Luego del polémico anuncio de Donald Trump sobre la salida de Estados Unidos del Acuerdo de París sobre cambio climático, el cual suscribió Barack Obama en diciembre de 2015, diversas han sido las reacciones respecto a esta decisión que ha puesto nuevamente a dicho país en el ojo del mundo.
Para entender un poco más sobre las implicancias de esta decisión, que ya había sido anunciada durante la campaña de Trump, Actualidad Ambiental conversó con Manuel Pulgar-Vidal, exministro del Ambiente y expresidente de la conferencia mundial sobre cambio climático que se realizó en nuestro país, en diciembre de 2014 (COP20).
Actualmente, Pulgar-Vidal es el director del programa global de Clima y Energía de WWF, y desde Berlín (Alemania) respondió algunas de nuestras interrogantes.
¿El Acuerdo de París pierde peso de algún modo con esta decisión de Trump?
No, de ninguna manera. El acuerdo está vigente, la implementación va a continuar. El Acuerdo no va a perder vigencia, no perderá efecto, los procesos son irreversibles y no se detendrán. El Acuerdo de París sobrevivirá. Hay que tener en cuenta que la decisión de hoy todavía tendría que formalizarse. Esa formalización conlleva a un proceso que si se materializa entraría en vigencia recién el 4 de noviembre del año 2020, que curiosamente es un día después de las elecciones en EE.UU. para el siguiente período presidencial. Será curioso ver a los electores tomando decisiones un día antes de que dejen de ser parte de un acuerdo tan importante.
Por lo tanto, y de eso tenemos que estar muy atentos, EE.UU. va a seguir formando parte del Acuerdo de París y tienen derecho a seguir formando parte de las negociaciones mientras el proceso de formalización no se materialice. Lo que puede ser algo riesgoso es el comportamiento de los negociadores de los EE.UU. en el sentido de no permitir que el Acuerdo avance en el ritmo como ha ido avanzando hasta el momento.
Así como EE.UU., ¿existen otros países que han mostrado una actitud similar?
No. Por lo menos hasta el día de hoy no existe algún país que pretenda seguir el ejemplo de EE.UU. Hay solo algunas hipótesis sobre que Arabia Saudita le seguiría a EE.UU., pero solo son rumores que tiene que aclarar el propio país.
El Acuerdo de París es un acuerdo con una mirada a largo plazo. Ya el mundo ha sufrido accidentes políticos del estilo Trump desde los años 90 cuando Bush padre era el presidente y muy resistente a los acuerdos que se suscribieron en Río de Janeiro en 1992, y sin embargo se lograron. Ya hemos sobrevivido a EE.UU. fuera del Tratado de Kioto, y por lo tanto este es otro incidente político que vamos a saber superar.
Esta decisión ya lo había anunciado en su campaña, ¿los países parte ya lo esperaban de alguna forma?
Se preveía, así como su política sobre migración. Nadie puede decir que esto lo ha sorprendido, todo estaba en el cálculo político. Trump dice que se retira del Acuerdo porque va a negociar uno más justo, pero este acuerdo está cerrado, ya no puede ser negociado y creo que los países deben tener la suficiente fuerza y dignidad para hacer que Trump asuma solo las consecuencia de sus actos. Ningún país debe sumarse a esta lógica de querer reabrir la negociación.
¿Eran tan duras las exigencias para EE.UU. así como lo señaló Trump?
No, en el Acuerdo de París, los propios estados fueron los que establecieron sus obligaciones. Ha sido el presidente Obama quien estableció las metas de reducción de emisiones de EE.UU., o sea, es el mismo Estado quien fija sus exigencias. El Acuerdo de París no le ha puesto a nadie una pistola para que establezca sus metas.
Algo que debemos tener en cuenta es ver qué pasará a nivel de las cortes y jueces de EE.UU. Hay que recordar que cuando Trump dictó su orden ejecutiva con el plan de energía limpia, la Corte se lo detuvo, lo suspendió en su entrada en vigencia. Cuando dictó su orden ejecutiva en el plan sobre migraciones, limitando el acceso a EE.UU. para algunos países, en especial Siria, Libia y otros, también un tribunal lo suspendió. Por lo tanto es muy probable que esta decisión también llegue a niveles legales y que alguna Corte o algún juez llegue a suspender esta decisión.
¿Cómo queda EE.UU. a nivel internacional ante una decisión de esta naturaleza?
Hay que considerar que Trump explota mucho los nacionalismos más extremos, los que están sustentados en la nostalgia del viejo poder y que lamentablemente esto mueve las fibras más sensibles de los ciudadanos. Por lo tanto, esto apela mucho a eso de ‘vamos a tener de nuevo la América Grande’, ‘vamos a tener de nuevo las fábricas aquí’, ‘vamos a producir’, pero sin considerar que las variables que movieron el crecimiento de los EE.UU. hoy día cambiaron por las consideraciones ambientales y climáticas. A nadie se le ocurre que EE.UU. va a poder volver a las viejas prácticas de aprovechar recursos o desarrollar actividades con impactos ambientales. El mundo ha cambiado y además tiene otras potencias importantes ahora, como China. Como dijo Ángela Merkel, EE.UU. se está quedando aislado global y domésticamente. Hay una estadística que dice que solo el 17% de los votantes de Trump apoya a que EE.UU. se salga del acuerdo. Por lo tanto, este nivel de aislamiento va a jugar en contra del propio EE.UU.
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