¿La energía eléctrica de origen nuclear está próxima en el Perú?
martes 29 de octubre, 2024
- Conversamos con el presidente del Instituto Peruano Energía Nuclear (IPEN) para conocer el trabajo de esta institución en sus casi 50 años de creación, y para saber un poco más sobre el centro nuclear ubicado en Carabayllo.
Por Jaime Tranca / jtranca@spda.org.pe
Cuando escuchamos sobre energía nuclear es inevitable pensar en Hiroshima y Nagazaki, así como en Chernóbil y Fukushima. Sin embargo, para el físico Rolando Páucar, las bombas atómicas fueron la “peor inauguración que pudo haber tenido la energía nuclear” en el planeta.
Rolando Páucar Jáuregui es el actual presidente del Instituto Peruano de Energía Nuclear (IPEN), un organismo adscrito al Ministerio de Energía y Minas (Minem) que tiene como objetivo normar, promover, supervisar y desarrollar las actividades aplicativas de la energía nuclear que contribuyan al desarrollo nacional.
El IPEN, creado el 4 de febrero de 1975, promueve además la investigación en el campo de la energía nuclear, siempre con fines pacíficos, tal como lo establece el Organismo Internacional de Energía Atómica (IAEIA, por sus silgas en inglés), del cual Perú es miembro desde 1957.
Páucar Jáuregui resalta que, en nuestro país, el aporte del IPEN es importante ya que el trabajo que realiza sobresale en diferentes sectores como salud, agricultura, industria, entre otros, aunque aclara que la energía nuclear aún no participa en el sector eléctrico, pero no descarta que puedan hacerlo en un futuro próximo.
“Nosotros ya estamos preparados para esto [energía eléctrica]. Es más, tenemos un reactor pequeño en la avenida Canadá y otro en Huarangal (Carabayllo). Entonces, el Perú ya tiene 2 reactores nucleares”, aclara el licenciado en física por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Una central nuclear en Lima Norte
Para lograr sus objetivos, el IPEN cuenta con dos instalaciones nucleares, ubicadas en San Borja y Carabayllo. En el distrito de Lima Norte, además, pose el Centro Nuclear Óscar Miró Quesada de la Guerra – RACSO, inaugurado en 1988, el cual cuenta con laboratorios especializados y un reactor nuclear de 10 megavatios.
Este centro de 125 hectáreas está ubicado en la zona conocida como Huarangal, en el margen derecho del río Chillón, a 400 metros sobre el nivel del mar. Aquí se encuentran, además del Reactor RP 10, la Planta de Producción de Radioisótopos, el Laboratorio Secundario de Calibraciones Dosimétricas (LSCD), la Planta de Gestión de Residuos Radiactivos (PGRR) y los laboratorios de ciencias.
Respecto a la producción de radioisótopos, en este lugar se fabrican –por ejemplo– el ioduro de sodio (I-131) y pertecnetato de sodio (Tc-99m), ambos usados para tratamiento de diversos tipos de cáncer. El IPEN es el único fabricante de radiofármacos en el Perú y contribuye a que unos 40 mil pacientes sean atendidos en los servicios de medicina nuclear para el diagnóstico y tratamiento de enfermedades en centros de salud como el Hospital Almenara y el Instituto Nacional de Enfermedades Neoplásicas (INEN), así como en centros de salud de Arequipa, Callao y Trujillo.
Tres objetivos claves
Para Rolando Páucar, la existencia del IPEN puede resumirse en tres objetivos claves: “Combatimos el hambre, luchamos contra el cáncer y mitigamos el cambio climático”. El primer objetivo tiene que ver con los servicios de irradiación de alimentos para prolongar la vida comercial de los productos mediante la esterilización o reducción de carga microbiana.
La lucha contra el cáncer está relacionada con la fabricación de radioisótopos, y la mitigación del cambio climático está asociada a la promoción de energía nucleoeléctrica o energía nuclear, considerada baja en emisiones de carbono en comparación con la que se genera en estaciones de carbón, petróleo o gas, según indica la IAEA. La misma organización resalta además que los reactores nucleares generan cerca de una tercera parte del total mundial de electricidad sin emisiones de carbono.
“Todo el mundo está desarrollando y trabajando en energía nuclear. Todos están buscando energías renovables, pero se han dado cuenta de no van a llegar a la meta propuesta al 2050, y la única forma de lograrlo es incluir energía adicional, que sea limpia. Luego de haber consensuado con todas las organizaciones, han determinado que la energía nuclear es limpia. Y cuando han considerado ello, han empezado a aparecer diversas organizaciones que han desarrollado proyectos de nuevos reactores nucleares, buscando más seguridad, buscando que sean más amigables, más autónomas”, explica el presidente del IPEN.
Respecto a la seguridad de la energía eléctrica de origen nuclear, Páucar señala que la eólica es considerada la más limpia en el planeta, y además la más segura en cuanto a efectos sobre la salud humana, y a esta le sigue la energía nuclear. En cambio, afirma que la energía producida por hidrocarburos es la más perjudicial.
“La energía que ocupa los primeros lugares en términos de muertes, es la producida por combustibles fósiles. Además de darse accidentes como quemaduras, no se controlan los desechos que van a la atmosfera y eso está causando miles de muertes en el planeta. En el caso de la energía nuclear, los desechos son contenidos, almacenados y en todos estos años no se ha registrado algún problema por ello”, asegura el físico.
Otra ventaja, según Rolando Páucar, es que la energía nucleoeléctrica tiene una tasa de uso anual del 95 al 96 %. Es decir, la producción casi no se detiene, “a diferencia de la eólica que funciona cuando hay aire. La energía nuclear no es intermitente. Una vez que tienes un reactor, puede estar funcionando hasta 60 años”.
Actualmente, según datos del IPEN, la matriz energética del Perú está conformada de la siguiente forma: 56.09 % termoeléctrica, 38.70 % hidroeléctrica, 3.08 % eólica y 2.13 % solar.
Reactores en la Amazonía
El presidente del IPEN también se refirió a la promoción de energía nuclear en la Amazonía, principalmente en Loreto, donde no existe una línea de transmisión eléctrica que la conecte con las demás regiones.
Para Páucar, una posible solución al déficit de electricidad en Loreto es la instalación de pequeños reactores de 350 megavatios, los cuales son fáciles de transportar ya que serían del tamaño de un camión común, como un grupo electrógeno.
“Antes, cuando hablábamos de reactores nucleares, nos referíamos a 1500 megavatios, y todos miraban con recelo. Ahora estamos hablando de reactores pequeños, por eso los llamamos reactores modulares”, explica.
Finalmente, el presidente del IPEN menciona que a principios de octubre se presentó en el Congreso el Proyecto de Ley 9081/2024-CR, el cual declara de interés nacional acciones para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en el sector energético peruano. Esta reducción, según la propuesta legislativa, se daría a partir del establecimiento de la energía nuclear como fuente de energía eléctrica, “con énfasis en lugares identificados de pobreza energética y complejidades geográficas”.
De acuerdo con la propuesta, el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Ambiente y el Ministerio de Energía y Minas en, coordinación con el IPEN, emitirán las normas específicas correspondientes a la implementación de la presente ley.
Asimismo, el IPEN tendrá como encargo implementar programas de capacitación e investigación en coordinación con entidades públicas y privadas nacionales y extranjeras, necesarias para el desarrollo de la energía nuclear con fines de generación eléctrica; y establecer estándares de seguridad nuclear y protección radiológica.
El proyecto de ley fue presentado por la congresista Silvia Monteza (Acción Popular), y espera su debate en la Comisión de Energía y Minas.
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