Conservamos por Naturaleza, iniciativa de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental (SPDA), presenta Áreas de Conservación Privada en el Perú. Avances y propuestas a 20 años de su creación, un análisis histórico del marco legal que regula a las áreas de conservación privada y reflexiones en torno al impacto de esas regulaciones. Además, propone una hoja de ruta para consolidar el marco legal e institucional que se requiere para que las ACP sigan siendo una de las principales herramientas para la conservación voluntaria en tierras privadas en el Perú.
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Desde su creación en 1997, diversas personas en el Perú han usado la figura denominada Área de Conservación Privada para darle una capa adicional de protección a sus tierras y tener el respaldo del Gobierno para continuar llevando a cabo acciones de conservación. Este informe nace con el objetivo de evaluar la evolución y utilidad de la figura, las percepciones de los titulares, así como los avances y retos aún pendientes, a efectos de desarrollar nuevas propuestas para su promoción y consolidación.
Según UICN y UNEP-WCMC, en el mundo existe cerca de 15 mil áreas bajo protección privada. En el Perú, la primera Área de Conservación Privada —el ACP Chaparrí— fue reconocida en el 2001. A lo largo de los últimos cinco años, se han reconocido en promedio 10 ACP por año (a la fecha existen más de 130). Estas se encuentran ubicadas en 17 de los 24 departamentos del Perú. Asimismo, nuestro país cuenta con 5 redes regionales de propietarios de ACP y una macrorregional, así como diversas alianzas entre ACP, universidades, empresas y organizaciones de la sociedad civil.
La conservación voluntaria en el Perú ha ayudado a proteger especies y ecosistemas que no están debidamente protegidos. Asimismo, la versatilidad de las herramientas permite que sean usadas para crear corredores de conservación, proteger ecosistemas de interés local como cabeceras de cuenca y establecer mecanismos de retribución por servicios ecosistémicos hidrológicos. Seguir promoviendo este tipo de esquemas es prioritario.
Muchas de estas ACP tienen centros de investigación, alianzas con universidades, colegios y operadores turísticos especializados, donde proveen oportunidades de investigación, educación ambiental y turismo especializado. Sin embargo, estas opciones no son tan conocidas y es necesario darle mayor difusión a los beneficios que generan las ACP. Del mismo modo, se deben promover más alianzas entre ACP y empresas con miras a desarrollar negocios basados en la puesta en valor de la naturaleza, con un enfoque basado en el respeto y la sostenibilidad.
DATO:
- La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) ha publicado directrices que abordan la planificación y la gestión de áreas bajo protección privada (APP). Las orientaciones están dirigidas principalmente a responsables del diseño de políticas públicas, o bien, profesionales que están o podrían estar vinculados con APP. Aprender de las mejores prácticas de otras partes del mundo y pensar en cómo aplicarlas a escala local o nacional es una de las grandes contribuciones de esta publicación que puedes revisar desde aquí.
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