Maretazo en la costa norte: ¿qué debemos saber sobre este fenómeno?
- Los cambios en el oleaje en la costa peruana son parte de un fenómeno que ocurre en el océano Pacífico y afecta al continente americano en distintos periodos
- Especialistas señalan la necesidad de implementar medidas prácticas y capacitaciones para que las comunidades costeras y usuarios del mar puedan tomar acciones de prevención ante estas anomalías.
miércoles 8 de enero, 2025
A finales del año pasado, un fuerte maretazo impactó en la costa norte del país, provocando el cierre de puertos, afectando la economía de la población local y la infraestructura de las ciudades costeras. Pescadores y operadores turísticos fueron los más afectados por el fenómeno.
Los cambios en el oleaje del mar peruano son parte de una variación de las condiciones climáticas del océano Pacífico que sucede en intervalos de tiempo no constantes, pero que pueden ser pronosticados gracias a la información sobre las crecidas en otras partes del mundo.
Formación de las olas
Para que una ola se forme, se necesita una fuerza que actúe sobre el agua, generalmente, el viento. Al soplar, el viento transfiere energía al agua a través de la fricción, lo que genera pequeñas ondulaciones. Estas pueden crecer dependiendo de tres factores: la velocidad del viento, el tiempo que este sopla y el tamaño del área de agua afectada.
Las personas que viven muy cerca al mar, como pescadores y deportistas acuáticos, conocen sobre su comportamiento, ya que esta información es necesaria para saber, por ejemplo, los momentos para salir a mar abierto o las mejores condiciones para surfear una ola. Sin embargo, a veces, las condiciones climáticas pueden variar o intensificarse.
En el caso de nuestro país, se puede señalar que existen dos oleajes con un comportamiento estacional: el oleaje sur, que se activa durante los meses de abril a diciembre y el oleaje norte, activo entre diciembre y marzo.
Estos oleajes regulares ocurren todo el año y afectan a las playas según su dirección y tamaño. Los oleajes anómalos, en cambio, son más grandes de lo habitual y dependen de condiciones atmosféricas específicas que repercuten en las costas de todo el océano Pacífico.
Un ejemplo sobre estas condiciones extraordinarias es la realización del campeonato de tabla Eddie Aikau de Hawái, un evento que solo se lleva a cabo cuando se generan olas de más de 12 metros de altura. Este año, dicho torneo fue celebrado días antes del maretazo que impactó la costa norte del Perú.
Las condiciones que permitieron la crecida de las olas en esta ocasión se originaron por una tormenta firmada en el oeste del Pacífico, frente a la costa este de Japón. Esta tormenta generó una crecida en las olas de Hawái, que luego fue descendiendo y golpeando las olas de California y América del Sur. Hasta llegar a las costas peruanas, cerca a fin de año y con las imágenes que han circulado en redes.
En situaciones como estas, las autoridades como la Marina de Guerra o la Dirección de Capitanías de Puertos son las encargadas de generar las alertas para la población local. Sin embargo, existen otras plataformas digitales de pronóstico de olas como Surfline.com, Stormsurf.com y Surf-forecast.com, de acceso libre y utilizada comúnmente por surfistas en todo el mundo, quienes conocen cómo afectan las crecidas a las playas. Esta información puede ser de utilidad para alertar a las comunidades locales.
“A diferencia de un terremoto u otros desastres naturales que no se pueden prever, existe información precisa del pronóstico de estas crecidas. Es importante aprovechar estas predicciones y combinarlas con el conocimiento práctico de la comunidad tablistas, quienes conocen cómo cada tipo de oleaje (según su dirección e intensidad) impacta en las distintas playas”, señala Carolina Butrich, gerenta de Conservamos por Naturaleza.
Acciones de prevención
El maretazo ha afectado más de 100 puertos y provocado la destrucción de infraestructura y embarcaciones. La Marina ha restringido actividades de pesca y recreación en el mar y las playas. Tan solo en El Ñuro, zona que forma parte de la Reserva Nacional Mar Tropical de Grau, más de 2 300 pescadores artesanales fueron afectados.
Durante el último fin de semana, pescadores piuranos en Lobitos, El Ñuro y Cabo Blanco permanecieron alejando de la zona de oleaje a las embarcaciones que resistieron al impacto del mar. Esta acción era parte de una estrategia para cuidar sus herramientas de trabajo ya que no podían fondearlas, es decir, amarrarlas a un ancla hacia el fondo del mar. Sin embargo, los muelles donde desembarcaban los recursos marinos han quedado prácticamente inhabilitados.
“Es necesario desarrollar una planificación integral que contemple medidas concretas como capacitaciones sobre los oleajes anómalos a la población local, la instalación de un sistema de alerta temprana eficiente y estrategias específicas por zonas como la creación de fondeaderos más profundos en el caso de zonas de pesca como El Ñuro”, señala Butrich.
De otro lado, especialistas como Jimpson Dávila, director de Gobernanza Marina de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental, enfatiza la importancia de implementar un sistema de información sólido que proporcione recomendaciones claras a las organizaciones pesqueras sobre las dimensiones y posibles impactos de los oleajes anómalos, así como las medidas de prevención a adoptarse:
“Este sistema no solo permitiría una mejor preparación por parte de las comunidades pesqueras, sino que también reduciría significativamente los daños materiales y económicos ocasionados por estos fenómenos, fortaleciendo la resiliencia de los sectores más vulnerables”, remarcó Dávila.
Además, resalta que una respuesta estatal rápida y efectiva es crucial. Esto implica no solo la provisión inmediata de insumos básicos, como alimentos y equipos de emergencia, sino también la implementación de una estrategia de recuperación económica que priorice a los pescadores artesanales y a otros sectores afectados. Estas acciones son fundamentales para restablecer la capacidad económica y garantizar la sostenibilidad de las actividades productivas en las zonas impactadas por los fuertes oleajes.
A la fecha, el Ministerio del Ambiente, el Ministerio de la Producción, la Marina de Guerra y otras entidades han brindado apoyo a las comunidades afectadas en el norte a través de la entrega de víveres y combustible. La Dirección de Hidrografía y Navegación instó a las autoridades regionales, locales y a la población a tomar medidas de prevención.
Debe estar conectado para enviar un comentario.