De acuerdo a un reciente estudio elaborado por Globe International, habría una fuerte relación entre el nivel de avance de la legislación sobre cambio climático de un país y su postura y ambición en las negociaciones internacionales sobre dicho tema.
No es de extrañar entonces que la laxa legislación sobre cambio climático de países como Estados Unidos, Rusia, Canadá y China se traduzcan en posiciones conservadoras y de desencuentro en las negociaciones internacionales que buscan evitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 2°C.
Pero ¿por qué un país habría de apostar por una sólida legislación sobre cambio climático? Pues de acuerdo al estudio, habría razones como la seguridad y eficiencia energética, apertura de nuevos mercados, agricultura más sostenible y una mejor calidad del aire con sus implicancias positivas en la salud de las personas, entre otras. Y aunque no se menciona en el estudio, a esto habría que añadirle una mejor preparación frente a desastres naturales, inversión en infraestructura resiliente al cambio climático y una estructura para la captación y manejo de financiamiento proveniente del Fondo Verde Climático.
Por ello, un país respaldado por una legislación sólida tendría mayores razones para comprometerse e impulsar acuerdos más ambiciosos. Ya lo ha señalado Christiana Figueres, Secretaria Ejecutiva de la ONU sobre cambio climático: “Nada será acordado a nivel internacional hasta que se haya legislado lo suficiente a nivel nacional”. Además, al margen de si se logra o no un acuerdo internacional, un país con una legislación robusta tendrá mejores oportunidades de hacer frente a los retos de adaptación y mitigación que demandará el clima del futuro.
En la mayoría de países de Latinoamérica hay un buen número de políticas vinculadas a cambio climático pero con bajo nivel de implementación.
En el caso del Perú ya hay ciertos avances en esta materia, por ejemplo, se cuenta con una Política Nacional del Ambiente, y la Estrategia Nacional de Cambio Climático, que se encuentra en proceso de actualización. Algunas regiones del país, incluso, ya cuentan con una estrategia de cambio climático, y ya existe una iniciativa de proyecto de ley lista para su discusión en el Pleno del Congreso de la República.
Este año, Perú será sede de la vigésima Conferencia de las Partes (COP20) por lo que los ojos del mundo se centrarán sobre nuestro país. Se espera, como lo ha señalado en reiteradas oportunidades el Ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal, que se logre un borrador de lo que será el acuerdo internacional a firmarse en París en 2015 y que debería reunir el compromiso de todos los países del planeta para reducir emisiones y transferir financiamiento y tecnología para la adaptación, especialmente a las naciones en desarrollo, que serán las más afectadas por el cambio climático.
Y qué mejor ejemplo de compromiso que el aprobar una ley sobre cambio climático del país anfitrión, lo cual debería darse antes de la COP y generar el marco para las futuras acciones que Perú realice en términos de adaptación y mitigación, dándole al mismo tiempo la legitimidad necesaria para conducir las negociaciones internacionales y articular las diversas –y muchas veces opuestas– posturas de los diferentes países del mundo, buscando consensos entre grupos de negociación tradicionalmente enfrentados.
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*Jorge Villanueva es miembro del equipo de comunicaciones de la Sociedad Peruana de Derecho Ambiental y se desempeña como Coordinador de Comunicaciones para América Latina y el Caribe de la Climate and Development Knowledge Network-CDKN
Foto: Jaime Tranca / SPDA
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