegiendo un ecosistema único y no representado hasta el momento.
2. La incorporación de un enfoque de conservación marina más oceánico, fuera del ámbito costero, en el marco del proceso de actualización del Plan Director de las áreas protegidas.
Cabe recordar que el actual Plan Director de ANP, aprobado por Decreto Supremo 016-2009-MINAM, se encuentra en proceso de actualización, lo cual representa una oportunidad histórica para incorporar la variable de conservación marina y oceánica en nuestro sistema de conservación.
Si bien el año pasado Perú subió el porcentaje de conservación de zonas costeras y marinas, la Reserva Nacional Dorsal de Nasca es la única área natural protegida netamente marina del país. Por ello, a través de la actualización del Plan Director, se puede volcar el enfoque de conservación terrestre del (Sistema Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sinanpe) hacia lo marino y aprovechar este importante proceso para implementar la Estrategia de la Red de Áreas Naturales Protegidas en el ámbito marino y costero que se contempló en el Plan Director del 2009 y que, hasta la fecha, no se ha implementado.
Finalmente, la deuda histórica peruana en torno a la representatividad de ecosistemas de uno de los mares más productivos y biodiversos del mundo aún sigue vigente. Para ello, las áreas marinas protegidas son una valiosa estrategia de conservación que garantizaría la protección marina y los beneficios de servicios ecosistémicos que ofrecen.
Corresponde a la sociedad civil generar procesos sociales y políticos para el establecimiento de AMP, con la participación de actores que dependen directamente de los beneficios y servicios ecosistémicos que estas áreas les brindan. Hoy más que nunca es necesario asegurar la protección de espacios clave y de alta biodiversidad marina, para que las futuras generaciones tengan un lugar sostenible y seguro en el que vivir.
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