Fotos: Kevin Arce

• Uno de los lugares más visitados por turistas en Loreto es Pacaya Samiria, conocida como «La selva de los espejos». Esta área natural protegida es el humedal más extenso de la Amazonía y hoy cumple 51 años.

En el corazón de la Amazonía peruana existe un área natural protegida que resguarda paisajes de ensueño, una gran biodiversidad, y permite la continuidad de importantes servicios ecosistémicos que benefician a la población. Conocida como «La selva de los espejos», la Reserva Nacional Pacaya Samiria hoy celebra 51 años de creación y un gran éxito en el desarrollo de actividades como el turismo y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales, las cuales dejan beneficios directos a la población local.

“En la reserva articulamos con más de 60 mil personas distribuidas en 93 comunidades dentro del área y 117 en zona de amortiguamiento”, señala Alfredo Neyra, jefe de esta área protegida, en conversación con Actualidad Ambiental.

Además, Neyra explica que es gracias a esta articulación que el área presenta un 93.66 % de estado de conservación, lo cual no podrían lograr sin la participación de las comunidades, pues cuentan con solo 60 guardaparques para la protección de más de 2 millones de hectáreas.

Millones de soles en beneficios económicos para las comunidades

La Reserva Nacional Pacaya Samiria se posiciona como un ejemplo de que sí es posible conservar la naturaleza y aprovechar los recursos para beneficio económico de las comunidades locales.

El buen estado de conservación en el que se encuentra garantiza que las comunidades puedan aprovechar sosteniblemente recursos naturales y realizar actividades como el turismo. La población que vive al interior del área y en sus ámbitos de influencia, manejan recursos como el aguaje, paiche y taricaya, y obtienen anualmente alrededor de 4.2 millones de soles, resalta Alfredo Neyra.

Una historia de éxito en recuperación de especies

Pacaya Samiria es un paraíso de biodiversidad en donde habitan especies de flora y fauna emblemáticas de la Amazonía como el delfín rosado, lobo de río, guacamayo, caimán negro, charapa, manatí, churo, arahuana, aguaje, yarina, maquisapa, tuyuyo, huangana y el paiche, el pez de agua dulce más grande del mundo.

Pero no siempre fue así. En la década de 1940 surgieron los primeros esfuerzos de conservación en la zona de Pacaya Samiria frente a la necesidad de recuperar especies como el paiche y la taricaya, las cuales estaban desapareciendo a causa de su explotación desmedida.

Con los años y el trabajo articulado entre comunidades, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y otras organizaciones, Pacaya se convirtió en modelo del trabajo de conservación con el éxito de la recuperación y manejo sostenible de las taricayas, especie que actualmente aprovechan las comunidades a través de planes de manejo.

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Comunidades con oportunidades de desarrollo económico

Actualmente, la jefatura del área está enfocada en “promover la articulación comercial de la población. Porque de nada sirve que capacitemos a la población sobre aprovechamiento sostenible y que la población aproveche de esta manera el recurso, si no se tiene a quien vender después. Por ello, la articulación comercial es muy importante para cerrar el círculo”, explica Neyra, jefe de la reserva.

Otra importante apuesta de la jefatura es potenciar la actividad turística. “Pacaya Samiria a nivel de Loreto es uno de los principales destinos turísticos, la mayoría de los visitantes extranjeros que llegan a este departamento vienen a visitar Pacaya Samiria, entonces es muy importante tener un destino seguro en donde hay interacción entre el hombre y la naturaleza, y se mantiene un buen estado de conservación”, explica el jefe de Pacaya Samiria.

Las taricayas son una especie emblemática de la Amazonía. Asimismo, son un símbolo del éxito de la conservación en Pacaya Samiria. Foto: Kevyn Arce

Actualmente existen 43 grupos de manejo de esta especie en la RNPS. Foto: Kevyn Arce

Estos grupos de manejo están conformados por comuneros y comuneras comprometidos con la conservación de sus recursos. Foto: Kevyn Arce

Además, funcionan con el apoyo del Sernanp. Foto: Kevyn Arce

A finales de enero del año en curso se liberaron más de 43 mil taricayas. Foto: Kevyn Arce

Con esta acción, que se realiza de forma anual, se garantiza la conservación de esta importante especie. Foto: Kevyn Arce

Esta actividad también tiene un impacto en la población, porque hay grupos locales dedicados a la actividad turística que ofrecen sus propios circuitos turísticos y manejan sus albergues, “lo cual garantiza un beneficio directo de la población”, resalta Alfredo Neyra y agrega que las personas interesadas en conocer Pacaya a través de estos operadores locales pueden contactar al Sernanp o a la jefatura del área a través de sus páginas en redes sociales para consultar por la lista de empresas formalizadas.

Turismo en la Reserva Nacional Pacaya Samiria. Foto: Kevyn Arce

Recuperación pospandemia

Arvildo Uraco, presidente del Comité de Gestión de Pacaya Samiria, recuerda que todas sus iniciativas de turismo fueron afectadas por la pandemia, ya que esta ocasionó una baja total en la actividad turística. Con él coincide el jefe de la reserva, que indica que luego de la pandemia tuvieron que articular con más de una institución para lograr la reactivación turística.

“Esto hizo que en el año 2022 volvamos a tener el mismo afluente de visitantes que teníamos antes de la pandemia e incluso logramos superarlo”, indica Neyra. A la par de este fortalecimiento de la actividad turística, como jefatura tienen otros retos como “la  diversificación de los recursos naturales, la articulación con diferentes instituciones, continuar con el fomento de la conservación con las comunidades de Pacaya Samiria, y, sobre todo, cubrir las brechas en cuanto a garantizar la protección del área”, concluye el responsable de la gestión de la reserva.

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Datos:

• La reserva está conformada por 3 grandes ríos: Yanayacu Pucate, Pacaya y Samiria, y debe su biodiversidad a sus ecosistemas de humedales que la convierte en el humedal más grande de la Amazonía y uno de los más extensos de Sudamérica.
• En 1992 obtuvo la designación como sitio RAMSAR.

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