- Con el uso de la nanotecnología, Universidad Nacional de Trujillo desarrolla un producto que aprovecha residuos naturales como cáscaras de frutas y otros vegetales.
Con el fin de contribuir con el cuidado del ambiente, a través de la generación de productos más sostenibles, la Universidad Nacional de Trujillo (UNT) desarrolla una investigación que consiste en la elaboración de plásticos 100% biodegradables con potencial aplicación en la industria alimentaria.
El proyecto, que cuenta con el apoyo de con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica (Concytec) y el Banco Mundial, tiene como fin utilizar residuos de vegetales como espárrago, palta, mango, uva, entre otros, para preparar la materia prima que permitirá producir envases que cubren y protegen alimentos. De este modo se generará un proceso de economía circular, con enormes beneficios medioambientales, económicos y sociales.
Según informó Andina, en conjunto con el Cite Agroindustrial Chavimochic, la UNT desarrolla estudios sobre la generación de estos plásticos y la extracción de almidón a partir de fuentes no alimenticias para evitar y disminuir el uso de polímeros sintéticos (plásticos) y, de esta manera, contribuir a la mejora de la productividad y competitividad en el norte del país. La investigación abarca tres etapas.
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“La primera comprende la identificación, caracterización y acondicionamiento de los residuos generados por la agroindustria. En la segunda se busca obtener tres biopolímeros: polihidroxialcanoatos, celulosa bacteriana y almidón, y la tercera consiste en generar bionanofibras con propiedades mecánicas adecuadas para su industrialización, a partir de esos tres biopolímeros o la mezcla de ellos, empleando la tecnología electrospinning/electrospray”, explicó Gabriela Barraza Jáuregui, investigadora principal del proyecto.
La investigadora precisó además que el objetivo es que las bionanofibras para producir empaques industriales, así como películas para recubrir y proteger alimentos frescos envasados, tengan cierta firmeza, flexibilidad, porosidad y permeabilidad para garantizar la conservación y frescura de los alimentos.
Para la ejecución de esta iniciativa, que demuestra la importancia de invertir en ciencia y tecnología, la UNT recibió financiamiento por parte del Concytec, en convenio con el Banco Mundial, mediante su unidad ejecutora Fondecyt.
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