ONU: “La financiación de la lucha contra el cambio climático no es caridad, es una inversión”

miércoles 13 de noviembre, 2024

Foto: Naciones Unidas

  • Una vez más, el titular de la ONU, António Guterres instó a los países a actuar para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados.

 

Ante los representantes de los Estados que participan en la conferencia mundial sobre cambio climático (COP29), que se realiza en Bakú (Azerbaiyán), el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, hizo nuevamente un llamado para actuar cuanto antes el calentamiento del planeta, si no será demasiado tarde.

El titular de la ONU hizo especial énfasis en nuevos impuestos mundiales sobre la aviación, el transporte marítimo y la extracción de combustibles fósiles para apoyar los esfuerzos de transición climática en los países en desarrollo y asegura que la financiación de la lucha contra el cambio climático no es caridad, sino una inversión.

“El sonido que se oye es el tic-tac del reloj. Estamos en la cuenta atrás final para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados. Y el tiempo no está de nuestro lado”, advirtió Guterres, quien recordó además que este 2024 sería el año más caluroso jamás registrado.

“Ningún país se libra” de la destrucción climática, señaló Guterres, quien habló de los impactos como los huracanes, cosechas perdidas por inundaciones, sequías, incendios, entre otros eventos que son exacerbados por el cambio climático.

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¿Hay esperanza?

A pesar del mensaje que augura un futuro difícil, el secretario general de la ONU indicó que aún hay esperanza, y esta parte de los pasos que se habían dado el año pasado en la COP28, realizado en los Emiratos Árabes Unidos (EAU).

En EAU, los países habían acordado abandonar los combustibles fósiles; acelerar los sistemas de energía neta cero, estableciendo hitos para llegar impulsar la adaptación climática; y alinear la próxima ronda de planes climáticos nacionales (NCD) para toda la economía con el límite de 1.5 grados establecido en París.

“Ha llegado la hora de cumplir”, afirmó Guterres, subrayando que una encuesta realizada por la Universidad de Oxford y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) había revelado que el 80 % de los ciudadanos de todo el mundo quieren más acción climática. Además, “científicos, activistas y jóvenes exigen un cambio: hay que escucharlos, no silenciarlos”.

Guterres también señaló que el año pasado, por primera vez, la cantidad invertida en redes y energías renovables superó a la gastada en combustibles fósiles y hoy, en casi todas partes, la solar y la eólica son la fuente más barata de nueva electricidad.

“Volver a apostar por los combustibles fósiles es absurdo. La revolución de la energía limpia ya está aquí. Ningún grupo, ninguna empresa ni ningún gobierno puede detenerla. Pero puede y debe garantizar que sea justa, y lo suficientemente rápida como para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados”, explicó.

Tres prioridades de la COP29

Respecto a las decisiones que se tomarán en esta cumbre sobre cambio climático, Guterres afirmó que “los países en desarrollo no deben irse de Bakú con las manos vacías” e instó a los líderes mundiales presentes a centrarse en tres áreas de actuación inmediata.

Una de ellas es reducir las emisiones de forma urgente. Se trata de recortar las emisiones un 9 % cada año hasta alcanzar el 43 % de los niveles de 2019 en 2030. Este es el camino más claro, según la ONU, para limitar el aumento de la temperatura global a 1.5 grados centígrados.

El segundo punto tiene que ver con la protección a las personas de los estragos de la crisis climática. “El desfase entre las necesidades de adaptación y la financiación podría alcanzar los 359 mil millones de dólares anuales en 2030. Los dólares que faltan no son abstracciones en un balance: son vidas arrebatadas, cosechas perdidas y desarrollo negado”, indica el organismo internacional.

El tercer punto es derribar los muros de la financiación climática, acordando un nuevo objetivo de financiación que contenga un aumento significativo de la financiación pública en condiciones favorables; una indicación clara de cómo la financiación pública movilizará los billones de dólares que los países en desarrollo necesitan; el aprovechamiento de fuentes innovadoras; el establecimiento de un marco para una mayor accesibilidad, transparencia y rendición de cuentas; y el aumento de la capacidad de préstamo para bancos multilaterales de desarrollo más grandes y audaces.

“En lo que respecta a la financiación de la lucha contra el cambio climático, el mundo debe pagar o la humanidad pagará el precio”, subrayó Guterres y dijo a los líderes mundiales que “ustedes y sus gobiernos deben guiarse por una verdad clara: la financiación de la lucha contra el cambio climático no es caridad, es una inversión; la acción por el clima no es opcional, es imperativa”.

Ambas son indispensables, agregó, “para garantizar un mundo habitable para toda la humanidad. Y un futuro próspero para todas las naciones de la Tierra”.

Primer logro de la COP29: mercado de carbono centralizado

Uno de los frutos de la COP29 se obtuvo el primer día de la conferencia, cuando las partes aprobaron nuevas normas estrictas para un mercado de carbono centralizado bajo los auspicios de la ONU, un mecanismo destacado la semana pasada por el organismo de las Naciones Unidas para el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD).

El secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Simon Stiell, afirmó que el acuerdo era “un buen comienzo” tras diez años de negociaciones.

“Cuando estén operativos, estos mercados de carbono ayudarán a los países a aplicar sus planes climáticos de forma más rápida y barata, reduciendo las emisiones”, señaló Stiell, añadiendo que “estamos muy lejos de reducir a la mitad las emisiones esta década, pero las victorias en los mercados de carbono aquí en la COP29 nos ayudarán a volver a esa carrera”.

Stiell indicó que es esencial garantizar que los países en desarrollo se beneficien de los nuevos flujos financieros desbloqueados a través del mercado de carbono de la ONU, donde se comprarán y venderán créditos para impulsar el desarrollo.

 

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