El pasado 30 de diciembre, la Reserva Ecológica Chaparrí -una de las zonas privilegiadas donde vive el oso de anteojos- fue escenario de un crimen contra uno de sus defensores. José Napoleón Tarrillo Astonitas, teniente gobernador del sector El Mirador, fue asesinado cruelmente en su casa.
Aunque las investigaciones aún no concluyen, la Policía y la población que lo conocía presume que los asesinos están relacionados con los traficantes de terrenos que hace años tratan de invadir este territorio que desde el 2001 se convirtió en la primera área de conservación privada (ACP).
La Reserva Ecológica Chaparrí, está ubicada en el distrito de Chongoyape, provincia de Chiclayo (Lambayeque). Desde su designación como ACP, sirvió como ejemplo para las posteriores iniciativas similares en todo el país. Actualmente, son 112 ACP que tienen como fin conservar las áreas naturales y aprovecharlas por medio de actividades sostenibles para beneficio de los que habitan en ella o en zonas aledañas.
Pero no todos tienen una visión de conservación. En mayo del año pasado, se registró un hecho violento en riesgo no solo a parte de la población que protege a esta zona, sino además a trabajadores del Estado que fueron a constatar la tala ilegal e invasión en la zona. En ese entonces, se denunció la invasión de unas 1200 hectáreas.
El ACP Chaparrí posee 34 412 hectáreas y es la segunda más grande después de Los Chilchos (46 mil has), ubicado en Amazonas. Su fin es conservar los bosques secos tropicales y, especialmente, especies como la pava aliblanca y el oso de anteojos. La creación de este espacio, además, permite generar oportunidades económicas para la población que habita dentro de ella.
Sobre el asesinato
Según cuenta Flor Vallejos Rojas la pareja de José Tarrillo, la noche del 30 de diciembre unos hombres entraron a su casa, los ataron y después de golpear a José, lo asfixiaron con un cable.
“Mi esposo era defensor de las tierras de Chaparrí y hay algunas personas que están invadiendo las tierras, por ello lo venían amenazando para que se retire del cargo”, dijo en conversación con La República.
Hace poco, Vallejos fomentó la formación de rondas campesinas para proteger la reserva, pero, al igual que otros protectores de la zona, fue amenazado. Sin embargo, nunca hizo las denuncias ante las autoridades porque decía no temer las represalias, según cuenta su esposa.
También por defender la zona, en mayo de 2017 fue agredido Heinz Plenge, uno de los promotores para reconocer al área como ACP. Para entonces, la población pidió más apoyo de las autoridades, entre ellas la Policía Nacional, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp), la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental y del propio Serfor.
Ante la agresión de Plenge, Bruno Monteferri, director de Conservamos por Naturaleza de la SPDA, declaró que “Sernanp debería dar asesoría técnica, apoyo en momentos positivos y difíciles, o deberían cumplir un rol de articulación para apoyar en el caso de situaciones que atenten contra la zona, pero no lo hace porque no es su función”.
“Falta más articulación de parte de las autoridades y hacer cumplir la ley. Además, faltan quizás algunas normas que contribuyan a fortalecer la figura de las ACP, ya es tiempo de volver a mirar esta figura de conservación, de fortalecerla”, concluyó el especialista de la SPDA.
Comments are closed here.