Por Katherine Bless / kbless@spda.org.pe
Los emergentes problemas de contaminación ambiental en el mundo requieren técnicas inmediatas para la remediación y tratamiento de nuestros recursos naturales. Entre los más frágiles, el agua.
A inicios del mes de mayo, el Ejecutivo declaró en emergencia, a través del decreto supremo 047-2018-PCM diez localidades del distrito lambayecano de Mórrope, por los altos índices de arsénico detectados en el agua de la zona (la Organización Panamericana de la Salud establece que la concentración máxima de arsénico en el agua potable es de 10 microgramos por litro).
Este metal, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede causar cáncer y lesiones cutáneas, así como una serie de enfermedades. Por ello, la salud de al menos 20 mil personas en esta localidad corre riesgo, al igual que su economía.
Ante este problema, Carlos Landauro y Justiniano Quispe, ambos investigadores del Centro de Investigaciones Tecnológicas, Biomédicas y Medioambientales (CITBM), propusieron un proyecto donde se aplicaba la nanotecnología para descontaminar el agua de arsénico y otros metales.
“Mediante un sistema de remediación de aguas contaminadas con arsénico, podemos atraer el arsénico hacia las nanopartículas para que sean atrapadas y luego removidas del agua de manera eficiente”, comenta Landauro.
Justiniano Quispe explica que el proyecto busca proponer un tratamiento eficaz y efectivo para descontaminar bahías de estas sustancias. De acuerdo con la OMS, el arsénico puede llegar al agua desde el subsuelo, filtrándose naturalmente y contaminando la fuente. Asimismo, puede ser producto de relaves y afluentes de diversas actividades productivas.
“La situación inicial hallada por el equipo reveló que el arsénico provenía de desagües y afluentes domésticos que caen al mar de las bahías de Sechura y Paita (las zonas estudiadas) pero también de la industria pesquera y zona minera cercana, que lleva concentrados a la costa, así como de la industria del procesamiento de conchas de abanico”, indica Quispe.
La solución planteada desde el centro de investigación ha sido pequeña en escala, pero grande en efecto. La nanotecnología, en la forma de partículas especialmente producidas para tal fin, es la clave para ejecutar no solo la absorción de metales en el agua sino también su posterior retiro e incluso la teledetección satelital para el monitoreo.
El proyecto trabaja con nanopartículas con propiedades ferromagnéticas, capaces de producir ordenamiento magnético en todos los momentos de un material, haciendo que estos se dispongan en la misma dirección y sentido.
“Estas nanopartículas ferromagnéticas atraen el arsénico en el agua en más de un 90% y a reducir el tamaño de partícula, gracias a sus propiedades, se cubre más superficie”, precisa Landauro.
DATOS:
- En diciembre de 2014, el CITBM resultó ganador, entre 22 proyectos, del concurso de centros de excelencia convocado por el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) para promover la diversificación productiva del país sustentado en la investigación y la innovación.
- Este centro, con su red de instituciones y empresas colaboradoras del país y extranjero, fomenta la formación de investigadores y orienta su trabajo en las líneas de estudio en biotecnología y salud, agua, suelo y sociedad. Tiene como meta lograr al término de sus cinco años de vigencia, publicaciones científicas, patentes, productos de innovación activos y un mínimo de investigadores con grado de magíster y doctor en las líneas propuestas.
Comments are closed here.