El Papa Francisco llegará a Puerto Maldonado este 19 de enero. Allí, sostendrá encuentros con comunidades nativas afectadas por la minería y tala ilegales. En el marco de su vista del Perú, el Poder Judicial hará entrega al Papa Francisco del Pacto de Madre de Dios por la Justicia Ambiental en el Perú, un documento con 10 compromisos a favor del medio ambiente y de los más excluidos.
Actualidad Ambiental conversó con Monseñor Pedro Barreto, arzobispo de Huancayo y vicepresidente de la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM), quien en 2011 fue condecorado por el Congreso de la República por “su lucha constante en defensa del medio ambiente y la ecología”.
Desde Puerto Maldonado, adonde ha viajado por la visita del Sumo Pontífice, Barreto remarcó que el Papa Francisco va a “constatar que la Encíclica ‘Alabado seas’ va siendo acogida y asumida con compromisos concretos para hacer realidad el cuidado de nuestra casa común”.
Usted ha sido reconocido por su defensa al medioambiente. ¿Cómo ve la situación que atraviesa Madre de Dios?
La situación socioambiental de Madre de Dios y de la Amazonía en su conjunto es compleja y exige una respuesta urgente de todos los actores sociales. La minería ilegal o el manejo, también ilegal, de los recursos forestales son dos ejemplos muy claros del deterioro de la naturaleza. A esto se añade la trata de personas y la violencia delictiva que afecta gravemente la dignidad de las personas y el entorno natural.
Frente a esto, ¿quiénes son los más perjudicados?
Todos somos perjudicados, pero principalmente los moradores de Madre de Dios y de toda la Amazonía. En ese sentido, en Madre de Dios existe toda una economía informal que sostiene la economía regional. La paralización de las actividades ilegales exige que el Estado ofrezca alternativas a quienes se queden sin ingresos económicos por la falta de trabajo.
En este contexto, ¿qué tan importante resulta la firma del Pacto de Madre de Dios por la Justicia Ambiental?
Debo resaltar, con esperanza, la conjunción de voluntades de las instituciones del Estado y de las organizaciones de la sociedad civil al asumir los compromisos del Pacto de Madre de Dios por la Justicia Ambiental en el Perú. Con este documento, esperamos una agilización y simplificación de los procesos administrativos en temas de justicia ambiental, así como el apoyo y orientación para plantear alternativas que permitan disminuir estas graves agresiones socio-ambientales.
El Poder Judicial entregará este pacto al Papa Francisco. ¿Cómo lo tomará el Sumo Pontífice?
Sin duda, será una alegría para el Papa Francisco constatar que la Encíclica “Alabado seas” va siendo acogida y asumida con compromisos concretos para hacer realidad el cuidado de nuestra casa común. Sin embargo, es consciente de que la sociedad mundial tiene por delante un camino de concertación de voluntades con el fin de proteger la vida y preservar nuestro entorno natural: agua, aire y tierra.
¿Qué papel puede jugar la Iglesia en este pacto?
El Pacto de Madre de Dios será un valioso respaldo a los esfuerzos que las iglesias realizan en la Amazonía peruana. La Iglesia Católica es la institución con mayor presencia en el territorio amazónico peruano, por lo que juega un papel decisivo en el desarrollo humano de sus habitantes. Son ocho Vicariatos Apostólicos, y solo el de Puerto Maldonado tiene más de 150,000 Km2. Tenemos comunidades de religiosas y religiosos, presencia de agentes pastorales, de sacerdotes y de laicos en las grandes ciudades amazónicas, en los caseríos y comunidades nativas de zonas muy apartadas donde solo se puede llegar navegando por los ríos.
Finalmente, ¿qué consecuencias positivas podría tener la visita del Papa Francisco a Puerto Maldonado?
En primer lugar, el reconocimiento de la importancia de la Amazonía. No sólo en su dimensión regional o nacional, sino también continental y su influencia e importancia para el planeta. En segundo lugar, una mayor toma de conciencia de los derechos de los pueblos originarios amazónicos. Y, por último, su visita reforzará la opción del Consejo Episcopal de América Latina y el Caribe (CELAM), consolidando así el proceso pastoral de la Red Eclesial Pan Amazónica (REPAM).
Foto: Agencia Baleria
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