Ley de rompientes: Una norma que protege las olas y asegura más campeones de surf
martes 6 de agosto, 2019
El pasado fin de semana nuestro país levantó el pecho de orgullo al observar cómo seis surfistas peruanos obtuvieron medallas (3 de oro y 3 de plata) en los Juegos Panamericanos. Si bien en años anteriores este deporte ya nos ha dado incluso campeones mundiales como Sofía Mulánovich y Benoit Clemente, todavía puede lograr más triunfos, pero necesita —al igual que otras disciplinas— el apoyo de las autoridades y la propia ciudadanía.
En el caso del surf, además de lugares como el Centro de Alto Rendimiento del Surf de la playa de Punta Rocas, donde los competidores y futuros campeones podrán ejercitarse cerca del mar, se necesita que algunas olas de especiales características no sean alteradas por infraestructuras (puertos, muelles, entre otros) y para ello se aprobó, en el año 2000, la “Ley de preservación de las rompientes apropiadas para la práctica deportiva”, Ley 27280.
La norma, cuyo reglamento está vigente desde el 2013, tiene como objetivo asegurar que las olas no sufran alteraciones humanas, como ya ha ocurrido en lugares como Cabo Blanco o La Herradura. Se trata de darle una protección legal a estos lugares e inscribirlos en el Registro Nacional de Rompientes.
Para conocer un poco más sobre esta norma y cómo podemos colaborar para que más olas sean protegidas, “HAZla por tu ola”, una campaña de Conservamos por Naturaleza, responde a las siguientes interrogantes:
1. ¿Cuándo una ola debe o necesita ser protegida?
Existen dos escenarios en los cuales una ola necesita ser protegida. En primer lugar, cuando se encuentra amenazada por alguna construcción que atente contra su curso natural. En ese caso, se prioriza su inscripción. Sucedió con Chicama (la ola más grande del mundo), San Bartolo y Cerro Azul, por ejemplo.
El segundo escenario es cuando una persona quiere registrar una ola a manera de prevención frente a cualquier situación futura.
2. ¿Cuál es el proceso para lograr esta protección?
Para que una ola sea protegida, debe estar inscrita en el Registro Nacional de Rompientes (RENARO). Para ello se tiene que presentar un expediente técnico de cada ola a la Dirección General de Capitanías y Guardacostas (DICAPI) que justifique su protección. Los costos de inscripción de cada ola fluctúan entre los 10 mil y los 20 mil soles, dependiendo si la rompiente cuenta con batimetría (estudio del fondo marino) o si se necesita hacer una específica. Asimismo, el costo depende si la batimetría se hace en paquete, sumando varias olas o por una ola de manera individual.
3. ¿Cuántas olas hasta ahora se han logrado proteger y cuál es la meta?
Hasta la fecha se han logrado proteger 33 olas. El pasado 17 de diciembre se firmó la resolución directorial para proteger la zona de San Bartolo, la cual incluye 6 nuevas rompientes: Santa Rosa, El Huaico, Peña Rosa, Peñascal, Muelles de San Bartolo y San Bartolo Sur.
Ahora estamos recaudando fondos para la protección de 3 rompientes muy importantes en el norte del país: El Ñuro, Máncora y la ola de Los Órganos
4. ¿Quiénes han sido los beneficiados con esta norma?
Nos beneficiamos todos, empezando por quienes están en contacto constante con el mar: pescadores y surfistas, por ejemplo, aa que con esta norma ninguna construcción puede alterar el curso natural de las olas, permitiendo el desarrollo normal de la pesca y los deportes acuáticos.
5. ¿Qué se necesita para seguir con esta campaña?
Necesitamos que más personas se involucren. Gracias a esta norma, el Perú se ha convertido en el primer país en el mundo que cuenta con un sistema legal para proteger sus olas. Sin embargo, no muchas personas conocen de esto. Una manera de contar la historia de todo este esfuerzo es el documental A la Mar, el cual retrata cómo la acción colectiva impulsó el cambio. Puedes ver el avance desde aquí.
También necesitamos que más personas y empresas sigan donando fondos porque aún hay muchas olas que están en riesgo y necesitan ser protegidas. En www.hazlaportuola.pe / www.alamar.pe les indicamos cómo es que pueden sumarse.
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