Kiajabaki Bame: pobladores de Madre de Dios defienden la naturaleza frente a diversas amenazas
jueves 14 de abril, 2011
Durante generaciones, las comunidades de Bajo Tambopata e Isuyama –ubicadas entre la Reserva Nacional Tambopata y la ciudad de Puerto Maldonado– han conservado el bosque y sus recursos. En los últimos tiempos, con la construcción de la carretera Interoceánica y la interconexión con la hidroeléctrica de San Gabán en Puno, se ha generado un incremento en el número de inmigrantes que buscan tierras para cultivo agrícola o explotación minera informal. Esta situación ha puesto en peligro inminente estas zonas aún boscosas y protegidas por los propios pobladores por décadas.
Por esta razón los pobladores de Bajo Tambopata e Isuyama se organizaron para conformar la Asociación de Operadores Agroecotúristicos de Bajo Tambopata (AOATAM) y proteger la zona convirtiéndola en un corredor ecoturístico.
El 21 de diciembre de 2010, estas comunidades lograron que la Municipalidad Provincial de Tambopata apruebe el Decreto de Alcaldía N°008-2010-MPT-A-SG, el cual declara estructurado el Corredor Ecoturístico “Kiajabaki Bame”, ubicado en Madre de Dios, y le asigna una nueva zonificación.
De acuerdo a esta zonificación, no estaría permitido el cambio de uso del suelo para otras actividades dentro del corredor, dando esperanzas para que en el futuro este importante bosque y pulmón de la ciudad siga en pie. De acuerdo a los documentos de zonificación anteriores, contenidos en el Plan Director de la ciudad de Puerto Maldonado 2002 – 2012, esta zona era considerada como de expansión urbana.
En la actualidad, la AOTAM sigue trabajando con el Municipio para consolidar en la actualización del Plan Director de la ciudad de Puerto Maldonado la zonificación recientemente aprobada, de modo que la agenda del nuevo gobierno municipal, asegure la conservación del corredor ecoturístico “Kiajabaki Bame”.
Las aves de la zona, los pequeños monos y añujes, así como cientos de otros seres vivos que dependen de estos bosques están, sin duda, agradecidos con los pobladores del Bajo Tambopata e Isuyama. Las siguientes generaciones de estas comunidades valorarán la decisión que tomaron sus padres y abuelos en tiempos difíciles de minería ilegal y tala indiscriminada.
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