Las protestas en Andahuaylas, que el día de ayer dejaron 38 heridos, vienen siendo impulsadas por “agrupaciones extremistas”, aseguró el asesor de la ONG Labor, José Luis López Folegatti, en declaraciones a Actualidad Ambiental.

“El conflicto en Andahuaylas tiene raíz en problemas ambiental. Inicialmente, se pidió el retiro de dos plantas procesadoras de cobre existentes en Huaraccopata y Tocctopata. La idea era intervenir la minería informal. Pero la protesta se está escapando a este deseo inicial. Ahora lo que muchos buscan es el fin de la minería en la zona. Se ha ido a un extremo. Así, realmente no se discute el tema central”, preció López.

“Detrás de las acciones violentas está un grupo minoritario”, agregó. “Salvando las diferencias, esto se parece a la lucha de los 80, donde existían grupos menores que iban por sendas violentas que, en realidad, no eran del agrado de las mayorías”.

El investigador lamentó el impasse sucedido entre algunos pobladores con representantes del Estado. Donde algunos de ellos (como el ministro de Agricultura, Miguel Caillaux y el ministro de Energía y Minas, Carlos Herrera Descalzi) estuvieron a punto de ser retenidos en un local comunal. “Se está generando una lógica de chantaje-violencia que no debería ser permitida. De esta forma no se puede protestar. Este no es el camino que se debe tomar”, refirió.

“Detrás de la minería informal están, sobre todo, grupo de comuneros organizados. Pero son una minoría. Entre ellos hay pullas y conflictos diversos, así como facciones extremistas”.

“El problema real son las dos plantas procesadoras. Se debió haber revisado una, y la otra debió de haberse anulado. Esto lo debió haber hecho el Gobierno Regional, pero no actuó en su momento”, dijo finalmente.

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Foto: Inforegión