viernes 18 de julio, 2014
La Defensoría del Pueblo señala que la Comunidad Campesina de Haquira reclama la reubicación del botadero porque contamina y afecta la salud de los pobladores, así como las áreas de cultivo. Enfermedades comunes son: diarrea, conjuntivitis, cólera, hepatitis, entre otros.
La provincia de Cusco es una de las más importantes del país por su historia y potencial turístico. Al año, la ciudad imperial recibe un promedio de 1,5 millones de turistas, entre nacionales y extranjeros.
La provincia de Cusco posee 367,791 habitantes, los cuales se dividen en 8 distritos. Uno de los más poblados es el distrito de Santiago, con 83 701 habitantes (INEI 2007).
La provincia de Cusco genera diariamente un promedio de 330 toneladas de residuos al día. Solo Santiago genera 70 toneladas diariamente.
Durante las épocas festivas, como Navidad, Año Nuevo o Fiestas Jubilares (fiestas tradicionales como el Inti Raymi o el Qoyllority), la cantidad de residuos se triplica.
Los mercados son uno de los mayores generadores de residuos. Los desechos orgánicos son los más comunes en la región y no existen campañas de educación ambiental o iniciativas visibles sobre reciclaje.
Ronald Loaiza de la Municipalidad de Santiago, señala que todos estos restos se destinan al botadero de Haquira, un lugar que se ha convertido en un foco infeccioso para las poblaciones cercanas.
Haquira, a solo 9 kilómetros de la ciudad de Cusco, funciona desde el 2001. Los restos de todos los distritos son arrojados en este lugar, por lo que ha generado el reclamo constante de personas que viven en poblados aledaños.
La Defensoría del Pueblo señala que la Comunidad Campesina de Haquira reclama la reubicación del botadero porque contamina y afecta la salud de los pobladores, así como las áreas de cultivo. Enfermedades comunes son: diarrea, conjuntivitis, cólera, hepatitis, entre otros.
Ante ello, autoridades como la Municipalidad Provincial y el Gobierno Regional del Cusco vienen gestionando la construcción de un relleno sanitario que será financiado por el Banco Mundial.
El nuevo relleno sanitario costará 32 millones de soles y se construirá sobre un terreno de 36 hectáreas. Según el plan de desarrollo Copesco, ya están aprobados todos los permisos correspondientes del Minam, Diresa y otros, solo falta firmar el contrato con el Banco Mundial.
Ante este relleno, la población de Poroy (350 familias) ha expresado su preocupación porque –según afirman– contaminaría las fuentes de agua. Dicho reclamo es registrado por la Defensoría del Pueblo como un conflicto que aún no se resuelve.
Representantes de Copesco señalan que el relleno no afectará a Poroy y que, al contrario, el proyecto mejoraría el acceso al agua, pero para ello se debe firmar primero el contrato con el Banco Mundial.
Hasta que se construya el relleno sanitario, Haquira seguirá recibiendo los residuos de una de las ciudades más grandes del país. ¿Qué deben hacer las autoridades mientras tanto? ¿Qué debe hacer la propia población? La educación ambiental sería un primer paso.
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