Humedal San Diego, su rol como corredor biológico del Pacífico y valor arqueológico

martes 9 de enero, 2024

Foto: Mónica Suárez

  • Este humedal se ubica en Casma (Áncash), es refugio de una gran biodiversidad potencialmente amenazada y posee un valor arqueológico invaluable. Estas características son importantes para que este ecosistema sea incorporado en la Lista Sectorial de Ecosistemas Frágiles de Serfor.

Escrito por: Andrea Collantes, bióloga marina de la SPDA, Angélica Gómez, asistente legal de la SPDA, y Mónica Suárez Ubillus, directora del Proyecto Arqueológico Sechín en Casma. 

 

Los humedales de la costa central forman parte del corredor biológico del Pacífico que recorre la costa desértica peruana. Un corredor biológico, corredor ecológico o corredor de conservación, es un área geográfica con ecosistemas a través de la cual las áreas protegidas existentes (reservas nacionales, parques nacionales, santuarios u otras) o remanentes de ecosistemas originales mantienen su conectividad permitiendo el flujo de especies permitiendo la diversidad biológica y el flujo genético.

Estos corredores biológicos son áreas vitales para las aves, especialmente las migratorias, ya que es aquí donde realizan paradas estratégicas para alimentarse, descansar, refugiarse y reproducirse.

Frente a los acelerados procesos de urbanización, la evaluación mundial de los humedales (EM 2005) indica que los humedales son los ecosistemas frágiles que están desapareciendo en forma más acelerada. 

Entre los humedales de la costa peruana se encuentra  el muy poco conocido humedal de San Diego que es aledaño al estuario del río Casma, localizado en la ecorregión del Desierto del Pacífico, en el distrito de Comandante Noel, provincia de Casma, departamento de Áncash.

Existen aún escasos estudios sobre las comunidades biológicas de este humedal, de lo que conocemos es que alberga siete especies de reptiles y 46 especies de aves. Se requiere de esfuerzos para realizar una evaluación completa de su biodiversidad y estructura comunitaria.

Las principales amenazas contra este ecosistema son la quema de pastizales y gramadales, la ocupación de sectores del humedal para la agricultura (pérdida de hábitat para especies), contaminación por residuos sólidos, cacería de aves, entre otros.

Posible incorporación a la lista sectorial de ecosistemas frágiles del Serfor

Desde el año pasado 2023, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) viene realizando acciones a fin de identificar si el humedal San Diego puede ser incluido en su Lista Sectorial de Ecosistemas Frágiles, lo cual permitiría la protección y gestión sostenible de los recursos forestales y de fauna silvestre ubicados en el humedal a través de la aplicación del “Protocolo de Actuación Interinstitucional para Gestionar y Proteger los ecosistemas incluidos en la Lista Sectorial de Ecosistemas Frágiles”, aprobado mediante Decreto Supremo 007-2020-MINAGRI.

Es preciso mencionar que, a la fecha, aún no se ha puesto en práctica muchas de las acciones contempladas en el mencionado protocolo; no obstante, se espera que el Serfor pueda, progresivamente, capacitar y realizar las coordinaciones respectivas para su eficiente su implementación junto con las demás entidades públicas involucradas (como Sunarp, SBN, Ministerio Público, Policía Nacional, Ministerio de Educación, Gobiernos Regionales y locales) a fin de garantizar seguridad y lograr una gestión con y para el beneficio de la ciudadanía.

Para que el ecosistema pueda ingresar en la Lista, se consideran la relevancia biológica y el estado situacional del ecosistema. Por ello, se analiza su valor de conservación (que toma en cuenta la riqueza de especies de flora y fauna, el estado del hábitat y los servicios ecosistémicos que provee) y su valor de gestión (que considera el involucramiento para la conservación de parte del gobierno regional, gobiernos locales y población local).

De ser incluido en la lista, los recursos forestales y de fauna silvestre del humedal y sus servicios ecosistémicos (como el turismo) podrán ser aprovechados de acuerdo a lo establecido en la Resolución de Dirección Ejecutiva 253-2018-MINAGRI-SERFOR-DE, que aprueba las “Condiciones para el uso de los recursos forestales y de fauna silvestre en los ecosistemas incluidos en la lista sectorial de ecosistemas frágiles”, a fin de contribuir al mantenimiento o mejora del ecosistema frágil.

Foto: Mónica Suárez

El valor arqueológico del humedal San Diego y campos de cultivos prehispánicos  

En el humedal San Diego se construyeron extensos Campos de Cultivo Prehispánicos los cuales datan del Período Intermedio Tardío (900 – 1400 d.C.), periodo durante el cual se desarrollaron las culturas Casma y Chimú, dichas evidencias revelan una importante forma de agricultura temprana la cual consistía en la adecuación de camellones o montículos de tierra elevados que fueron conformados dentro del humedal, cavando surcos a los lados los cuales eran inundados de manera natural, todo ello permitió la experimentación y el desarrollo de actividades de siembra y cosecha, se trata de una tecnología de riego natural la cual era acompañada por la crianza de peces de gran resistencia que habitaban en los amplios surcos fangosos en los que el agua suele ser permanente, fluctuando su nivel de afloración sobre la superficie de acuerdo a las lluvias de la sierra, el nivel de aguas de los ríos, de la napa freática y de los eventos climáticos. 

Es gracias a ello que, alrededor de esta zona ecológica, se erigieron importantes edificios cuyas funciones estaban orientadas a el manejo y ordenamiento de los recursos, el estudio, la tecnología y las creencias tales como centros administrativos, ceremoniales, geoglifos y una red de caminos que conectaba a estos con extensas poblaciones que desarrollaron una economía basada en la agricultura, la pesca y la crianza de peces, aves y animales como el cuy y la llama. Como evidencia de toda esta actividad social en torno al humedal como un valioso recurso natural, han perdurado hasta hoy los sitios arqueológicos conocidos como Huaca Santa Cristina, Cerro Blanco, Santa Rosa, la ciudadela prehispánica San Diego, entre otros yacimientos, todos ellos aledaños a este humedal. 

El panorama de ocupación humana aquí, aporta valiosos datos para la reconstrucción de las actividades de subsistencia del poblador andino y otros aspectos que sólo podrán ser recuperados mediante la investigación y protección del entorno natural y cultural de San Diego.

 

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