Nuevas tecnologías y su aporte en la batalla contra la deforestación en el Perú
martes 15 de septiembre, 2020
- Conoce algunas de las herramientas que han facilitado las labores de protección de nuestros bosques.
Por Luis Chacón
Si bien las cifras en torno a deforestación en nuestro país se han reducido en 28.7%, estos números no han sido tan alentadores en los últimos años. Solo en 2019 se deforestaron más 147 mil hectáreas de bosques y se calcula que, desde 2001, el Perú ha perdido un aproximado de 2.3 millones de hectáreas de vegetación debido a la tala ilegal, el narcotráfico, la agricultura migratoria y la minería ilegal, informó el Ministerio del Ambiente (Minam).
A fin de contrarrestar esta situación, tanto entidades gubernamentales como instituciones civiles han recurrido al uso de nuevas tecnologías que permiten monitorear, en muchos casos en tiempo real, la situación de zonas de gran vegetación, principalmente en la Amazonía peruana (Loreto, San Martín y Madre de Dios), donde se registran los casos de deforestación.
En la actualidad, el uso de mapas satelitales, alertas y otras herramientas son claves en la constante lucha contra la pérdida de bosques y otras zonas en las que empresas formales realizan sus labores, así como la preocupante situación que se vive en zonas donde predominan trabajos ilegales que contribuyen a la pérdida de este tipo de áreas.
El trabajo de MAAP
En 2015, la Amazon Conservation Association (ACA) y la Asociación para la Conservación de la Cuenca Amazónica (ACCA) en Perú, lanzaron el Proyecto de Monitoreo de los Andes Amazónicos (MAAP, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo elaborar boletines con información inédita producto del monitoreo de deforestación de la selva nacional en tiempo real, gracias a imágenes satelitales de alta resolución y alertas de pérdidas de bosques.
Matt Finer, investigador principal de la ACA y cabeza del proyecto, cuenta que si bien este inició enfocado en trabajos en Perú, desde 2017 se expandió a otros países (Ecuador, Colombia, Brasil y Bolivia), logrando en la actualidad una cobertura de más de 80% de la Amazonia, además de destacar por los más de 120 reportes elaborados desde su creación.
“Publicamos un reporte de los importantes logros iniciales, como en los casos de United Cacao, plantaciones de Pucallpa (palma aceitera) y la minería ilegal. Desde ese reporte hay que enfatizar nuestro rol documentando la crisis de minería en Madre de Dios y la Operación Mercurio, así como los impactos de dicha operación”, señala Finer.
El experto de la ACA cuenta que en Perú existe una buena comunicación con entidades como el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), el Servicio Nacional Forestal de Fauna Silvestre (Serfor) y Geobosques del Ministerio del Ambiente (Minam), y las novedades respecto al uso de tecnologías que permiten mejorar la luchas contra la deforestación.
“Respecto a la nueva tecnología, tengo que enfatizar el importante avance de ‘tasking’ satelitales de muy alta-resolución (0.5 cm de Skysat/Planet). Es decir, que ya tenemos la capacidad increíble de mandar instrucciones a una constelación de satélites para tomar imágenes de puntos específicos de interés. Siempre tengo en mi lista de prioridades mejorar nuestro uso del satélite peruano (Perusat-1)”, finaliza Matt Finer.
[Ver además ► Deforestación: conoce la cronología del histórico caso Tamshiyacu]
La labor de Geobosques
Como parte del Programa Nacional de Conservación de Bosques para la Mitigación del Cambio Climático (Programa Bosques) del Minam, se creó Geobosques en el 2016, una plataforma que brinda acceso libre a datos e información oportuna, sobre la cobertura y pérdida de los bosques. En la actualidad, este servicio monitorea más de 78 millones de hectáreas del territorio nacional para detectar deforestación en los bosques amazónicos gracias a las Alertas Tempranas de Deforestación (ATD)
Geobosques trabaja con organizaciones como el Sernanp, el Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre (Osinfor), la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental (FEMA), gobiernos regionales y locales, además de organizaciones indígenas como la Asociación Interétnica de Desarrollo de la Selva Peruana (Aidesep) y la Confederación de Nacionalidades Amazónicas del Perú (Conap).
“Durante nuestros años de labor, hemos suscrito convenios de conservación con 274 comunidades nativas y campesinas, en nueve departamentos del Perú, que han permitido la conservación de alrededor de 3 millones de hectáreas de bosques, en beneficio de más de 22 mil familias”, indicó la entidad a Actualidad Ambiental.
Entre los retos más recientes de Geobosques figura la cobertura de bosques secos y andinos debido a que, a diferencia de los amazónicos, la detección de los cambios vía satélite es más complicada.
También es bueno destacar los convenios realizados con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT) y la ACCA para fortalecer el monitoreo de bosques amazónicos a través del acceso a nuevas tecnologías de monitoreo con el uso de imágenes de radar pese a las nubes y lluvias, sobre todo en Madre de Dios, donde las pérdidas de bosques se dan por la minería.
“Este acuerdo entre CIAT, ACCA y nuestro Programa Bosques se da en el marco del programa SERVIR-Amazonia que forma parte de SERVIR Global, una iniciativa conjunta de desarrollo entre la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA) y la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID)”, precisa la entidad.
Como parte del Programa Bosques con rumbo al 2030 (Decreto Supremo 003-2020–Minam), se está trabajando una línea base sobre los bosques secos que estaría lista en noviembre de este año, y que tienen como objetivo no solo determinar las zonas donde se produce la deforestación, sino identificar a los agentes que están detrás de estas acciones.
Geobosques también informó sobre sus trabajos junto al Osinfor y otras organizaciones indígenas, así como sus planes de monitoreo periódico a la cobertura de los bosques andinos, conservación de bosques comunitarios para reducir la deforestación en esa zona en un 30% y alianzas con Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial (BM) para mejorar el monitoreo en Ucayali, Loreto, Madre de Dios y San Martín.
El aporte de Osinfor
Tal como indican sus siglas, Osinfor es la autoridad nacional que supervisa y fiscaliza de forma eficaz los recursos forestales y la fauna silvestre. Para ello, este organismo trabaja junto a gobiernos regionales a través del Sistema de Administración Documentario – SIADO Región, según explica Carlos Candia Dipaz, Coordinador de Evaluación y Estudios de dicho organismo.
“SIADO nos permite ingresar de manera digital (escaneos) sus planes de manejo que se van aprobando con toda la información como el expediente técnico, su censo, las resoluciones y así se comunican al Osinfor, que toma conocimiento de los planes que se están aprobando. Eso ha ayudado que la brecha de ausencia de información entre nosotros y las regiones se acorte más. Ahora nuestras intervenciones se dan antes, durante y posterior al aprovechamiento, cuando antes lo hacíamos en la etapa final”, comenta Candia Dipaz.
En cuanto al uso de nuevas tecnologías, el funcionario cuenta que trabajan con las herramientas de Geobosques, Serfor y Global Forest Watch, y que esto ha facilitado contrastar información antes de realizar los trabajos de campo.
“Ahora podemos hacer un análisis de cuánto es el incremento y adicionalmente a ello, que las imágenes en satélite se utilizan para establecer la fecha en la que se realza la afectación a recurso. Ahí se podía saber la responsabilidad del titular, nos hemos familiarizado con el tema de la interpretación de imágenes”, comenta el funcionario.
Un tema no menos importante para Osinfor ha sido el tema de la pandemia, lo que llevó a optar por las evaluaciones remotas a fin de evaluar las pérdidas de bosques, esto gracias, precisamente, a sus alianzas con otras organizaciones.
“ACCA nos envía con el proyecto MAAP sus reportes sobre cómo en los últimos meses se han evidenciado aperturas de caminos forestales. Con eso nos permite analizar si esos caminos se encuentran dentro o fuera de un título y ver si sobre el área hay un plan de manejo aprobado o si está por supervisar. Si no lo está, se emite un informe y se comunica al área de supervisión para que tome acciones. Tenemos a estas instituciones amigas, como ACCA y Geobosques”, finaliza Candia Dipaz.
[Ver además ► Documental explica el caso Tamshiyacu y otros conflictos en la Amazonía peruana]
La “Hackatón por la Amazonía” de la SPDA
En 2016, la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA) y la Universidad ESAN lanzaron la “Hackatón por la Amazonía”, una iniciativa que tiene como fin innovar en torno a los problemas ambientales de la Amazonía a través del uso de tecnología (aplicaciones, juegos, manejo de data, etc.) enfocada en tres campos: áreas naturales protegidas, minería ilegal en la Amazonía, bosques y cambio climático.
Jimmy Carrillo Saavedra, director de la Unidad de Comunicaciones de la SPDA, considera que el balance de esta propuesta fue positivo debido a la gran convocatoria que logró en programadores y diseñadores, quienes tuvieron la posibilidad de tener contacto con especialistas del Estado, gracias al gran nivel de las propuestas que presentaron.
“Hemos tenido diversos proyectos destacados. Desde una aplicación que ayudaba a denunciar especies en peligro, hasta una solución (con mapas e inteligencia artificial) frente al avance de carreteras ilegales en la Amazonia. Lamentablemente, por temas coyunturales, estas soluciones aún no se han logrado concretar”, comenta Carrillo.
El experto en comunicaciones de la SPDA también resaltó la participación activa del Minam y la importancia de las nuevas tecnologías en la defensa del medio ambiente, sobre todo, en coyunturas como la actual.
“La tecnología nos proporciona varias cosas, entre ellas el desarrollo de datos que puedan servir para tomar mejores decisiones o para crear soluciones y políticas públicas más efectivas. En ese sentido, incluso pueden promover transparencia y acceso a la información. La tecnología también puede ser un gran vehículo para promover comunicación, acercar a diversos actores e impulsar diálogo y creación de soluciones entre personas”, agrega Carillo.
Para el representante de la SPDA, la tecnología debe verse no como un fin, sino como un instrumento que permita tomar mejores decisiones. Sobre la posibilidad de una nueva edición de la “Hackatón por la Amazonía”, Carillo indica que, por el momento, no se ha previsto organizarla.
Otros casos
Además de los casos mencionados, existen otras instituciones que aprovechan las nuevas tecnologías para mejorar sus labores de protección del medio ambiente. Tal es el caso de la Asociación de Productores Apícolas del Valle del Biavo, en San Martín, encargada de cuidar 670 mil hectáreas de bosques y que incluye concesiones para conservación otorgadas a comunidades organizadas que su vez forman parte de la Red Amazónica de Conservación Voluntaria y Comunal “Amazonía Que Late”.
Hay que precisar que esta red es parte de la Asociación Amazónicos por la Amazonía (AMPA), que desde 2017 ha implementado el uso de herramientas tecnológicas que están al alance de la ciudadanía, como son las alertas GLAD de la plataforma Global Forest Watch, también empleada por Osinfor.
Cabe señalar que las también conocidas alertas Global Land Analysis & Discovery, de la universidad de Maryland, sirven para detectar cuándo y donde ocurren casos de deforestación. Solo basta con inscribirse de forma gratuita para recibir un correo semanal con los reportes.
Dentro del Global Forest Watch también existe una aplicación móvil Forest Watcher que facilita la verificación de ciertos casos de deforestación sin necesidad de tener acceso de Internet, lo que facilita el trabajo de ciertas organizaciones ubicadas en zonas donde la cobertura es baja.
Finalmente, es bueno incluir el uso de drones de parte de este tipo de organizaciones al momento de realizar sus trabajos de campo. No obstante, para contar con este tipo de equipos no solo se requiere una buena inversión económica, sino los permisos respectivos del Ministerio de Transportes y Comunicaciones a través de la Dirección General de Aeronaútica Civil (DGAC).
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