[Infografía] La estrecha relación entre la deforestación y las pandemias

lunes 21 de marzo, 2022

Foto: Diego Pérez / SPDA

  • La pandemia del COVID-19 representa un llamado urgente a frenar la deforestación y restaurar los ecosistemas forestales del mundo.
  • Solo cuidando la salud de los bosques, cuidaremos nuestra salud y la de otros seres vivos.

Escribe Andrea Bustamante / abustamante@spda.org.pe 

 

A medida que la actividad humana no sostenible impacta en la pérdida de ecosistemas y biodiversidad, también aumenta el riesgo de futuras pandemias como la del COVID-19. Son cada vez más los estudios científicos que evidencian este estrecho vínculo entre la deforestación de los bosques y el mayor riesgo de zoonosis. 

La zoonosis, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), es una enfermedad infecciosa que pasa de otros animales a las personas. Puede ser causada por bacterias, virus, parásitos, hongos, entre otros, a los que se les conoce como patógenos, y “pueden propagarse a los humanos por contacto directo o a través de los alimentos, el agua o el medio ambiente”.

Deforestación y enfermedades emergentes

A medida de que se mantiene el ritmo de la deforestación en los bosques tropicales, que albergan la mayor biodiversidad terrestre del planeta, son muchas las especies de fauna silvestre que están siendo desplazadas de su hábitat, acercándose a otros animales y personas, e incrementando la exposición a nuevas enfermedades.

En un estudio de la organización EcoHealth Alliance, se encontró que al menos 1 de cada 3 enfermedades emergentes se vincula a cambios en el uso de la tierra, para crear ecosistemas urbanos o agrícolas.

Mientras algunas especies se encuentran amenazadas y otras se están extinguiendo por la pérdida de sus ecosistemas forestales, las especies de fauna silvestre que sobreviven son más propensas a albergar patógenos potencialmente peligrosos y transmisibles a las personas.

Muchos microorganismos, como los virus, conviven de manera inofensiva con otros animales del bosque, dado que se han adaptado y coevolucionado juntos. No obstante, estos microorganismos se pueden tornar nocivos al entrar en contacto con especies nuevas que pueden infectar, como el ser humano y animales domesticados. Esto se debe a que al ser un patógeno nuevo para nosotros, aún no hemos desarrollado la inmunidad necesaria para combatirlos. 

Amenaza inminente

La Plataforma Intergubernamental científico-normativa sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), estima que existen entre 630 mil y 827 mil virus aún “no descubiertos” en mamíferos y aves, que podrían infectar a las personas. Y, en un reporte del 2020, se alerta que las pandemias pueden ser más frecuentes y mortales si no tomamos medidas preventivas para contrarrestar los riesgos. 

La epidemia del ébola (2014-2016) y la pandemia del COVID-19, nos alertan de la importancia de abordar la salud pública desde un enfoque integral y en conexión con la naturaleza: solo cuidando la salud de los bosques, cuidaremos nuestra salud y la de otros seres vivos. 

“Una Sola Salud” para los bosques, animales y personas.

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