Presentamos a Mariana Tschudi, directora de Pacificum, el documental que aborda la relación entre el hombre y el mar a través de los siglos. Con imágenes únicas, el documental explora no solo el fondo marino, sino también la costa, donde habitó el hombre antiguo que aprovechó los recursos marinos de manera más sostenible y “respetuosa”.
Pacificum cuenta con la participación de Rodolfo Salas, paleontólogo de vertebrados; José Canziani, especialista en urbanismo prehispánico; Yuri Hooker, biólogo marino; y Belén Alcorta, experta en ecoturismo y observación de ballenas jorobadas.
Conozcamos más sobre este proyecto y la relación de Mariana Tschudi con el mar, en esta nueva entrega de nuestro ciclo de entrevistas #MarDelPerú.
¿Cómo se inició tu conexión con el mar?
Creo que como todos los que vivimos frente a la costa tenemos una conexión natural con el mar. Yo he tenido la suerte de poder estar cerca al mar toda mi niñez, toda la vida. Pero más que con el mar, siento que es una conexión con la naturaleza.
¿Cómo es tu relación ahora?
Mi relación con el mar ha crecido. Más aún a raíz de la realización de estos dos documentales (Madre Mar y Pacificum), donde incluso he tenido que aprender a bucear. Al bucear, bajas y te encuentras con un ser abajo del agua, lo miras a los ojos.
¿Cómo has sentido tu aproximación al mar al realizar los dos documentales?
Lo que me ha sorprendido de esta experiencia es que estamos a merced del mar. Te das cuenta que no hay ningún tipo de control que puedas tener sobre el mar. Nada. Tú puedes haber planeado un gran viaje para filmar las ballenas, y vas con buzos y drones, pero si el mar está movido, no se puede. No puedes bucear. Así, estás a disposición del mar. El viaje puede haberte costado un montón de plata, pero no se puede hacer nada. Lo siento mucho.
¿Qué has aprendido de las culturas peruanas ancestrales y su visión del mar?
A mí me conmovió mucho entender cómo los antiguos peruanos no solamente hacían ofrendas chicas, no se trataba de ofrendar una concha a la naturaleza o una ofrenda simbólica. No era así. Al contrario, eran construcciones enormes, como todos estos templos que están en la costa, templos cuya única función es para adorar, contemplar y agradecer al mar. Construcciones hermosas y gigantes, como Salitre, las Aldas, Bandurria. Hay un montón y están varias en el documental.
Es esa relación constante de ofrenda y de respeto que a mí me ha conmovido profundamente. Si ellos antes de tomar algo primero ofrendaban, hoy en día nosotros sacamos del mar pescas masivas, industriales, con total desconexión de lo que estamos haciendo.
¿Cómo ves este cambio de conciencia del peruano frente a los recursos marinos?
Yo siempre me pregunto en qué momento de la historia hubo esta desconexión. ¿Qué pasó? No sé si tenga que ver con la conquista. Yo creo que la vida es cíclica y nos hemos desconectado por un ciclo grande de quinientos años y creo que ya es hora de volvernos a reconectar. Felizmente el Perú no ha perdido por completo esos saberes que te conectan con la naturaleza, porque en otros países sí se erradicaron por completo.
Mira la entrevista:
¿Cómo crees que se podría impulsar esa reconexión?
Yo creo que se está dando naturalmente. Ya el valor económico está llegando a su tope, ya no satisface al alma. O sea, no significa que no se necesite, pero necesitamos un equilibrio en todo sentido.
¿Cómo te gustaría que cambie esa gestión del mar a futuro?
Me gustaría que haya un poco más de investigación, que se comprenda en qué épocas no se puede pescar y que eso se respete. Si cada ser humano comenzaría a conectarse con la naturaleza, nos daríamos cuenta de que lo que tú le haces al mar te lo estás haciendo a ti mismo.
¿Cuál crees que es el camino que deberíamos tomar como país?
Como país debemos apostar por crear reservas marinas, por proyectos grandes. Pero, como seres humanos tenemos que ser conscientes en nuestros modo de consumo, pues no podemos comer ceviche todos los días.
¿Cuál crees que es el mayor reto en este cambio de percepción?
El mayor reto es el consumismo, es cambiar ese concepto de valor económico. Creo que hasta debería hasta darnos vergüenza que las empresas tengan sólo un enfoque económico, sino además deberían preocuparse por el entorno. Si así fuera, se ganarían el respeto de la población y hasta se ganarían su preferencia.
¿Qué miradas crees que fueron necesarias incluir en el documental para entender lo que es el mar para nosotros?
Eso fue todo un reto, pero al final creo que estuvo muy bien meter estas diferentes miradas. O sea, está la parte científica, que te da información y genera interés sobre lo que está pasando hoy en día con el mar. Y está también la parte donde se admira la belleza.
Antes de ver Pacificum muchos no sabían que había fósiles ballenas en el desierto…
Encontrar las ballenas en el medio del desierto no es nada fácil. Teníamos que ir con un guía, para buscarlas en buena luz, en el amanecer, y para ello teníamos que salir de noche. El desierto de Ocucaje está repleto no solo de ballenas, pero nos enfocamos en ellas porque era como un personaje principal en la película. En general, el desierto está repleto de fósiles de lobos marinos, ballenas, almejas, caracoles. Para mí era fascinante.
¿Cómo ha sido la estrategia de difusión de Pacificum?
Aún hay funciones en colegios y estamos comenzando a integrar más centros educativos y esperamos que por ahí agarre fuerza. Bueno, la necesidad agudiza el ingenio. El cine peruano es difícil, nos pusieron en horarios difíciles, poquitos días y si no teníamos alguna estrategia, quedaba ahí la película.
¿Cuál fue la respuesta de la gente frente al documental?
Me emociona mucho la respuesta de la gente y me hace sentir que esa información del mar está en la piel de cada uno de nosotros. Todos los seres venimos del mar y es como despertar esa memoria, porque emociona mucho. Hemos tocado una fibra que está en todos.
Mira el tráiler del documental:
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