- Muchas mujeres no presentan denuncias por temor a sus agresores, por presión de familiares o porque desconfían de sus autoridades.
- El IDL estima que, de cada diez mujeres indígenas, cinco son abusadas sexualmente en Amazonas.
Un reciente reportaje del portal de investigación Ojo Público resalta que la minería ilegal en El Cenepa, provincia de Condorcanqui (Amazonas) no solo perjudica el ambiente sino también trae consigo otros males sociales como el incremento de violencia contra la mujer, especialmente las mujeres indígenas awajún: son golpeadas, violadas y hasta explotadas sexualmente.
En comunicación con el mencionado portal, el Centro de Emergencia Mujer de Condorcanqui informó que, de enero a mediados de mayo de este año, se registraron 80 agresiones de tipo sexual, física, psicológica y de patrimonio (chantaje con dinero, apropiación de documentos o despojo de bienes muebles o inmuebles) en dicha provincia.
Del total de casos, nueve son por abuso sexual, cinco de los cuales fueron reportados en el distrito El Cenepa. Sin embargo, en la información falta la variable étnica para identificar cuántas mujeres indígenas denuncian a sus agresores.
“Hay un subregistro de casos de violencia contra la mujer, especialmente en las comunidades indígenas, porque no presentan las denuncias; prefieren tratarlos internamente. Lamentablemente, cuando se comete una agresión a la mujer son los familiares [varones] quienes realizan arreglos económicos con el agresor [foráneo o indígena]”, dijo Darío Izaguirre, psicólogo del Centro de Emergencia Mujer de Condorcanqui, en conversación con Ojo Público.
Rocío Meza, abogada del Instituto de Defensa Legal, estimó que, de cada diez mujeres indígenas, cinco son abusadas sexualmente en Amazonas, por foráneos o por los propios indígenas. Sin embargo, aseguró que los casos no son reportados porque hay desconfianza en el sistema judicial y los indígenas prefieren administrar justicia según sus propias reglas y principios.
La desconfianza, agregó, es por la demora en los procedimientos legales, la presunta corrupción del Poder Judicial y del Ministerio Público, así como la falta de traductores de lengua awajún. “Hay mujeres indígenas que se acercan a denunciar, pero no pueden ser comprendidas porque no hablan español”, indicó al portal de investigación.
A esto se suma la falta de la presencia de autoridades como la misma Policía Nacional. En El Cenepa, por ejemplo, no hay comisaría, la más cercana se encuentra en Bagua, a cinco horas en bote.
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Asimismo, se destaca que los casos de violación sexual son más frecuentes en las adolescentes de 12 a 16 años, por ser menores y vírgenes. “Las víctimas no reciben tratamiento psicológico porque los casos no son reportados. Además, hay ausencia del enfoque intercultural en el sistema de justicia estatal, pues no se cuenta con intérpretes para recibir las denuncias y desarrollar los juicios en lengua awajún”, señaló Darío Izaguirre.
Si bien se han realizado acciones contra la minería ilegal en la zona, la lideresa awajún, Georgina Rivera Paz, manifestó que “se necesita que las autoridades trabajen con un enfoque intercultural para atender a las mujeres indígenas agredidas. Hay mucha violencia hacia nosotras. Llegan extraños a trabajar en las minas, violan y agreden a las mujeres y se van sin ningún castigo”.
Según la Encuesta Demográfica y de Salud Familiar del INEI publicada en 2019, la violencia hacia la mujer alcanzó en Amazonas el 55.7% del total de su población femenina (188.109 mujeres). En tanto, el Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables atendió el año pasado, durante la pandemia, a través de los Centros de Emergencia Mujer, 1291 casos de violencia contra la mujer en esta región amazónica.
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