- La ola de Chicama debe su larga duración y recorrido a la profundidad de las costas peruanas y a los sistemas de tormentas a kilómetros del océano Pacifico.
- Chicama está protegida legalmente desde el 2016 por la Ley de Rompientes, gracias a la campaña HAZla por tu Ola.
Como olas legendarias y como un lugar de ensueño para surfistas, así ha considerado la NASA a la rompiente peruana de Chicama, ese conjunto de olas de recorrido casi perfecto que pasan por los puertos de Malpaso, Llaves, El Point y El Hombre dentro del mar de Chicama en La Libertad.
Esta ola, a diferencia de otras olas famosas alrededor del mundo, se caracteriza por su larga duración y recorrido. La ola de Chicama dura minutos en vez de segundos y, con las condiciones adecuadas, puede recorrer casi 2 kilómetros paralelos a la costa. Esto genera un ambiente ideal para los deportistas y amantes del mar.
Según, Andrew Thomas, especialista de la NASA, el oleaje de Chicama es generado por sistemas de tormentas y frentes meteorológicos a cientos o miles de kilómetros de distancia en el océano Pacífico, y ocasionalmente en el océano Antártico.
Debido a la profundidad de las costas peruanas, las olas de similar longitud y velocidad que se propagan por aguas abiertas se ordenan y comienzan a viajar juntas. Este fenómeno se observa en las imágenes captadas por el Generador operacional de imágenes de tierra (OLI, por sus siglas en inglés) a bordo de Landsat 8.
Primera ola protegida por la Ley de Rompientes
La ola de Chicama está protegida desde el año 2016 por la Ley de Rompientes para la Práctica Deportiva, la primera en su tipo en todo el mundo. Para ser incluida en el Registro Nacional de Rompientes (Renaro) y hacer efectiva su protección, se llevó una acción ciudadana de recaudación de fondos a través de la campaña HAZla por tu Ola, coorganizada por Conservamos por Naturaleza de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y la Federación Nacional de Tabla (Fenta).
Gracias a la Ley de Rompientes, el Perú se convirtió en el primer país en todo el mundo en tener un sistema legal para proteger sus olas. Esa ley tiene como principal misión proteger las rompientes frente a amenazas como la construcción de infraestructura que dañarían su curso, lo que asegura su conservación y de toda la vida que gira en torno a ella.
La historia de cómo nuestro país comenzó a proteger legalmente sus olas y del movimiento ciudadano que contribuyó a impulsarla es retratada en el documental A La Mar, el cual se encuentra disponible para todo el mundo a través de la plataforma de cine ambiental WaterBear.
>Puedes ver el documental en este enlace: https://bit.ly/372L150
>Conoce más de la campaña y apóyala en este enlace: http://www.hazlaportuola.pe
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