Escribe José Serra / Consultor en energía y medio ambiente
En el 2011 el entonces ministro de Energía y Minas, Pedro Sánchez, sacó una resolución ministerial en la que proponía la construcción de una línea de transmisión (LT) entre Moyobamba e Iquitos, para unir esta ciudad al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional (SEIN).
Las razones avanzadas eran que Iquitos estaba abastecida por una central térmica antigua y contaminante y que sus habitantes pagaban un precio demasiado alto por la electricidad.
Sin embargo, si examinamos esas dos premisas en la actualidad, nos encontramos con que en realidad los habitantes de Iquitos pagan prácticamente lo mismo por la electricidad que los de Cajamarca o Chiclayo, y menos que los de Lima, ya que están recibiendo una subvención pagada por los usuarios del SEIN. Para el período 2015-2016 esa subvención fue de US$14 millones.
[Leer el análisis al estudio de impacto ambiental del proyecto]
En lo que se refiere a la contaminación, su central térmica antigua ha recibido en 2014 motores nuevos que cuentan por 19% de su potencia efectiva total. Además la compañía brasileña Genrent está construyendo en Iquitos una central térmica muy moderna de 70 megavatios (MW) de potencia.
Nunca se hizo un estudio costo-beneficio de esta línea ni se analizaron otras alternativas posibles para suministrar electricidad a Iquitos. Sin embargo, sin contar con un estudio de factibilidad, a pedido del Ministerio de Energía y Minas, ProInversión organizó un concurso para concesionar la construcción de la línea.
Como resultado Líneas de Transmisión Peruanas S. A. C., filial de la compañía española Isolux, recibió en octubre del 2014 la concesión para la construir y operar una línea de transmisión, en 220 kilovoltios de tensión, entre Moyobamba e Iquitos. Isolux invertirá US$499 millones y recibirá un pago anual de $75 millones durante los 30 años de la concesión. La línea de 595 km de largo atravesará selvas primarias en la mayor parte de su trayecto. Puesto que se abrirán trochas para construir y darle mantenimiento a la línea, estas ofrecerán caminos que van a facilitar su invasión por colonos y el inicio de la destrucción de esas selvas aún en buen estado de conservación. Como ya ha sucedido en muchas partes del Perú, por esos caminos ingresarán miles de inmigrantes a la búsqueda de tierras para poner ganado y cultivar, taladores ilegales, buscadores de oro, cazadores comerciales y agentes de compañías de palma aceitera y cacaoteras.
Esos caminos serán compactados y removidos por el tránsito de maquinaria pesada que debe transportar las 23 500 toneladas de acero necesarias para construir las torres de transmisión y 5000 km de cables, la distancia por carretera de Guayaquil a Santiago de Chile.
Además se puede demostrar que la línea causará, a través de un aumento de la tarifa, un perjuicio económico a los consumidores de electricidad peruanos de entre 627 y 1049 millones de dólares, en los 30 años de la concesión. Para llegar a esta conclusión se han asumido tasas de crecimiento promedio del mercado eléctrico de Iquitos de 3.4 y 5.6% anuales, entre el 2014 y el 2048 y se han extrapolado las subvenciones por sistema aislado, arriba mencionadas, que reciben los habitantes de Iquitos. Sustrayendo el total de esas subvenciones de los US$2240 millones que recibirá Isolux entre el 2019 y el 2048 se obtienen los montos de pagos adicionales que deberán hacer los consumidores de electricidad arriba mencionados.
El proyecto atravesará las comunidades de ocho grupos indígenas: kichwas de Lamas, shawi, kukama kukamiria, candoshi, achuar, urarinas, quechuas del Tigre e Iquitos, pero tanto el Ministerio de Energía y Minas (MEM) como el Ministerio de Cultura se niegan a hacer la consulta previa requerida por la ley, aduciendo que “se trata de un servicio público que va a beneficiar a la población”.
Como una muestra de las consecuencias ambientales de este proyecto, solo la construcción de la línea causará la destrucción de más de un millón de toneladas de árboles. El avance de la colonización inducida por ella, sólo entre Moyobamba y Jeberos (Alto Amazonas), podría destruir más de tres millones de toneladas adicionales. No se ha calculado el impacto del eventual avance de la colonización en sus otras áreas de influencia, por lo tanto la deforestación inducida será mucho mayor.
Isolux presentó al MEM un estudio de impacto ambiental (EIA) que contenía muy serias deficiencias:
- No hay un capítulo referente a las comunidades indígenas indicando cómo podrían ser impactadas por la construcción de la LT.
- La línea de base de un EIA en la Amazonía debe hacerse, por lo menos, durante una estación de lluvias y una seca. Este no es el caso para la integralidad de este EIA.
- En los mapas del EIA los diferentes tipos de bosques no están suficientemente detallados.
- Los ríos por los que surcarán las embarcaciones que llevarán el material de construcción no han sido considerados como áreas de influencia indirecta.
- El EIA prácticamente no menciona el Abanico del Pastaza, uno de los humedales más importantes del mundo, el que será afectado por la remoción de tierras, la compactación de los suelos y el uso de herbicidas.
- La conectividad de los sistemas hídricos del Abanico será afectada por la construcción de trochas y terraplenes.
- El Abanico es una inmensa reserva de turba y por lo tanto podría ser presa de incendios incontrolables en la estación seca. El EIA no menciona que prevenciones se van a tomar para prevenir estos eventos.
- El EIA no ha hecho ninguna hipótesis respecto al peligro de invasión de la selva primaria por colonos que utilizarán las trochas de la LT. Ellos causarán una deforestación masiva.
- El EIA no indica qué trochas serán cerradas al final de la construcción, aunque se supone que la mayor parte de ellas quedará abierta para permitir el mantenimiento de la LT. Las trochas serán prolongadas por individuos o empresas, como es usual en la selva, para acceder a madera, tierras u otros recursos.
- El EIA no ha utilizado ningún modelo para predecir la deforestación que será causada por la construcción de la LT y la llegada de colonos.
- Tampoco ha calculado los volúmenes de biomasa arbórea que serán destruidos.
- No ha señalado la pérdida de biodiversidad que causará la LT ni calculado su valor.
Este EIA fue rechazado definitivamente por el MEM, pero eso no quiere decir que no puedan presentar uno nuevo. Esto tendría sentido puesto que la utilidad neta de Isolux por este proyecto, en valor presente, sería del orden de US$60 millones y rehacer el estudio sólo costaría unos US$200,000, los que de todas maneras serían cargados al consumidor de electricidad.
Conclusiones:
- El contrato de Isolux debería ser anulado y que esta línea de transmisión no se construya. Esta es una tarea del Estado.
- Esto va a ser difícil porque ese tipo de contratos de concesión tiene categoría de ley pero no debería ser imposible en un caso como este, en el que ciudadano promedio, consumidor de electricidad, va a ser seriamente damnificado.
- Se puede demostrar que la mejor alternativa para suministrar electricidad a Iquitos es a partir de la central térmica de Genrent, actualmente en construcción, agregando grupos de generación a medida de que el mercado de Iquitos aumente, dotados de los equipos antipolución más modernos.
- El régimen de subvenciones deberá ser mantenido par que los consumidores de Iquitos no sean discriminados con relación al resto del país.
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