Foto: Murilo Reis

En tan solo dos semanas 15 delfines rosados han sido encontrados muertos a orillas del río Trapiche en la provincia de Requena (Loreto). El Coordinador de proyectos de Solinia, Cédric Gilleman, indicó que los cetáceos no presentan heridas, por lo que se presume que la causa de su muerte se debe a la ingesta de productos tóxicos.

Gilleman indicó que debido a la escasez de peces en los ríos, los pescadores alimentan a los delfines rosados con pescados muertos y envenenados para evitar que el cetáceo coma los peces que quedan atrapados en las redes. La poca producción de los recursos hidrobiológicos se debe a la carencia de una pesca sostenible en la zona y en la Amazonía.

Los pescadores están en constante competición con los delfines, y consideran al delfín como un contrincante, debido a que esta especie consume los peces de los ríos, señaló Gilleman. Además, dijo que otra muestra del envenenamiento de los delfines es que han encontrado gallinazos muertos luego de haber ingerido la carne de los cetáceos.

El coordinador de Solinia se mostró preocupado porque cada vez son más los casos en el que se registra la muerte de estos animales de río que se encuentran en la lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y está catalogada como especie amenazada y vulnerable, además, existe poca información al respecto de esta especie.

El delfín rosado también es cazado para ser utilizado como carnada para atrapar el pez mota, también conocido como piracatinga, el cual se exporta a Colombia. Los pescadores también atrapan a los delfines para matarlos a golpes, cortarlos y exponerlos para atraer al pez mota, un pescado necrófago que se alimenta de carne en descomposición.

En algunas zonas la provincia de Requena, la tasa de mortandad de esta especie es de 100 delfines asesinados por año, mientras que en Brasil puede superar los cuatro mil ejemplares por año en algunas reservas.